20 de junio de 2006

J.M. Basil

J.M. Basil tiene unas frases muy buenas que me han servido para varias oosas. Por ejemplo, en Terceras personas hay un epígrafe para el cuarto texto del libro ("Las puertas"), sacado de una novela suya (Ensayo sobre la escritura de los dioses) que dice así:
¿Dónde están realmente los ciegos? ¿Dónde estamos nosotros, su terrible pesadilla?
En Trece me vino al pelo una frase de su libro Los años de Beatriz como epígrafe para el libro:
--Me quedan muchas vidas --le respondió el Gato antes de sufrir un ataque de esa tos seca y desesperante.
--Te estás muriendo. No te quedan tantas --le dijo el Pulga.
--Trece --repitió el Gato--. Me bastan y me sobran.

En la versión anterior de mi página La mancha en la pared, que estaba en Geocities, venía también una frase suya que estaba en plena entrada. Decía más o menos así:
Y pasan los años y uno observa la vida como se observa un automóvil en marcha, una mosca en la sopa, una mancha en la pared.
Y cuando estaba escribiendo Tiempos de locura se me ocurrió que había una frase bien provocadora que podía usar como epígrafe. No la saqué de su obra literaria, sino de un ensayo que no recuerdo cómo se titula:
...porque la complejidad de tales análisis no deriva de su profundidad o de su originalidad, sino de la utilización de las mismas preconcepciones y lugares comunes de siempre, barajados de diferente manera. Por eso a veces es necesario ponerse a pelar mandarinas con la navaja de Occam...
Me pareció que sería prepotente de mi parte poner algo así, y me conformé con un epígrafe de Von Clausewitz: "La intención política constituye el fin, en tanto que la guerra es el medio; y no cabe concebir el medio independientemente del fin."
Como sea, J.M. Basil me ha acompañado desde 1985 con sus frases a la medida, aunque debo confesar que no he leído aún, completo, uno solo de sus libros. Y viene la anécdota (im)pertinente.
En 1998 o 1999, una académica que vive en Estados Unidos estaba trabajando su tesis de doctorado acerca de obras de varios autores salvadoreños, y en mi caso agarró precisamente Trece, Terceras personas y un par más (creo que Los años marchitos y Los héroes tienen sueño). Le llamó la atención que citara a J.M. Basil en dos de los libros, y que mi página abriera con una frase suya. Antes de preguntarme quién rayos era J.M. Basil (como académica de las letras supongo que supuso que debía saberlo), vino un interrogatorio (telefónico; aún no la conocía en persona) más o menos así:
--¿Sientes mucha afinidad con la obra de Basil?
--No. Me gustan sus frases.
--Pero tienes muchas citas suyas.
--Son frases magníficas.
--Pero podrías poner frases de alguien más, o no poner ninguna.
--Me gustan sus frases.
--¿Lo conoces personalmente?
--Desde hace años.
--¿Es tu amante?
Casi solté la carcajada.
--J.M. Basil es hombre, no es mujer --le dije.
--Por eso pregunto --la voz le tembló con un poco de vergüenza y otro poco de... uh... no sé de qué.
--¿Crees que es hombre y que es mi amante?
--Sí.
--¿Por qué crees que es mi amante?
--Porque lo citas demasiado. Uno sólo cita a alguien de ese modo si tiene afinidad con su obra o si es su amante. ¿J.M. Basil es tu amante?
Y allí sí solté la carcajada.
--J.M. Basil no existe --le dije--. Soy yo. Las frases son mías.
--¡Ya decía yo que existía una relación muy estrecha!
El resto de la plática fue para ver cuál era la verdadera relación entre Basil y yo. Y en la tesis y en un ensayo suyo hay todo un rollo en el que se habla de ciertos dejos homosexuales en Terceras personas que francamente no termino de ver muy bien. (La frase final de "El viejo no durmió esa noche" tiene algo de eso, y algunas frases aquí y allá, pero creo que apunta a otra cosa, como la complejidad de la relación entre los personajes de ese texto y no de otro. Ella encontró relaciones por todos lados. Hasta en el epígrafe. Aprovecho para poner "El viejo" en mi otro blog; pueden encontrarlo aquí.)
El caso es que J.M. Basil nació de la manera más boba. Necesitaba un epígrafe para darle ambiente a un texto de Terceras personas y me lo inventé con la autorización del maestro del tema, Jorge Luis Borges. "J.M." viene porque mi hermano se llama Juan Mauricio y mi tío Juan Manuel. "Basil" porque me gusta la comida italiana, y una buena salsa italiana sin albahaca es casi inconcebible. (Claro que se puede usar perejil, o hierbabuena, o menta, o varias combinaciones interesantes.) Listo. Tenía al autor y tenía la frase exacta que necesitaba para crear el ambiente.
Cuando escribí Trece, necesitaba una justificación para el título (el "título de proyecto" era Diario del suicida; demasiado obvio) antes de que el lector se enterara de qué quería decir exactamente; sólo se dice de manera explícita por allí de la mitad del libro. Me inventé la frase adecuada y pensé en varios posibles autores, y decidí adjudicársela también a Basil. Igual con la frase de La mancha en la pared. Y, ya entrados en gastos, sería el autor de la fallida frase para Tiempos de locura.
En resumen: no, no he leído ningún libro de Basil, porque no ha escrito ninguno. No, no es mi amante. Ni siquiera lo conozco en persona, aunque he convivido con él durante toda mi vida. Sí, me gustan sus frases, porque dicen exactamente lo que quiero. Sí, a veces a los académicos se les pasa la mano en sus atribuciones y, por buscar "el lado oculto", se olvidan de las cosas más obvias. El texto, digamos, y lo que el texto dice.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja que buenísimo!!! Yo tengo un alter ego que data mi niñez. Teresa. Pero esas cosas esquizoides las dejo para otro día.

By the way: "Uno sólo cita a alguien de ese modo si tiene afinidad con su obra o si es su amante." Es que bueno... sí a mí me gusta tener citas con mis amantes... por ahí ella se equivocó de la acepción de "citar" jiji

Anónimo dijo...

Nunca he tenido un alter ego. Pero me he ensoñado citándome a mi mismo: "El gran escritor y científico... señaló que en la ciudad no se escuchan los gritos, si no que huyen los unos de los otros, lo cual se confirma con su teoría sobre los gritones...". Qué bonito escribir.

Anónimo dijo...

Confiesa la verdad: en realidad aprendiste del Maestro Honorio Bustos Domecq eso de escribir tus propios epígrafes. ;-)

Por último, a veces un puro es sólo eso, un puro, para jugar con la frase atribuida a Freud. Eso es algo que nosotros los lectores no comprendemos. Y parece que algunos académicos tampoco.

Anónimo dijo...

mi admiracion para esa academica, sabia a quienes estudiaba y los puntos por donde desarmarlos facilmente.
ella ya habia descubierto la verdad, solo queria confirmarla. hoy, si no hay informacion de alguien en internet, ese alguien no existe.
que facilmente cayo usted: para que crear un ser imaginario si a la menor presion dira "¡bu! soy yo" como niño jugando a los espantos. el objetivo de toda ficcion es que quede flotando en la fantasia de los demas, pues ese ser es real y vive en un cuerpo que no es el suyo, mientras el miedo de ese cuerpo no lo autoexorcise. otros pueden descubrirlo, pero eso no rompera el encanto, a menos que los medios para descubrirlo sean mas maravillosos que los suyos para crearlo.
que chichemente lo domaron: basto que le sugirieran homosexualidad! y quedo ante la academica como un aburrido de sexualidad burguesa...(indira no se atreveria a decir sexualidad de naco latinoamericano. jamas.)
me pregunto si siguio escribiendo sobre usted...

Anónimo dijo...

Se me ocurrió otra cosa: "Basil-aste" a la mara :P

Anónimo dijo...

JAJAJAAJA ASI QUE TE CREYERON HOMOSEXUAL??? JAJAJAJAJA BUENO, TODO HOMBRE TIENE UN YAHAIRA YAMILETH DENTRO , SUPONGO QUE LA MAYORIA LO NIEGA Y UNOS POCOS LO DEJAN SALIR...JAJAJAJAJAJA

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Víctor: Nunca he llegado tan lejos, pero podría intentarlo. El ego da para todo.

Aldebarán: Sí, lo aprendí de la mitad más interesante de Bustos Domecq. A Bioy Casares lo leí apenas en 1998, después de que descubrieron que me había influido precisamente en Terceras personas. Con Borges a veces la única cita que no es apócrifa es el epígrafe.

Indira: No me estaba escondiendo ni quería tomarle el pelo a nadie; necesitaba un epígrafe para un texto, busqué por todas partes y no encontré uno que me sirviera, lo escribí y le puse un autor: Juan Mauricio Albahaca. Revisé por ejemplo a Sabato, que tiene unas frases buenas sobre la ceguera y los ciegos, pero no daban para lo que necesitaba. Quería crear un ambiente antes de empezar el texto, pues. Si la académica me hubiera preguntado directamente "¿Quién es J.M. Basil?", se lo contesto igual de directamente. Lo de la homosecualidad no me molesta, nomás que no me tocó en la lotería de las preferencias sexuales. Le toca a entre uno y dos de cada diez, según las estadísticas; no me quedó más que ser escritor, supongo.

Aniuxa: La mara se vacila sola. Si le hubiera dicho que sí era homosexual, seguro encuentra tesis bien interesantes, pero no por eso acertadas.

Usuaria anónima: Ésa es la teoría de muchos homosexuales: todos lo somos, nomás que sólo algunos lo admiten. Me parece igual de ligero que decir que la homosexualidad es curable, o que alguien no es homosexual si no lo practica o si se casa y tiene hijos. Igual me pregunto cómo me veré vestido de Yahaira con todos estos pelos.

Anónimo dijo...

que gente...confunden homosexualidad con transvestismo, y usted parece que tambien...por otro lado, las tesis interesantes que pueda encontrar alguien en un texto SON ACERTADAS si las fundamenta en el mismo texto, aunque otra haya sido la intencion del autor y ni siquiera lo sospeche.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Qué gente, de verdad.
Tengo un amigo que asegura que no es homosexual, y su esposa dice lo mismo. Desde hace no sé cuántos años no sólo es travesti, sino que también estaba tomando hormonas para convertirse en mujer; no sé si ya se haya hecho la operación (hace varios años que no sé de él directamente, supongo que porque no nos hemos escrito y nada más), pero, al paso que iba, ya tendrá buena parte de lo que caracteriza a las mujeres y poco de lo que caracteriza a los hombres. Sigue casado y todo, y sigue diciendo que no es homosexual. Para él no hay contradicción entre tener cuerpo de mujer, ser hombre, comportarse como mujer, estar casado con una mujer, medir 1.84 y tener unos brazos del grosor de mis muslos. (Siempre fue casi lampiño; por ese lado no habrá tenido broncas.) No lo entiendo, pero no estoy para entenderlo. En el momento en que se decidió a salir del clóset fui el primero con el que habló y le di terepia de amigos y lo acompañé a lugares en los que quizá fuera a tener problemas por ir vestido con unas faldas francamente escandalosas. No eran bares gay o cosas así: eran reuniones con amigos comunes, que después de todo lo tomaron bien. ¿Por qué lo hice? Porque era mi amigo y porque me lo pidió; soy bien simple en mis motivaciones. Igual nunca le dije su nombre femenino, sino el que decía su credenecial de elector, o su apodo, y siempre me rehusé a despedirme de beso. (Los cuates que al principio tenían prejuicios no: siempre se despidieron de beso de él. Punto en mi contra, pero no me estoy haciendo el héroe con esta historia; sólo te cuento lo que pasó.)
Se supone que hay travestis que no son homosexuales, y sin duda hay homosexuales que no son travestis. Tampoco estoy para profundizar; tengo mucho trabajo en otras áreas, como la literatura, la música y esas vaguedades. No sé de estadísticas, y tampoco me muero por conocerlas, pero, en lo que me ha tocado apreciar --y no soy gente de mucho mundo--, excepto mi cuate del párrafo anterior, todos los travestis que he visto han sido homosexuales. Igual me he topado con varios a los que confundí con mujeres, o con homosexuales; hay detalles que no pregunto a la gente con la que platico. (Hay gente de La Casa, por ejemplo, de la que no sé en qué trabaja, o dónde, o si tiene papá y mamá, y a veces tampoco los apellidos. Y es gente a la que veo todas las semanas. Mi curiosidad debe ir por otro lado.)
Mark Twain tiene una frase que puede aplicarse al caso, aunque habla de razas: "No me importa si un hombre es blanco o negro, rojo o amarillo. Me importa que sea humano; peor que eso no puede ser." Cambia los colores por "homosexual", "heterosexual", "musulmán", "psicólogo clínico", "migueleño", "santaneco", "católico" o la característica o prejuicio de tu preferencia y tendrás una frase igual de válida.
No sé si los académicos acierten o no en sus análisis; sé que lo que dicen rara vez tiene que ver con el texto y sus intenciones. Siempre se quedan cortos, y en general proyectan bastante fuerte sus preocupaciones personales. Los autores no somos animalitos medio tontos que no sabemos lo que ponemos: lo que ponemos en lo que queremos poner, y lo que implicamos es lo que queremos implicar. Y todo tiene un valor literario... o no. Mi impresión es que los académicos se ponen a rodear el texto y --como dice Foster-- no se meten en él, no lo atraviesan, y en el fondo no les interesa. Es decir: en "El viejo no durmió esa noche" hay varias cosas que podrían hablar de una homosexualidad latente del personaje central, pero reducirlo a eso me parece poco acertado, y presuponer que a uno "se le escapó" algo de la homosexualidad propia es francamente obsceno. Tardé cerca de diez años en escribir y corregir el libro; sé qué dice cada frase y por qué la puse allí, qué quería implicar y qué no; Thierry podrá dar fe de lo que digo, pues siguió el proceso durante años y tradujo dos veces el texto.
Si hallan en mis cosas más de lo que hay, bienvenidos y gracias. Pero quizá por buscar lo que "realmente quise decir" o lo que mi estupidez pasó por alto se pierdan de lo que está en el texto. ¿Que algo tendré de homosexual por tocar el tema? Ni idea. Hasta ahora mi teoría y mi práctica has sido heterosexuales, y no me quejo ni me preocupa. También he escrito sobre asesinos seriales y rubias, y no soy ninguno de los dos, y menos los dos al mismo tiempo. (De niño sí era medio rubión, nomás que para ese entonces no sabía lo que era un asesino serial.) He escrito sobre gatos (mi signo es Leo), ajedrecistas (sí, jugué ajedrez en dos épocas de mi vida), boxeadores (mi tío me dio una ocho o diez lecciones hace miles de años), jazzistas (en alguna época toqué algo parecido al jazz), abuelas (aún no soy abuelo, y menos abuela, pero tuve varios), torturadores de la Policía Nacional (nunca me torturaron, torturé ni me gustó la idea), conejos descuartizados (menos aún) y pastillitas de menta. A cualquier cosa de ésas le puedes sacar las implicaciones que quieras, mientras más perversas y "reveladoras", mejor. Pero la literatura es otra cosa, y me temo que muchos académicos de las letras aún no entienden cosas tan elementales para su oficio como la literatura misma.
Sigo pensando que me vería rarísimo vestido de Yahaira con todos estos pelos.

Anónimo dijo...

ay, hombre!!! ese su chero no era ni homosexual ni travesti: era o es TRANSEXUAL, que es muy otra cosa y horrorizante ya que implica la carniceria de cambiar el cuerpo a puro bisturi...como para no dudar de lo real de esa condicion. son los que se sienten atrapados en un cuerpo que no corresponde a su psique, mujeres en un cuerpo de hombre o, no nos olvidemos: HOMBRES EN CUERPOS DE MUJER.
a veces esa mujer que habita a un cuerpo de hombre puede ser lesbiana, si. lo que es mas raro, y a saber por que, es que el hombre que habita un cuerpo de mujer sea gay...yo creo que hay mucho de socializado en eso, aunque decir esto es herejia, pues se quiere creer que es nato.
que bonito hablar de esto en el mes de la conciencia LBGT,y ademas hoy es dia mundial de la musica!!! asi que si quiere conmemoorar y ademas progresar en conciencia sexual, oigase la sinfonia 5 de mahler.
pues los academicos son como los las ong's y las grandes agencias de la onu, tienen que rendir informes alarmistas o se quedan sin trabajo, asi que inventan, pero los lectores comunes y corrientes si que tienen derecho a enriquecerse no solo descifrando que quiso decir el autor, sino que le dice a el desde su propia experiencia de vida. es borges el que dice que hay tantas biblias como lectores de la biblia? y nadie se baña dos veces en el mismo libro...

Anónimo dijo...

ME DA RISA QUE SE CLAVEN POR UN SIMPLE COMENTARIO COMO EL QUE TE VERIAS CHISTOSO COMO YAHAIRA YAMILET, PERO DEBO ACLARAR QUE NO ES QUE CONFUNDAS EL SER TRASVESTI O SER HOMOSEXUAL, PARA DESPEJAR DUDAS ESTA ES UNA BROMA PERSONAL. RECUERDO COMO FUE ESO...JAJAJAJAJ VOS ESTABAS HABLANDO CON MI ESPOSO (DE ALGO QUE NO VIENE AL CASO) CUANDO ENOJADA LES DIJE QUE UDS DE MUJERES NO LA HARIAN. ENTONCES FUE CUANDO LES DIJE QUE COMO MUJERES SE VERIAN HORRIBLES Y LES PUSE EL NOMBRE DE YAHAIRA YAMILETH, UN TRASVESTI QUE TRABAJA EN EL POSEIDON CON UNA PELUCA ROJA (ESE ERA TU COLOR DE PELO Y EL DE MI MARIDO RUBIO),JAJAJAJA CLARO, TODO FUE UNA BROMA, NO QUE CONFUNDAS LOS TERMINOS. ADEMAS... QUE CLAVAZON POR ALGO TAN BOBO QUE SOLO MI MARIDO Y YO ENTENDEMOS.

Anónimo dijo...

Siempre que pienso en académicos de literatura, recuerdo la - para mi - hermosa imagen de "Dead Poets Society" donde comienzan a leer el libro de texto, y el autor menciona que hay que analizar a la poesía en ciertas dimensiones, etc... y lo que hacen después: arrancan esa introducción.
No niego el valor de esos que quieren escrutar lo para mi, inescrutable. Es cuestión de toda una vida lograr entenderse a sí mismo y ya no digamos a otra persona solo a base de sus textos y discursos. Algo agregan, si, siempre es bueno saber algunas cosas extras sobre el autor y el contexto, motivaciones, etc.
Pese a ello, considero que se quedarán siempre cortos, sus hipótesis se quedan en eso; los análisis no trascenderán nunca el valor del escrito y lo que provoca en el lector. Los más sesudos análisis no podrán nunca explicar porqué a mi Andanzas y Malandazas me hizo reir y llorar la misma noche, y porqué a un mi amigo le hizo adoptar un perro de la calle.

Anónimo dijo...

wow!!! acabo de leer el viejo no durmio esa noche y me encanto. definitivamente homoerotico, hobosexual (repito:hobosexual), falico, visto por mi. si lo descubre la mara gay lo pondrian de moda en un dos por tres, que son buenos para eso.

Anónimo dijo...

Bueno, caballero ud quiere que le haga el bendito para que me de la opinion de lo que le mande????. No seas malito y decime como va lo que escribi. Yo se que tenes mucho trabajo pero... pero...bueno, para que me hago la mensa, leelo y ya....jajajajajja. No, porfis.

Anónimo dijo...

Después de tantos años de leer cuidadosamente lo que escribe Rafael, no veo la más mínima huella de homosexualidad. Confieso que no soy una investigadora norteamericana, por supuesto. En la toda su obra, hay un personaje homosexual (en TRECE), o sea que considerando la totalidad de los personajes que cruzan sus textos, es un porcentaje bastante inferior al porcentaje de homosexuales que hay en la vida real. Creo que es un tema que para Rafael es absolutamente insignificante. Y nada de homosexualidad solapada. Me cansa el estereotipo según el que todos somos judíos alemanes, palestinos, norteamericanos, negros y homosexuales. Somos lo que somos y me parece bastante. Mientras lo que somos no nos lleve a menospreciar a los que no somos.

El viejo no durmió esta noche es un texto magistral, y como dice Rafael, yo lo he visto evolucionar. Tengo una versión a máquina (con tinta grisácea, porque en aquellos tiempos Rafael cambiaba la cinta de su máquina cuando le caía plata, o sea nunca) que él me entregó en 1986, con algunas correcciones manuscritas. tengo otra versión que me mandó a principios de los 90', en disquette, y varias versiones "definitivas". Hasta la última, perfecta en el sentido etimológico de la palabra. Es posible que en el caso de "Las puertas" haya preferido versiones anteriores, pero es que a mí lo que me interesa en la literatura no es cómo está escrito un texto, sino cómo se escribe. Soy un universitario tal vez atípico, pero soy universitario, me gusta indagar tratar de comprender no el porqué sino el cómo de las cosas que unos saben hacer y yo no. Un día, recibí una carta de un autor al que había dedicado un artículo. El tipo (que era uno de mis héroes literarios) me recordaba una frase de Louis Aragon, que decía que la crítica literaria había de ser una pedagogía del entusiasmo y me agradecía el hecho de haberlo practicado así. Luego conocí a Betrand Poirot-Delpech, jefe de la sección literaria de Le Monde, y ahora miembro de la Academia Francesa. El me desaconsejó que siguiera en esta vía. Su opinión era que pretender ser crítico literario era incompatible con ese deseo mío de dedicarme a presentar a la multitud lo que había de bueno. Por eso me hice universitario. Este año, con los estudiantes, hemos estudiado un libro de Claudia Hernández. Otro años será de otro autor, u otra autora. No importa. Lo importante es que haya gente cuyas obras tengan el poder de maravillarte.

En una entrevista reciente, Sergio Ramírez dijo que ya no había cuentistas. En una tertulia a la que asistí, en Costa Rica, hace unos años, Sergio Ramírez dijo que había tantos clásicos que leer que no quería perder el tiempo leyendo lo que salía (de cierta manera estoy de acuerdo con él, no leo lo que él escribe).

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Después de varios días sin internet, me encuentro con varios comentarios que trato de contestar.
Indira: Parafraseo a Mark Twain: no me importa si un hombre es heterosexual u homosexual, travesti o transexual, drag queen o enclosetado. Me importa que sea humano; peor que eso no puede ser.
En otras palabras, mal haría si me quejara de que los académicos de las letras pongan clasificaciones dpor aquí y por allá a cosas que no las necesitan, o que encajonen las obras y a sus autores en cajoncitos de lo más estrechos, si me dedicara a poner a la gente bajo membretes fáciles. Si ellos se quieren encajonar, allá ellos; el clóset tiene muchas formas y sentidos. Si se pone de moda mi cuento, bien por el cuento. Si te parece homoerótico, excelente. Si alguien cree que es una mujer metida en el cuerpo de un hombre y se convierte en mujer pero se sigue considerando hombre aunque de tendencias lesbianas, magnífico; es un gran ejemplo para ver la complejidad del pensamiento humano, aunque en lo personal me recuerda un dicho jalisciense: "Tanto brinco estando el suelo tan parejo." Allí cabe bien una de las frases de J.M. Basil: a veces hace falta ponerse a pelar mandarinas con la navajita de Occam.
Mahler me aburre un poco en la mayor parte de sus cosas. Me parece terriblemente técnico. Me encantan de él el movimiento coral de la cuarta, me gustan la novena y la décima y cada cierta cantidad de meses pongo La canción de la tierra para saber si me gusta o no. Mäs de veinte años después de haberla conocido no tengo idea, pero tiene unos juegos armónicos interesantes.
En cuanto a que uno no se baña dos veces en el mismo libro, es cierto: según el propio Borges, el recuerdo está hecho de olvidos. Cuando uno relee un libro en realidad está leyendo un libro nuevo --dice--, porque en el tiempo transcurrido lo ha olvidado y reinventado, y de verdad que es un proceso maravilloso.

Usuaria: Tu esposo sin duda se vería peor que yo de Yahaira o de Yamilet. Mi pelo es más bonito. Y, sí, ya está tu texto en lista de espera prioritaria. Nomás que hoy tuve dos talleres, mañana me toca uno muy largo y filmar un par de cosas, de miércoles a viernes me pasé editando un video que filmamos hace dos años y he tenido gente todos los días. Odio que me encante mi trabajo.

Víctor: Esa escena es de las pocas que me gustaron de esa película. He visto varias veces la película hasta ese punto nada más para reírme otra vez. Después se toman demasiado en serio, creo.

Thierry: ¿Tienes la primera versión de "Las puertas" en formato electrónico o escaneada? Me gustaría ver por qué te gusta más que la que quedó. A mí me parecía que allí se perdía buena parte de la estructura del libro, pero igual estaba equivocado... Se va a publicar de nuevo en español en algún momento entre 2006 y 2007, y quizá podría reconsiderarlo... (Esteee... Bueno... Ya sé que tu traducción... Esteeee...)