Un buen primer día
Ayer fue mi primer día de trabajo en la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI). Hubo una larga plática con su director, Carlos Serpas, acerca de proyectos que pueden echarse a andar y otros que ya están en marcha. Salí contento, y para celebrar le compré un chocolate a Valeria; desde hace días anda con una gripe de lo más incómoda y había que endulzarle la vida.
Siempre me gustaron los primeros días de trabajo. Uno puede sentirse un poco niño, un poco adulto, un poco desconcertado, y disfrutarlo. Tengo la suerte de recordar buenos primeros días en todos los lugares donde he trabajado, y ésta no fue la excepción.
Mentiría si dijera que no extrañaré La Casa del Escritor, y en realidad a la gente con la que he trabajado en los últimos ocho años. Pero esa gente es ya parte de mi vida, y llama por teléfono y llega a casa a platicar, y tendremos que seguir trabajando un tiempo más mientras los más nuevos terminan lo que deben terminar. (Ya nos pondremos de acuerdo.)
También me enteré que Jacinta Escudos es la nueva directora de La Casa. Al regresar de la DPI le mandé un correo para felicitarla y decirle que me parece la selección más adecuada. Me contestó con una carta bastante agradable, que agradezco.
Eso sí, por la noche me cayó una gripe de perros, la misma que ha venido cargando Valeria y que tuvo a bien compartir conmigo. No todo debe ser perfecto en un primer día, y mucho menos el segundo.
Siempre me gustaron los primeros días de trabajo. Uno puede sentirse un poco niño, un poco adulto, un poco desconcertado, y disfrutarlo. Tengo la suerte de recordar buenos primeros días en todos los lugares donde he trabajado, y ésta no fue la excepción.
Mentiría si dijera que no extrañaré La Casa del Escritor, y en realidad a la gente con la que he trabajado en los últimos ocho años. Pero esa gente es ya parte de mi vida, y llama por teléfono y llega a casa a platicar, y tendremos que seguir trabajando un tiempo más mientras los más nuevos terminan lo que deben terminar. (Ya nos pondremos de acuerdo.)
También me enteré que Jacinta Escudos es la nueva directora de La Casa. Al regresar de la DPI le mandé un correo para felicitarla y decirle que me parece la selección más adecuada. Me contestó con una carta bastante agradable, que agradezco.
Eso sí, por la noche me cayó una gripe de perros, la misma que ha venido cargando Valeria y que tuvo a bien compartir conmigo. No todo debe ser perfecto en un primer día, y mucho menos el segundo.
7 comentarios:
Estimado Rafael: lo felicito de verdad por su nuevo trabajo, aunque el mío no tiene nada que ver con la literatura, valoro su aporte en el blog, en la narrativa y en la investigación histórica desde hace mucho tiempo. En la Distribuidora de Publicaciónes se tuvo -como bién recordara- el aporte de grandes escritores, pienso en Ricardo Trigueros de León y en Miguel Huezo Mixco, así que animo en esa labor y sepa que envidio la oportunidad que tiene de dedicarse a esa labor creativa.
Felicidades por tu primer día!!! espero que los que vengan sean mil veces mejor! Un abrazo.
Bueno RAfa, para la gripe un chocolate y ya.. a Valeria le funcionó...
Veremos como camina ahora la DPI, ojalá que mejor, porque estos últimos días se han perdido un poquito...
Me alegra que te haya ido tan bien en tu primer día. Creo que toda la gente que pasó por la Casa conservaráun recuerdo grato de estos años. Yo también le he mandado un mensajito a Jacinta Escudos para felicitarla. Cuídate. Un abrazo.
Me alegra saber que iniciaste bien.
Abrazos.
Que tengas un buen dìa.
felicidades rafa por la nueva cancha, he sentido una alegria especial al saber que jacinta estara a cargo de la casa.
Felicidades!!!!
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