Vendido a la derecha
Me llegaron noticias de la posición de ciertos dirigentes o funcionarios del FMLN acerca de Tiempos de locura. Era de las cosas que prefería no preguntar, porque la respuesta iba a ser dolorosamente obvia. Pero, en fin, me las dijeron, y aquí va:
1. "La derecha" me pagó para que hiciera el libro. Ojalá hubiese sido así, porque según el mito --no sé qué tan cierto sea-- "la derecha" paga mejor que un organismo académico como FLACSO, que fue el que encargó la investigación. Y el pago --porque lo hubo-- juro que fue bastante simbólico. Igual es un libro que hubiera hecho gratis; el tema es apasionante; igual nos cambiamos de casa, nos compramos una lavadora, algo de equipo que servirá para La Casa del Escritor y ropa para Krisma, Valeria y yo. (Algo hay que echarle a la lavadora.)
2. No cuento la verdad acerca de ARENA. En realidad cuento muy poco, excepto antecedentes, porque el libro se acaba en enero de 1981, y ARENA se fundó a finales de ese año. Hay cosas acerca del FAN y de la organización político-militar que se creó a su alrededor; de una "doble institucionalidad" que preveía los escuadrones de la muerte, las elecciones, la lucha de masas y qué sé yo; del apoyo nacional e internacional que recibieron y de cómo lograron estructurar un proyecto coherente de país --algo en lo que la izquierda anda un tanto... uh... dispersa--, y que todo ello redundó en la creación de ARENA.
3. Miento acerca del FMLN. Trato poco acerca del FMLN, porque se fundó en diciembre de 1980. Hablo más de las organizaciones que lo integraron, y de la Dirección Revolucionaria Unificada, y de la Coordinadora Político Militar, y de las maniobras para desplazarse mutuamente. Y lo peor es que no hablo yo, sino la gente que participó en ese proceso; yo nomás junté los datos. Quizá el problema sea que hablo de Salvador Cayetano Carpio, el líder histórico del proceso revolucionario. El Goldstein de 1984, ni más ni menos. Claro que si lo borro de la foto no se entendería la historia salvadoreña desde 1944. O habría que reescribirla, como se ha hecho en los últimos años.
4. No menciono a Roberto D'Aubuisson como asesino del arzobispo Romero. Lo que hago es poner diferentes versiones, en especial la de la Comisión de la Verdad, y también el testimonio del hijo de D'Aubuisson, del mismo nombre. Por desgracia no estoy para repartir culpas, y tampoco quiero el puesto.
5. Hablo de la formación del FMLN y de sus cosas internas, pero no de los demás partidos políticos. Y, sí, se habla de todas las contradicciones del PDC desde su fundación, del Partido de Conciliación Nacional y de otros que muchos no recordarán: el PAR, el FUDI, el PPS, el PRUD...
Etcétera.
Ahora estoy procesando entrevistas de gente de la empresa privada, de uno de los golpistas y de un miembro de la Primera Junta, junto con materiales documentales bien densos y contradictorios ideológicamente, aunque en los hechos coinciden casi todos. Y lo más que puedo hacer es dar constancia de las versiones. Hubiera sido más fácil --estoy seguro-- hacerle caso a mi ideología y condenar a todos los que no estuvieran de acuerdo, alabar a los que me caen mejor y repetir lugares comunes que, después de 25 años, más bien me aburren, por su superficialidad; pero no me gustan mucho las cosas fáciles.
Vendido a la derecha... Era mejor aquello de ser agente de la CIA, o el top del top: de estar "objetivamente" del lado del enemigo y ser, por lo tanto, "objetivamente" un traidor. (Prefiero lo de traidor a lo de "tonto últil"; vanidad obliga.)
1. "La derecha" me pagó para que hiciera el libro. Ojalá hubiese sido así, porque según el mito --no sé qué tan cierto sea-- "la derecha" paga mejor que un organismo académico como FLACSO, que fue el que encargó la investigación. Y el pago --porque lo hubo-- juro que fue bastante simbólico. Igual es un libro que hubiera hecho gratis; el tema es apasionante; igual nos cambiamos de casa, nos compramos una lavadora, algo de equipo que servirá para La Casa del Escritor y ropa para Krisma, Valeria y yo. (Algo hay que echarle a la lavadora.)
2. No cuento la verdad acerca de ARENA. En realidad cuento muy poco, excepto antecedentes, porque el libro se acaba en enero de 1981, y ARENA se fundó a finales de ese año. Hay cosas acerca del FAN y de la organización político-militar que se creó a su alrededor; de una "doble institucionalidad" que preveía los escuadrones de la muerte, las elecciones, la lucha de masas y qué sé yo; del apoyo nacional e internacional que recibieron y de cómo lograron estructurar un proyecto coherente de país --algo en lo que la izquierda anda un tanto... uh... dispersa--, y que todo ello redundó en la creación de ARENA.
3. Miento acerca del FMLN. Trato poco acerca del FMLN, porque se fundó en diciembre de 1980. Hablo más de las organizaciones que lo integraron, y de la Dirección Revolucionaria Unificada, y de la Coordinadora Político Militar, y de las maniobras para desplazarse mutuamente. Y lo peor es que no hablo yo, sino la gente que participó en ese proceso; yo nomás junté los datos. Quizá el problema sea que hablo de Salvador Cayetano Carpio, el líder histórico del proceso revolucionario. El Goldstein de 1984, ni más ni menos. Claro que si lo borro de la foto no se entendería la historia salvadoreña desde 1944. O habría que reescribirla, como se ha hecho en los últimos años.
4. No menciono a Roberto D'Aubuisson como asesino del arzobispo Romero. Lo que hago es poner diferentes versiones, en especial la de la Comisión de la Verdad, y también el testimonio del hijo de D'Aubuisson, del mismo nombre. Por desgracia no estoy para repartir culpas, y tampoco quiero el puesto.
5. Hablo de la formación del FMLN y de sus cosas internas, pero no de los demás partidos políticos. Y, sí, se habla de todas las contradicciones del PDC desde su fundación, del Partido de Conciliación Nacional y de otros que muchos no recordarán: el PAR, el FUDI, el PPS, el PRUD...
Etcétera.
Ahora estoy procesando entrevistas de gente de la empresa privada, de uno de los golpistas y de un miembro de la Primera Junta, junto con materiales documentales bien densos y contradictorios ideológicamente, aunque en los hechos coinciden casi todos. Y lo más que puedo hacer es dar constancia de las versiones. Hubiera sido más fácil --estoy seguro-- hacerle caso a mi ideología y condenar a todos los que no estuvieran de acuerdo, alabar a los que me caen mejor y repetir lugares comunes que, después de 25 años, más bien me aburren, por su superficialidad; pero no me gustan mucho las cosas fáciles.
Vendido a la derecha... Era mejor aquello de ser agente de la CIA, o el top del top: de estar "objetivamente" del lado del enemigo y ser, por lo tanto, "objetivamente" un traidor. (Prefiero lo de traidor a lo de "tonto últil"; vanidad obliga.)
1 comentario:
Para mi, las posiciones que toman los dirigentes de izquierda, son atrevidas y sin fundamento. Me parece que eso de las etiquetas políticas, como que está de moda. Te pongo algunos ejemplos:
*Hace algunos años el partido de las "manitas" (que gobernó desde 1961 hasta 1979, con tradición de elecciones fradulentas) se definió como social-demócrata ¡Jua jua jua jua! Me dio tanta risa, principalmente por la ignorancia de sus dirigentes que desconocen lo que significa esa corriente política.
*Para estas elecciones, la democracia cristiana se ha definido con una línea social-progresista. Ignoro qué significa exactamente esto. Se que existe la social-democracia y el social-cristianismo, pero eso de social-progresista me parece un invento sacado de la manga. Estrategia mercadológica, pues.
*En su edición del 13 de febrero, EDH publica en su sección de nacionales, que nuestro actual presidente es el Blair centroamericano por que ha desplazado a su partido derechista hacia el centro izquierda. Esto si me parece de lo más ridículo. Ni risa me da. ¿Creen acaso que nos podemos tragar esa mentira? Por muchos títulos universitarios que tenga el entrevistado, se equivoca en todo.
saludos
PD. Por un error (in)voluntario de EDH, la noticia no aparece en su sitio web. Sólo podemos leer el encabezado.
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