21 de febrero de 2009

Más cosas de por allá

Con T.S. Eliot me agarran etapas obsesivas de traducir cosas suyas, y luego lo dejo durante años --de traducir, porque de leerlo no he dejado en muchos años. Lo de la traducción es porque quiero entenderlo, y el mejor modo es meterse en el entramado y ver cómo va uniendo los hilos, "reescribir" sus cosas, palabra por palabra, aunque sea en plan de traditore. No me interesa entender "lo que quiso decir", porque eso es
a) imposible (Cuatro cuartetos),
b) obvio (Pruffrock),
c) innecesario (La tierra baldía),
sino ver cómo va uniendo las ideas, por qué corta los versos de cierto modo, cómo hace para lograr, con esa simpleza, esos fuertes contenidos emocionales, él tan frío e intelectual que se ve.
Habré leído por primera vez a Eliot por allí de 1978, La tierra baldía, en una plaquette de la excelente colección "Cuadernos de lectura", que sacó la UNAM; allí mismo conocí el Canto de guerra de las cosas, a José Juan Tablada, Pessoa, qué sé yo. No era excelente por su edición, porque eran horribles, aunque con unas portadas de envidia, generalmente con ilustraciones de Elvira Gascón, sino porque existía, y allí podía uno ir buscando lo que le fuera conviniendo de la grande, mediana o pequeña poesía que le marcaría la vida o nomás le serviría para enterarse de que había un tipo llamado Kavafis o Manuel José Othón. Si no me equivoco, sacaban las plaquettes en grupos de veinticinco, y uno podía comprar la caja o de a una por una, a precios verdaderamente estúpidos (un par de pesos de la época, a veintidós cincuenta por dólar).
La traducción de La tierra baldía no recuerdo que fuera especialmente buena, y me pasó lo que le pasa a la mitad de los que le entran a Eliot: empiezan a pelearse con él, quieren discutir con él, ser más inteligentes. Lo mismo que les pasa con Borges, y uno no debe hacerse eso: nadie es más inteligente que Eliot o Borges, al menos literariamente, y a veces sin el "al menos". Un día cualquiera acepté simplemente lo que decía y, ¡zaz!, se me abrió un mundo extraño y a ratos medio retorcido, pero maravillosamente emotivo. El intelectual, el gélido Eliot, era una gelatina en lo relativo a sensaciones y sentimientos. Y desde entonces.
Compré la edición (carísima) de la Poesía reunida de Alianza Tres y ni siquiera la pésima traducción me hizo dejarlo. Me lo devoré. Lo busqué en inglés y lo encontré librito por librito en la Británica de Serapio Rendón (yo me entiendo), y un día me dije: si las traducciones son tan malas, ¿por qué no hago la mía? No se ve tan difícil... La respuesta fue: porque no estaba preparado. A Eliot los traductores lo agarran como si se tratara de prosa, por su simplicidad y porque, bueno, todo está claro, sólo se trata de buscar la palabra equivalente. Y pues no. El tipo es un poeta de vuelos muy altos, y su "prosaísmo" y su parquedad son en realidad un lenguaje poético muy elaborado. Así que varios intentos de traducir La tierra baldía, Pruffrock y Cuatro cuartetos terminaron en el bote de la basura.
Empecé a traducirlo en serio en 1999, porque mi padre no entendía qué tanto le veía a ese señor que escribía "poesía sin poesía", o con unas imágenes tan retorcidas e incluso incoherentes, y alcanzó a ver trozos de poemas que traduje para él. Un par de esos trozos quedaron perdidos en diskettes defectuosos.
La cosa es que por fin tengo la poesía reunida de Eliot, en pasta dura y toda la cosa, y anoche mismo hice unos borradores de las dos primeras partes de Miércoles de ceniza. Con eso me meto en un problema: me falta traducir todavía la mitad de Cuatro cuartetos, algunos "poemas menores" de Pruffrock y otras observaciones, dos tercios de The Waste Land y un tercio de las Notas para la definición de la cultura, un libro capital para entender en qué andamos y en qué no. Pero aún hay años, y poco a poco irán saliendo.

Mario Zetino y yo tenemos la profunda convicción de que uno de los grandes maestros de Eliot, si no el mayor, es Edgar Lee Masters (¡también lo conocí en "Cuadernos de lectura"!), en particular con su Antología de Spoon River, que también venía en el cargamento de Amazon. Su poesía es tan grande y compleja como la de Eliot, pero es aún más simple y hasta podría parecer más... uh... narrativa y prosaica.
El tema del poemario (lo de "Antología" no es porque se trate de una antología; así se llama) es la gente de un pueblo llamado Spoon River hablando desde sus tumbas y mostrando la relación entre ellos, en el plan de "pueblo pequeño, infierno grande". A veces los muertos son los que hablan, a veces son sus lápidas, y uno se pregunta quién enterró al último, y quién fue el último. Es sencillamente genial, aunque al parecer bastante olvidado, con harta injusticia.
Es otro de los libros que me he puesto a traducir desde hace varios años; ya llevo como 65 de sus doscientos y tantos poemas. Ahora mismo he estado buscando el archivo para poner un ejemplo, pero cambié de compu, aún no tengo todo en su lugar y me da pereza en este instante ponerme a buscar en las otras dos, incluida una Vaio que tengo por allí y que --no están para saberlo, ni yo para contarlo-- es verde.
Las traducciones las trabajé con un archivo del Proyecto Guttenberg; ahora ya puedo hacerlo con el libro, ejem.

Cuando Krisma empezó a dar a conocer sus poemas, hubo dos nombres que siempre le mencionaban: Alejandra Pizarnik y Sylvia Plath. "Por cierto, ¿ya leíste a etcétera?" Y pues no, y pues yo tampoco.
De Pizarnik le regalé las obras completas (un tomo de poesía, un tomo de prosa, teatro incluido, carísimos pero conseguibles en Sophos, en Guatemala), y de paso le di una ojeada a sus poemas. Nada que ver en absoluto con lo que escribe Krisma, pero me impresionó su técnica: su concisión, su precisión, su manera quirúrgica de mostrar su propia locura. Aun así no me parece una/o de mis poetas favoritas/os; sólo me impresiona su modo de decir las cosas, como pedradas, como puñaladas, sin piedad.
De Sylvia Plath conseguí un montón de cosas por internet, me puse a traducirlas para Krisma y, cuando llevaba como cuarenta poemas traducidos, reventó el disco duro y se perdió eso y algo más. Ahora, vuelta a empezar, pues.
Me parece que Plath es una poeta mucho más "plena" que Pizarnik, quizá mucho más lúcida y con más herramientas poéticas, pero está por comprobarse; no he leído nada de ella en unos cinco años y ahora es la oportunidad. Eso sí: es hija indudable de Emily Dickinson, con ventaja para Plath, que me perdone la gran Emily.

¡Y llegaron películas, claro! Dos. La primera es Apocalypse Now, que tengo unos 20 años de no ver. Viene en dos versiones: la original y el corte del director. Le dije a Krisma que es una de las que no se podía perder, y voy a esperarla para verla. (Sí, está en el Festival de Poesía de Granada. Regresa mañana.) A ver qué materiales le añadió Coppola...

Y La tiendita de los horrores, claro, para que haga juego con The Rocky Horror Picture Show, que llegó en el cargamento anterior. Me cae bien Steve Martin en el papel de dentista.
Y ya.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Emmanuel Pocasangre

Ave don rafa, bueno solo le escribo para que sepa que aun vivo, pues que le puedo contar, la Escuela Militar ha sido dura, y se me ha imposibilitado leer, no se dida escribir, pero gracias a su consejo de llevarme una libreta, cuando vomito alguna idea o pensamiento pues lo escribo, el adiestramiento ya paso y ya estoy en clases y comenzamos a tener recesos, ahora estoy en uno y hace 2 meses que no tocaba internet, extraño tanto la casa, me hace falta ir y aprender y pues ver a todos, pero ya no poseo mucho timepo, dele de mi parte saludos a todos, a Krisma, a Zetino, Herbeth, Roger, Santiago, bueno si se me paso alguno digale, a por cierto copre su libro de Trece pero no he tenido tiempo de leerlo aun estoy leyendo el de herodoto de Krisma, cuidese mucho. xD

Anónimo dijo...

Ningun comentario, cerote?

Una puteadita para no sentirte solita, panzona hijadeputa?

Anónimo dijo...

Emmanuel Pocasangre

a por cierto Don Rafa me gustaria que me pasara las traducciones de Eliot y lo de Spoon River y no se olvide de darles saludos a todos los de la casa, saldre para las elecciones pero no ppdre ir porque salgo sabado y entro domingo, jajja solo a dormir y comer, pero bueno cuando pueda este seguro que subire a Lacedemonia (La Casa del Escritor) y pues seguir a prendiendo.

Herberth Cea dijo...

Apareció el niño. Es que se les prohíbe leer ahí, quizás ha de ser mal visto por los demás y sea un riesgosa actividad por eso lugares. Mucha suerte Emma, que todo te salga bien. Cuando tengas tiempo escribe, también en los recesos es de aprovechar para leer y corregir.

Rafa. En cuanto a los libros, no diré nada para que no se note la envidia. Ya veremos cómo podemos obtener alguno de los libros.