5 de junio de 2006

Óscar Romero es negocio...

...y no me refiero a los que (como con Shakespeare) hacen fama, dictan conferencias y arman ONGs en su nombre, sino a las monedas conmemoriativas de oro, plata y ambas que han salido con el escudo de El Salvador de un lado y la efigie del arzobispo asesinado en el otro. Las puede comprar aquí por $1,300, $45 y $65, respectivamente, más $6.95 de gastos de envío.
Me encantó la presentación, que ni siquiera habla de que "hay que recordar a..", sino que se lanza al discurso de izquierda (o lo que sea) sin más explicaciones, y de allí brinca al discurso comercial:
Monseñor Romero quien representa al pueblo, considerado por el resto del mundo como un mártir moderno, y camino a ser un Santo en el futuro, representa para esta generación de salvadoreños el hombre que desde el pulpito condenó los crímenes contra la población, y fue vilmente asesinado durante el ejercicio de una misa, y representa el comienzo de la guerra. [...]
Todos nuestros productos tienen 30 días de garantía para poder retornarlos, siempre y cuando la cápsula no haya sido abierta, 100% de su dinero será devuelto excepto por los gastos de envío y manejo, y seguro si aplica.
Uhm... Quizá la de $45, porque $1,300 no tengo, y la otra se me hace como de mal gusto. ¡Plata con oro, por San Cartier! ¿Se me quitará un poco lo ateo si la pongo en la mesita de noche y le pongo una velita? También están las monedas de los Acuerdos de Paz, y cuestan lo mismo...
¡Ah, qué decisión más difícil para las 3:15 de la mañana!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaja....si, es que a las tres de la mananan es cuando las grandes ideas se presentan asi como las mayores encrucijadas de la vida. Pienso que mejor te vas a comer una de tus hamburguesas y hasta pisto te sobra...jajajajajaja

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Y hasta puedo comulgar: "Ésta es mi carne y en ella me convertiré, esta coca de dieta es mi sangre y estos pepinillos están ricos."
Tienes razón. Vivan los placeres simples y los martirilogios humildes.

Anónimo dijo...

Rafael: estas son las palabras del Papa Juan Pablo II cuando vino aqui en 1983: "El mal de la división entre los hombres, que ha sembrado el mundo de sepulcros con las guerras, con esa terrible espiral del odio que arrasa, aniquila, en forma tétrica e insensata.

¡Cuántos hogares destruidos! ¡Cuántos refugiados, exiliados y desplazados! ¡Cuántos niños huérfanos! ¡Cuántas vidas nobles, inocentes, tronchadas cruel y brutalmente! También de sacerdotes, religiosos, religiosas, de fieles servidores de la Iglesia, e incluso de un Pastor celoso y venerado, arzobispo de esta grey, monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien trató, así como los otros hermanos en el Episcopado, de que cesara la violencia y se restableciera la paz. Al recordarlo, pido que su memoria sea siempre respetada y que ningún interés ideológico pretenda instrumentalizar su sacrificio de Pastor entregado a su grey".

Eso de los medallones de oro y plata es un negocio kilometrico.Muchos lo hacen diz que para...

saludes

Anónimo dijo...

y ni siquiera tenia un nombre comercial el humilde oscar arnulfo...asi que la primera falta de respeto fue llamarle "romero", ni siquiera la santidad, lo sagrado respetan y le llaman "san romero", porque quien volvera a ver a un oscar arnulfo, aunque sea santo?
el instante en que unos padres escogen el nombre a su hijo es sagrado, aunque actualmente se haya perdido ese sentido de lo sagrado de cada vida humana, asi que, si queremos venerar a este hombre, y lo mas sagrado de su vida y respetar nuestra cultura, deberiamos empezar por llamarle orgullosamente "san oscar arnulfo"...ah, y no quitarle los anteojos, ni europeizarle las facciones!

Anónimo dijo...

Nelson: el problema con Monseñor Romero, no es la recuperación ideológica, es la recuperación de su imagen por parte de gente que justamente no se guía por ninguna ideología que no sea esto: recuperación de la imagen. Con Cristo, con Guevara ocurrió lo mismo, en fin con todos (excepto yo, no soy bastante sexy). Creo que es lo que quiere decir Rafael. Recuerdo un día en que él y yo íbamos en bus y pasamos cerca de un teatro de San salvador que se llama el teatro Roque Dalton. El comentario de Rafael fue que era absurdo darle a un teatro el nombre de un poeta (casualmente novelista) que nunca había escrito para teatro. Creo que tenía razón. Y su comentario no iba en contra de Dalton, todo lo contrario. Con Romero lo que pasa es igual, hay que mirar irónicamente su conversión en icono de la sociedad de consumo. El problema no es su recuperación ideológica, el problema es su conversión en llavero. El caso más extraordinario de cinismo es el de una empresa de productos de comida china que vende salsa agridulce bajo la apelación Tianamen. Qué fineza. O sea que no es absolutamente descabelludo imaginar una empresa de pupusas empaquetando sus productos con un cromo de Monseñor Romero. A esto se refiere Rafael, si no interpreto mal su post. Ahora, parece que todo es posible. Aquí, en Francia, el salmón importado de Chile se comercializa bajo la apelación "Salmón del Atlántico". Possí, todo es posible. Absolutamente todo. Y no por eso voya ahorcarme. Es sumamente idecoroso. Chao.

Anónimo dijo...

Interesante el comentario de Indira.

Efectivamente, desde los inicios de la Iglesia, a los santos se les llama por su nombre de pila. En casos de multiplicidad de nombres, puede usarse su nombre completo: San Agustín de Hipona, por ejemplo.

¿Porqué entonces quienes promueven la santidad del asesinado Arzobispo, no le llaman San Oscar, San Oscar Arnulfo, ó, en caso de necesidad, San Oscar Arnulfo de San Salvador?

¡¡¡Ojo que al Hermano Pedro, santo de Guatemala en ciernes, nadie le llama San Betancourt!!!

Anónimo dijo...

Coincido con qué todas las cosas se mercantilizan (ja... es que estudié-estudio economía)... Y sí, es lo que pasa con El Ché, yo me pregunta qué diría el Ché de ver su imagen a la par de Mickey o el logo de Barca o el Real Madrid... Cosas que pasan. Pero eso no le quita ni méritos al Monseñor, ni al Ché ni... a Mickey Mouse ¿¿¡¡??!!

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

¡Con Mickey Mouse que nadie se meta!
Lo paradójico es que Romero y el Che pelearon precisamente contra lo que --en palabras de Thierry-- los convirtió en llaveros.

Anónimo dijo...

tiene razon, el-vis, nadie llama san betancourt al hermano pedro: es que el vivio en los 1600s, y no cae dentro de las fobias y filias ideologicas de hogaño...que si no...san betancourt de america...que pedro no les sonaria muy vendible tampoco, digo yo.