¿Smoke in the water o viceversa?

Cosa personal de Rafael Menjívar Ochoa
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Guanajuato, Gto., 15 de enero. El ayuntamiento de Guanajuato aprobó un bando de policía y buen gobierno que castiga con 36 horas de cárcel o multas hasta de 30 salarios mínimos (más de mil 500 pesos) a quienes pidan limosna, digan palabras altisonantes, vendan en la calle, hagan manifestaciones o se besen.A todos los alcaldes panistas de Guanajuato se les ocurre cada cosa... Hace unos años se prohibió que las mujeres usaran faldas cortas en las oficinas públicas (supongo que porque eran preludio para los besos que embarazan a las muchachas, o porque uno exclama "¡Ay, güey!" frente a unas buenas piernas), antes prohibieron --entre otros-- un concierto del grupo Black Sabbath en pleno Festival Internacional Cervantino, cuando los señores ya están más cerca de los valses vieneses que del heavy metal, y así.
El acuerdo fue autorizado por los 10 ediles del Partido Acción Acción Nacional y uno del Partido del Trabajo.
También se castigará a los promotores turísticos que se acerquen a los automovilistas, a quienes no usen los puentes peatonales y a los limpiaparabrisas.
El alcalde de Guanajuato, el panista Eduardo Romero Hicks, aseveró que el reglamento no es excesivo ni persecutorio. La finalidad, dijo, es “inculcar valores y civilidad” entre la población, que sepan que “puede haber una sanción. Eso va modificando la conducta. Según el panista, es necesario castigar esas conductas porque “si no lo prohíbes, si no lo contemplas, la gente lo va a hacer”.
También calificó de “lamentable” que la mayoría de la gente use expresiones como “güey” o que los jóvenes se den “unos agarrones de olimpiada” (besos) en la vía pública.
Marco Antonio Figueroa, regidor panista, afirmó que una de las razones para prohibir los besos en la calle es prevenir que las adolescentes de secundaria queden embarazadas.
La dirigencia nacional del PAN se lava las manos
En un comunicado, el Partido Acción Nacional (PAN) informó que se deslinda “terminantemente” de la decisión del ayuntamiento de Guanajuato.
El Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul, señala el texto, reitera su convicción de que “el ejercicio pleno y responsable de las libertades individuales no es sólo un derecho garantizado en el marco jurídico vigente en nuestro país, sino una condición fundamental para la convivencia democrática”.
Mientras, los cuatro regidores priístas del ayuntamiento calificaron el reglamento de “ejercicio epistolar sacado de la Biblia. Regresamos a la Santa Inquicición”.
Además, las autoridades tendrá un amplio margen de discrecionalidad para aplicar multas o privación de la libertad, lo que propiciará represión, abusos y zozobra, advirtió Hernández.
El artículo 86 del bando de policía y buen gobierno prohíbe y sanciona “todas aquellas conductas que bajo la apariencia de mendicidad o bajo formas organizadas impliquen coacción o acoso”.
Los artículos 34 y 36 proscriben “cruzar una vialidad sin utilizar los accesos o puentes peatonales” y “proferir palabras, adoptar actitudes de carácter obsceno en lugares públicos y que ofendan o causen molestia a terceros; realizar tocamientos obscenos en espacios públicos”.
Los artículos 41 y 85 prohíben ofrecer bienes o servicios no solicitados a personas que estén dentro de vehículos.
Esta disposición afectará a por lo menos 900 promotores turísticos de la capital del estado, 200 de los cuales pagaron 500 pesos cada uno al gobierno local por cursos de capacitación.
“Nos entregaron constancias de estudios, gafetes y playeras, y ahora nos quieren dejar sin trabajo. Esto es una burla”, recriminó el promotor turístico Roberto García Méndez.
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Rafael, he estado pensando sobre el hombre sin piel caminando desnudo por las aceras de Phoenix con los brazos extendidos. La imagen es impactante y me he preguntado ¿por qué? Mi respuesta cabe en una de estas imágenes, o tal vez en la reunión de las cuatro. Un abrazo.
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La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita.
Cuando sepas que he muerto, di sílabas extrañas.Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 para esperar el buque en que llegaba el obispo.
Me puse en pie. Por un instante vi nuevamente a Gloria sentada en aquel banco del muelle. El proyectil le había penetrado por un lado de la cabeza; ni siquiera manaba sangre de la herida. El fogonazo de la pistola iluminaba todavía su rostro. Todo fue de lo más sencillo. Estaba relajada, completamente tranquila. El impacto del proyectil hizo que su cara se ladeara hacia el otro lado; no la veía bien de perfil pero podía apreciar lo suficiente para saber que sonreía. El fiscal se equivocó cuando dijo al jurado que había muerto sufriendo, desvalida, sin amigos, sola salvo por la compañía de su brutal asesino, en medio de la noche oscura a orillas del Pacífico. Estaba muy equivocado. No sufrió. Estaba completamente relajada y tranquila y sonreía. Era la primera vez que la veía sonreír. ¿Cómo podía decir pues el fiscal que sufrió? Y no es verdad que careciera de amigos.Yo era su mejor amigo. Era su único amigo. Por tanto, ¿qué era eso de que no tenía amigos?
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