El sombrero
Lo de Manuel Zelaya era una cuestión de principios que se está convirtiendo en un asunto engorroso de personalidad excesivamente autovalorada.
Vaya: no estuvo nada bien que lo sacaran de la cama, lo pusieran en un avión a Costa Rica y que debiera dar su primera conferencia de prensa en el exilio en traje de dormir. Eso lo puede entender incluso la gente que lo sacó del lecho nupcial y de Honduras. Que pidiera y obtuviera de inmediato la solidaridad de la OEA era más bien obvio: el tema de las barbas en remojo siempre está sobre el tapete si los militares, cuando uno despierta, todavía están allí.
Pero ese sombrero, Dios mío... No el sombrero en sí, sino el modo de usarlo, como si se tratara de una corona o de una parte fundamental de su investidura.
Empezó con la foto que se tomó con el presidente Arias de Costa Rica: Arias muy en su papel, con toda la paciencia y comprensión que puede dar un premio Nobel, y Zelaya con el asunto ese puesto en la cabeza, como si las más elementales normas de buena educación, ya no se diga las del protocolo, no dijeran que debía quitárselo y ponerlo por allí, lejos de las cámaras.
Luego, la compulsividad en los viajes, gracias a lo que se ha llamado Chávez Airlines: de un país viaja a otro, regresa al primero, salta a un tercero y a un cuarto, vuelve al segundo... Me imagino que ya debe tener un tanto harta a la gente de más de un gobierno, la misma que de seguro sigue dándole apoyo porque, en serio, el presidente es él, los otros son golpistas espurios, etcétera, y Micheletti que diga lo que quiera de la institucionalidad y la Constitución y otras entelequias. (No lo son: en eso las han convertido en los últimos días.)
Lo peor es que no se trata de irles a unos o al otro, sino de que todo suena tanto a una farsa tan mal construida, tan para el público de galería de un cine tan barato...
Vaya: que se inventen una carta de renuncia está bien, pero que lancen una orden de captura internacional acusando a Zelaya de traición a la patria es simplemente ridículo. ¿Qué diablos va a hacer Interpol con eso, sino decir que no se va a meter en asuntos políticos, que por algo es una corporación policial? ¿Cómo se mide técnicamente la traición a la patria? Luego, el gobierno de Micheletti asegura que hay una orden de captura contra Zelaya y, cuando éste trata de aterrizar en el aeropuerto de Tegucigalpa, los militares bloquean la pista y se ponen a flanquear el avión con aparatos de combate, en el plan de “Vamos a derribarlo, ¿eh?” ¿No era más fácil dejar que aterrizara y agarrar a Zelaya por traidor a la patria, y asunto arreglado? ¿Qué podían hacer al respecto los presidentes y funcionarios internacionales que se encontraban en El Salvador esperando que pasara lo que pasara? Claro que había una multitud alrededor del aeropuerto de Toncontín, esperando a Zelaya para... bueno... para ponerlo en el lugar que le corresponde, o sea la presidencia, si es que las multitudes sirven para algo así. Pero el ejército ya había dicho: la solución era matar gente que apoyara a Zelaya o echar a éste del país, como si no se pudiera hacer otra cosa en un universo tan complejo. Y mientras Zelaya era ahuyentado con matamoscas voladores, el ejército disparó y mató a un adolescente. Y después lo desmintió, claro, a pesar de que hubo un montón de periodistas extranjeros que lo atestiguaron.
Mientras, Arias logró que se instalara una mesa de negociación entre Zelaya y el gobierno de Micheletti. En ese momento, desde luego, las posiciones de ambos pierden fuerza, pero más aún la de Zelaya: está reconociendo que existe un contrincante al cual debe combatir. Está reconociendo como interlocutores a los que lo corrieron en pijama. ¡Y lo que hace es dar un ultimátum y llamar a la insurrección...! En ese momento, claro, todos los que lo apoyaban tan decididamente y estaban dispuestos a jugarse el pellejo con él simplemente lo llamaron a la moderación: ya hay abiertas instancias de diálogo, hay que hacerlas efectivas, esto puede llevar tiempo y hasta ser irreversible. Como cereza del pastel, Micheletti se declara dispuesto a renunciar si con eso logra la tranquilidad en Honduras, pero que quede claro: Zelaya no regresa como presidente. Si quieren lo amnistían por delitos que evidentemente no ha cometido, pero de que no lo reinstalan, no lo reinstalan.
No sé cuál sea el etcétera de esta historia. No sé sobre qué país esté volando o en qué cama esté durmiendo Zelaya. Sólo puedo pensar en su sombrero y en su aire de cacique destronado que busca que alguien le dé posada mañana, pasado mañana, quién sabe durante cuánto tiempo.
Y, sí, creo que él es el presidente constitucional de Honduras, y que debe ponérsele de nuevo en su lugar; que lo de la “cuarta urna” fue un error político, pero no un delito; que lo que tenga de o con Chávez que con su pan se lo coma junto con los que lo eligieron y lo apoyan; que si se quería reelegir sólo lo sabe él, porque lo que dicen sus detractores no se basa más que en la especulación: ¿quién sabe qué iba a hacer una constituyente que ni siquiera alcanzó a plantearse?
Lo que no soporto es el sombrero y el modo en que le ha dado por levantar la mano ante las cámaras, como Jescucristo desterrado. Y por eso, niños, es que no hay que meterse en pleitos que no son de uno, es decir respetar la autodeterminación y esas cosas: no se sabe en medio de qué ridículos se puede meter uno, y después cómo salir bien parado.
Y el oso de osos: cuando no lo dejaron aterrizar en Honduras y llegó a El Salvador, agradeció a los presidentes que lo acompañaban, al secretario general de la OEA y al presidente de la Asamblea General de la ONU... y se le olvidó mencionar ni más ni menos que al presidente anfitrión, Mauricio Funes. Yo no lo volvería a invitar a mi casa, en serio. Y menos si no se quita el sombrero.
Vaya: no estuvo nada bien que lo sacaran de la cama, lo pusieran en un avión a Costa Rica y que debiera dar su primera conferencia de prensa en el exilio en traje de dormir. Eso lo puede entender incluso la gente que lo sacó del lecho nupcial y de Honduras. Que pidiera y obtuviera de inmediato la solidaridad de la OEA era más bien obvio: el tema de las barbas en remojo siempre está sobre el tapete si los militares, cuando uno despierta, todavía están allí.
Pero ese sombrero, Dios mío... No el sombrero en sí, sino el modo de usarlo, como si se tratara de una corona o de una parte fundamental de su investidura.
Empezó con la foto que se tomó con el presidente Arias de Costa Rica: Arias muy en su papel, con toda la paciencia y comprensión que puede dar un premio Nobel, y Zelaya con el asunto ese puesto en la cabeza, como si las más elementales normas de buena educación, ya no se diga las del protocolo, no dijeran que debía quitárselo y ponerlo por allí, lejos de las cámaras.
Luego, la compulsividad en los viajes, gracias a lo que se ha llamado Chávez Airlines: de un país viaja a otro, regresa al primero, salta a un tercero y a un cuarto, vuelve al segundo... Me imagino que ya debe tener un tanto harta a la gente de más de un gobierno, la misma que de seguro sigue dándole apoyo porque, en serio, el presidente es él, los otros son golpistas espurios, etcétera, y Micheletti que diga lo que quiera de la institucionalidad y la Constitución y otras entelequias. (No lo son: en eso las han convertido en los últimos días.)
Lo peor es que no se trata de irles a unos o al otro, sino de que todo suena tanto a una farsa tan mal construida, tan para el público de galería de un cine tan barato...
Vaya: que se inventen una carta de renuncia está bien, pero que lancen una orden de captura internacional acusando a Zelaya de traición a la patria es simplemente ridículo. ¿Qué diablos va a hacer Interpol con eso, sino decir que no se va a meter en asuntos políticos, que por algo es una corporación policial? ¿Cómo se mide técnicamente la traición a la patria? Luego, el gobierno de Micheletti asegura que hay una orden de captura contra Zelaya y, cuando éste trata de aterrizar en el aeropuerto de Tegucigalpa, los militares bloquean la pista y se ponen a flanquear el avión con aparatos de combate, en el plan de “Vamos a derribarlo, ¿eh?” ¿No era más fácil dejar que aterrizara y agarrar a Zelaya por traidor a la patria, y asunto arreglado? ¿Qué podían hacer al respecto los presidentes y funcionarios internacionales que se encontraban en El Salvador esperando que pasara lo que pasara? Claro que había una multitud alrededor del aeropuerto de Toncontín, esperando a Zelaya para... bueno... para ponerlo en el lugar que le corresponde, o sea la presidencia, si es que las multitudes sirven para algo así. Pero el ejército ya había dicho: la solución era matar gente que apoyara a Zelaya o echar a éste del país, como si no se pudiera hacer otra cosa en un universo tan complejo. Y mientras Zelaya era ahuyentado con matamoscas voladores, el ejército disparó y mató a un adolescente. Y después lo desmintió, claro, a pesar de que hubo un montón de periodistas extranjeros que lo atestiguaron.
Mientras, Arias logró que se instalara una mesa de negociación entre Zelaya y el gobierno de Micheletti. En ese momento, desde luego, las posiciones de ambos pierden fuerza, pero más aún la de Zelaya: está reconociendo que existe un contrincante al cual debe combatir. Está reconociendo como interlocutores a los que lo corrieron en pijama. ¡Y lo que hace es dar un ultimátum y llamar a la insurrección...! En ese momento, claro, todos los que lo apoyaban tan decididamente y estaban dispuestos a jugarse el pellejo con él simplemente lo llamaron a la moderación: ya hay abiertas instancias de diálogo, hay que hacerlas efectivas, esto puede llevar tiempo y hasta ser irreversible. Como cereza del pastel, Micheletti se declara dispuesto a renunciar si con eso logra la tranquilidad en Honduras, pero que quede claro: Zelaya no regresa como presidente. Si quieren lo amnistían por delitos que evidentemente no ha cometido, pero de que no lo reinstalan, no lo reinstalan.
No sé cuál sea el etcétera de esta historia. No sé sobre qué país esté volando o en qué cama esté durmiendo Zelaya. Sólo puedo pensar en su sombrero y en su aire de cacique destronado que busca que alguien le dé posada mañana, pasado mañana, quién sabe durante cuánto tiempo.
Y, sí, creo que él es el presidente constitucional de Honduras, y que debe ponérsele de nuevo en su lugar; que lo de la “cuarta urna” fue un error político, pero no un delito; que lo que tenga de o con Chávez que con su pan se lo coma junto con los que lo eligieron y lo apoyan; que si se quería reelegir sólo lo sabe él, porque lo que dicen sus detractores no se basa más que en la especulación: ¿quién sabe qué iba a hacer una constituyente que ni siquiera alcanzó a plantearse?
Lo que no soporto es el sombrero y el modo en que le ha dado por levantar la mano ante las cámaras, como Jescucristo desterrado. Y por eso, niños, es que no hay que meterse en pleitos que no son de uno, es decir respetar la autodeterminación y esas cosas: no se sabe en medio de qué ridículos se puede meter uno, y después cómo salir bien parado.
Y el oso de osos: cuando no lo dejaron aterrizar en Honduras y llegó a El Salvador, agradeció a los presidentes que lo acompañaban, al secretario general de la OEA y al presidente de la Asamblea General de la ONU... y se le olvidó mencionar ni más ni menos que al presidente anfitrión, Mauricio Funes. Yo no lo volvería a invitar a mi casa, en serio. Y menos si no se quita el sombrero.
17 comentarios:
Estamos de acuerdo...
Lo dije desde el comienzo: hay que quemar ese sombrero asqueroso.
O que nos diga qué marca de lejía usa, a mí la ropa blanca nunca me queda tan blanca. Además creo que fue por el sombrero que no lo detuvieron cuando trató de volver a Tegucigalpa. De seguro Honduras no tendrá celdas bastante anchas para que cupieran los dos: él y el sombrero.
Y lo peor del asunto es que, con todas esas payasadas, en medio hay un pueblo defendiendo sus derechos y hasta sus obligaciones. Micheletti y Zelaya y los militarotes se la pasan defendiendo cosas abstractas o de forma: les importa una interpretación bastante pendeja de la Constitución y las instituciones, juegan al policía internacional, y mientras hay gente en la calle que está en favor o en contra de lo que representan o deberían representar. Como le decía a una amiga, bien bananero el asunto. Y lo de bananero no es un juicio de valor con respecto a Honduras, sino una descripción de lo que hacen los de la lejía.
Tampoco había visto ropa tan almidonada, por cierto. Zelaya da la impresión de que le almidonan hasta los calzoncillos, horror de los horrores si los hay.
Estamos
"Huyendo de la nada" en:
www.pablohajnal.blogspot.com
Rafita: espero que estés bien de salud. Uno ya no sabe qué puede haber de cierto en los rumores. Un abrazo con el respeto de siempre.
Como es obvio esta inquietud no está destinada a la publicación, no vaya a hacer sonar más falsas alarmas. Pero es tu blog y tú decides siempre. Otro abrazo.
Es que esos tíos del tipo ranchero no se quieren quitar la vestimenta ni para bañarse, yo creo que se sienten más "hombres" con sus botas vaqueras y su sombrero, recuerda que Fox se mandó hacer botas de charol para el esmoquin. De todas formas apoyo a Zelaya, los militares me dan repelús.
Rafa, a mí me gusta como le queda el sombrero jajajajaja es broma Rafael, tenés toda la razón.
«el ejército disparó y mató a un adolescente»
Supongo que viste los videos del asunto. Muchos militares dispararon miles de balas a lo largo de muchos minutos. Y sin embargo a varios vehículos tras los cuales se apertrecharon los insurrectos, se les veían los cristales incólumes —supongo que sabés a qué Toyota Hilux 4x4 y Nissan Pathfinder me refiero.
Curiosamente, sólo hubo un muerto, y el tiro fué en la nuca.
¿Estamos seguros que fueron los milicos los asesinos?
Estamos seguros de que los milicos dispararon y estamos seguros de que hubo un adolescente muerto. No sé tú qué pienses, pero un montón de vidrios que NO se rompieron no me dicen mucho; un muerto sí.
¿O quién dices que mató al chavo? Quizá ésa sea la pregunta adecuada. Igual fue una "bala perdida", pero cuando hay gente disparando a gente que NO dispara, las posibilidades son pocas. Ley de Murphy, si quieres. Lo que sé es que nadie debió disparar, y menos el ejército. Lo demás me parece retórica.
«pero cuando hay gente disparando a gente que NO dispara, las posibilidades son pocas»
De acuerdo.
El tema es que realmente no sabemos si "la gente que NO dispara" realmente no dispara, ¿o sí?
Por un lado, tenemos a La Prensa de Honduras con una supuesta imagen de que al menos uno de los encapuchados andaba pistola en mano.
Por otro lado, tenemos esta famosa foto de los "estudiantes" que "no disparan".
Finalmente, tenemos el apunte del ciudadano reportero Hunter Smith, quien ése día en Tegicigalpa vió a un hombre de mayor edad y camisa blanca agacharse en un charco de sangre, mojarse las manos, y secárselas en la camisa blanca para que pareciera que era suya o que había estado involucrado. Las fotos dramatizadas fueron inmediatamente publicadas por Reuters.
Me parece turbio el asunto y es facile acusar a los milicos, cuando en realidad poco o nada sabemos. Los chafarotes se defienden, por cierto, indicando que el calibre de la bala que mató a Isis (que así se llamaba la víctima del balazo en la nuca) no es de uso castrense.
- * -
Vos decís que los milicos no debieron haber disparado.
Yo respondo que la turba destruyó la verja del aeropuerto y que o la parabas, o se te abalanzaban encima y hasta podían quemar un aeropuerto que es infraestructura costosísima y esencial.
Además, bien sabés que los tiros de los milicos fueron balas de hule —por éso los vehículos del video están incólumes.
¿Como sabés si los milicos llegaron a disparar balas de plomo?
Sé lo mismo que tú: nada más que hubo un muerto con bala de plomo. Los que traían balas y esas cosas con las que se disparan las balas eran soldados. De qué cargaran las susodichas cosas no lo sé, y tú tampoco.
Lo que estás es planteando dudas, no hechos. Los hechos son que unos disparaban y otros no, y de testimonios me invento una docena.
Hay otros asuntos: para parar turbas hay policías y gases
lacrimógenos, que es como están organizadas las instituciones. El ejército sirve para otra cosa, y lamento mucho si los policías hondureños son también de formación militar, por lo que se ha podido ver; no creo que fueran a actuar de otro modo.
Si lo que quieres decir es que alguien de los propios manifestantes asesinó al chavo, dilo; es más fácil entenderse. O a lo mejor podemos aventurar una hipótesis de suicidio.
Ojo: el propio ejército lo había cantado antes: si Zelaya trata de volver, habrá muertos, y no queremos muertos. Zelaya trata de volver y curiosamente hay muertos. No fue Zelaya quien mató al chavo, de eso estamos seguros. No fue el chavo el que puso en pijama a Zelaya en Costa Rica. Y sin duda Zelaya no me cae nada bien con ese su sombrero de dueño de finca y esa mano que levanta como dando la absolución. De lo que estamos hablando es de otra cosa.
Suéltala derecha: ¿qué es lo que quieres decir detrás de lo que estás insinuando? Creo que, ante la vida de alguien, el menor problema es que estuviera en peligro en aeropuerto de Toncontín. ¿No hay otros modos de arreglar las cosas? Y tú sabes también que, a cierta distancia y en ciertas circunstancias, las balas de goma pueden también ser mortales. Ya lo han sido.
El-Vis: A todo esto, y recién despertado, varias horas después de contestarte: ¿qué tienen que hacer Belloso y el otro cuate en el tema de Honduras? No hay testimonios ni nada de que en Honduras hubiera tiradores con M-16... La analogía es burda incluso para tus estándares. Como dramatización, en serio, no funciona.
A ver, ya en serio: ¿quién crees que mató al chavo? (Belloso no fue. Ése mató policías, o sea al revés, y apareció en las noticias y se vio a los policías muertos, etc. Además en el momento de las manifestaciones estaba en la cárcel, al igual que su inoportuno ayudante.)
«Lo que estás es planteando dudas, no hechos»
100% correcto.
«Los que traían balas y esas cosas con las que se disparan las balas eran soldados»
Los soldados, sin duda.
¿Pero vos sabés a ciencia cierta que entre los manifestantes ninguno portaba armas?
«Si lo que quieres decir es que alguien de los propios manifestantes asesinó al chavo, dilo»
Podría ser, ¿no? O podría haber sido uno de los milicos. Pero originalmente dijiste: "«el ejército disparó y mató a un adolescente»"
«¿No hay otros modos de arreglar las cosas?»
Cuando la turba rompe el cerco y empieza a adentrarse en los terrenos del aeropuerto, ¿qué otros modos hay? Los defensores del aeropuerto tiraron lacrimógenos o generadores de humo (en TV se ven parecidos) y balas de hule. Sería bonito si además hubiesen tenido cañones de agua, pero desconozco si en Honduras tienen éso, o porqué motivo no lo usaron. Francamente, con las balas de hule debió ser suficiente. O los manifestantes pudieron haber respetado la propiedad pública, y no romper el cerco.
«las balas de goma pueden también ser mortales. Ya lo han sido.»
Correcto.
«¿qué tienen que hacer Belloso y el otro cuate en el tema de Honduras?»
Bueno, que hay personas que tienden a asumir que los manifestantes andan desarmados. Belloso parece ser un ejemplo de lo contrario. También tenemos el testimonio de Mario Dávila, quien era parte de la "seguridad" de las manifestaciones para el FPL durante las manifestaciones de los 70's. ¿Andaban gente como Dávila, tal vez, con biblias en la mano?
«La analogía es burda»
Es posible. Pero me parece que si en unas manifestaciones anda gente armada, bien es posible que en otras manifestaciones también ande gente armada.
En fin, no sé quién mató a Isis. Pero me parece un poco osado afirmar que "«el ejército disparó y mató a un adolescente»".
El-Vis: No entiendo tu concepto de "bonito" con eso de los cañones de agua.
Estamos olvidando algo, que es fundamental más allá de lo anecdótico: hubo un golpe de estado con el cual una parte del pueblo no está de acuerdo, y esa parte del pueblo tiene derecho a manifestarse en contra de un montón de maneras. El origen del problema no está en el pueblo (o en ese segmento del pueblo). La escalada de violencia no la provocó ese segmento del pueblo, sino las instituciones violentadas. A eso me refería con que si no hay otro modo de arreglar las cosas, por ejemplo no hacer la chacalada original.
Tú estás en tu casa, en tus cosas. Yo te corro de tu casa y cambio la cerradura y pongo guardias para que cuiden que no entres. En ese momento tenemos un problema serio, que puede llevar a algo grave. Es lo mismo, pero en grandote.
No sé si los manifestantes traían hondillas, armas de plasma o adornos de navidad. Si quieres lo dejamos en esto: los soldados dispararon; en medio de la balacera, un adolescente murió. Los responsables de la escalada han sido las autoridades. En cualquier sistema, las autoridades tienen el derecho inalienable de ejercer la violencia, y allí está el punto: las autoridades de las que hablamos son espurias, porque no provienen del mandato del pueblo al que están reprimiendo. En el mejor de los casos, son responsables de esa muerte, y deben responder por ella, y por un titipuchal de cosas más. En parte por eso no veo solución a lo de Honduras: hay demasiadas responsabilidades que deslindar, y demasiados castigos que aplicar si todo vuelve a la "normalidad".
Por favor no me vayas a venir con Chávez y Ortega y todo el petate del muerto de Alba. Estamos hablando de justicia, no de política. Aun así, no se sabe qué rayos tendría esa constitución que iba supuestamente a armar esa asamblea constituyente para llamar a la cual se iba a hacer una consulta a ver si se cololcaba la famosa cuarta urna. ¿Que Zelaya quería reelegirse? Por la evidencia, no lo sé; ésas son especulaciones. Lo interesante es que el mediador al que todos aceptan (Arias) es un reelecto, y estuvo friegue y friegue durante años para que lo reeligieran, y nadie lo corrió en pijama de ninguna parte, ni ahora lo están desestimando por eso...
Bien bananero el asunto.
¿Entonces? ¿Quién es el responsable de la muerte del chavo? ¿Fuenteovejuna, un manifestante indeterminado o los que empezaron el desmadre?
¿Y qué tienen que ver las FPL de los setenta con la Honduras del 2009? Estás mezclando plátanos con tornillos. En el afán de sembrar dudas, extrapolas bieeen feo. ¿Tú qué sabes si no había gente de Al Qaeda incitando a que tiraran la barda? No lo sabes. Yo tampoco. Las posibilidades de que hubieran son muuuy cercanas a cero. Pero las hay desde el momento en que lo planteas. Tu sofística anda mal: si no sabemos si los "desórdenes" fueron provocados por Al Qaeda, existe la posibilidad real de que los haya provocado Al Qaeda.
Así no funciona.
Veo que no vamos a llegar a acuerdo alguno sobre quién mató a Isis. Está bien.
Pero tampoco me trago el sobreargumento tuyo de que porque los milicos sacaron a Zelaya de su cama, entonces son automáticamente los culpables de que Isis haya participado del ataque al aeropuerto y entonces por lo tanto la culpa de su muerte es automáicamente de los chafarotes.
No señor: hay unas cosas que se llaman responsabilidad personal y libre albedrío. El que ataca y destruye los cercos de cualquier propiedad, sea el muro de una casa en San Salvador o la verja de la Casa Blanca, o el cerco de un aeropuerto, sus motivos tendrá y podrán o no ser válidos, pero tiene que saber que quien cuida la casa va a tomar medidas de defensa, y las medidas podrían ser letales.
No somos víctimas del destino. Hacemos nuestro destino. Es posible que un milico haya asesinado a Isis, eso claro está. Pero al mismo tiempo, los milicos no son automáticamente responsables de la muerte de Isis.
Uhm...
Cuando la "propiedad" vale más que una vida, algo anda chueco.
¿Responsabilidad "personal"? Vale para todos los lados. El ejército hondureño había avisado antes que habría muertos si había enfrentamientos. Y se cumplió.
Por otra parte, uno no sólo defiende su "propiedad": defiende a la gente que está dentro. Uno presupone que si alguien entra subrepticiamente, o con lujo de fuerza, no es para nada bueno. La propiedad me importa un bledo: me importa protegerme y proteger a la gente; lo demás que se friegue. O sea que estás mezclando peras con quién sabe qué fruta.
Y quien cuida la casa, en el caso que tratamos, es la gente a la que YO contraté para que la cuidara, o eso esperaría, y me sirve a MÍ, igual que el presidente, el presidente espurio, los golpistas en general. Son empleados que traicionaron mi confianza y no están haciendo su papel, sino que se dieron vuelta. Me traicionaron, pues.
No hay un sobreargumento: los responsables de la muerte del chavo, en cualquier caso, son los que no hicieron lo que tenían que hacer desde un principio. Causa y efecto, querido Visitador. Allí no hay destino; a lo mucho habrá ley de Murphy.
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