20 de julio de 2009

Poesía y miedo histérico

Últimamente me ha dado varias veces por escribir poemas, y me siento --Krisma dixit-- como "un extranjero en la ciudad prometida". Sé que no es mi ciudad, sé que la poesía no es donde me muevo con mayor comodidad, pero ¿quién dijo que las cosas tenían que ser cómodas para que uno las disfrutara? Hasta la proverbial piedra en el zapato, bien colocada, puede reportar sensaciones interesantes.
Lo que nunca he podido hacer es verso libre según manda... uh... no sé quién mande cómo se escribe el verso libre. Comienzo a escribir y según yo estoy rompiendo la métrica, y a la hora de la revisión resulta que hay por allí regados, disimulados en el corte de verso, un montón de heptas, endecas, eneas y alejandrinos, y opto por lo más sano: dejarlos ser y dedicarme a ver si el poema funciona o no funciona. Si funciona, lo paso del cuaderno a la computadora, lo imprimo y lo trabajo. Si no funciona, pues no funciona y ya; lo mismo que cualquier texto.
Hace unas semanas me puse a jugar con los alejandrinos, que pueden ser muy parecidos a la prosa si se trabajan bien (Neruda no me gusta, aunque es un dios para hacerlos: "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", etcétera), pero pueden ser de un retintín insoportable si no se distribuyen bien los acentos o no se tratan bien los hemistiquios. O de plano no ser alejandrinos, y que me perdone Darío con lo de "La princesa está triste", que puede dividirse en heptasílabos sin que sufra mucho el poema ni uno. (Sí, a mí lado cursi le encanta la "Sonatina".)
Tenía ya tres o cuatro años de no escribir poesía, en fin, y ha sido un placer. Quizá yo mismo me contengo y dejo pasar las oportunidades con eso de que la prosa es lo mío y es de lo que más sé, que en suma no sería más que un pretexto detrás del que se esconde algún miedo histérico no sé si justificado, y no importa. En los talleres me la paso diciendo que uno debe escribir lo que le salga, en el momento en que le salga, y que ya después decidirá si sí o si no o si qué. Y creo que tengo razón: uno no siempre decide --conscientemente al menos-- qué está preparado para escribir en qué momento, ni qué va a salir de eso; quizá el poema no funcione, pero allí habrá una pista para algún cuento, o una frase para una novela, o una idea para cualquier cosa. Y lo que acabo de escribir en las líneas anteriores también es una justificación, si se lo piensa bien: no muy en el fondo está la posibilidad de que uno esté negado para la poesía, y qué oso de andar cortando líneas creyendo que eso es algo que no es.
Fuerza, canejo, fuerza y no llore. Voy a poner aquí mismo uno de los poemas que han salido en las últimas semanas, y uno de los poquísimos que verán publicados alguna vez. Es lo más cercano que tengo al verso libre.

Caigo de un viernes al siguiente.
No despierto. No grito. No me muero.

Rasgo mi voz un domingo por la noche.
No sudo.

Desayuno mi trigo algún jueves y miento
y me cae la semana como culpa en los ojos
y dormito y descanso.

(Talvez ayer sea lunes y mañana
no quiera estar de nuevo en otro miércoles.)

5 comentarios:

Unknown dijo...

Que nos pasa con los días? Parece ser un tema recurrente (Herberth, Sandra... las hijas) Uh...

Yo te dije que lo cómodo no es divertido. Mirá que me seduce lo cuali... cuando soy tan buena para lo cuanti... así toca je je je

Saludos y un abrazo -ya casi caigo-

Ingrid dijo...

Que lindo tu texto, Rafa cuídate, abrazos.

Andrés Norman Castro A. dijo...

Me gusto la poesia.

He leido dos libros tuyos, y uno lo llevo a medias. Los leidos: Cualquier forma de morir y los heroes tienen sueño. Libro a medias: Trece.

Me parece, al leer unos cuantos capitulos de Trece, que la poesia, tal ves de una forma sutil, si esta muy presente entus escritos, al menos en este. Los pasajes dentro de esta novela, son muy poeticos, abstractos, y cautivadores.

Cabe decir, que es caso contrario con los otros dos, a mi criterio muy personal. Correccion: tal ves si lo son, pero de una forma mas urbana y explicita.

En fin: ya escribis poesia, o al menos, ya lo hiziste, a tu modo: tal ves no en verso pero si poesia.

Saludos.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Gracias por leer tantos libros míos.
Y, sí, Trece es bastante diferente de los otros dos, y algo hay en el lenguaje que lo caracteriza, o eso quisiera creer.

Andrés Norman Castro A. dijo...

Tu nuevo post me hizo pensar: La verdad es que la novela negra (incluidos los heroes tienen sueño y cualquier forma de morir) son poesia urbana: realista.

Es un gusto leerte.

saludos