22 de marzo de 2009

Y con ustedes... ¡el OIE!

Con la llegada de Mauricio Funes a la presidencia del país, por primera vez el ahora llamado Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) estará a las órdenes directas y al servicio de un presidente de izquierda, que representa a un partido autodefinido como revolucionario y socialista.
El OIE, en efecto, sólo responde al presidente de la república, en este caso a Funes, como lo hizo su antecesor, ANSESAL. La diferencia es que ANSESAL estaba en manos de la Guardia Nacional, y ahora no existe Guardia Nacional, y es de suponerse que el OIE sea un órgano de carácter civil o mayoritariamente civil.
Una pregunta bien obvia se me viene a la cabeza: ¿qué van a hacer Mauricio Funes y sus colaboradores con cierta información del OIE, y con al archivo histórico, que obviamente incluye el de ANSESAL, el que "robó" el mayor Roberto d'Aubuisson para organizar las bases de ARENA, y los escuadrones de la muerte para saber a quién descuartizar y a quién no, entre otras delicadezas? A ese archivo, del que los militares conservaron originales, ni siquiera Duarte tuvo acceso, y habrá que ver hasta qué punto los presidentes que lo siguieron, de Cristiani a Saca. 
Si se trata de un asunto de principios, mucho de esos archivos deberían ser desclasificados y puestos a la orden de la población. Me refiero a los de ANSESAL, claro. Allí debe estar el expediente de muchas personas, vivas o muertas, y, por la minuciosidad y orden que demuestran los militares en sus asuntos, algo habrá que hable de cómo pasaron de estar vivas a estar muertas, o por qué pasaron o no de un estado al otro.
Y habrá sorpresas. Imaginen, digamos, las listas de colaboradores, las relaciones entre --pongamos-- la gente de izquierda con los militares, y viceversa; los métodos de infiltración, lo que quieran. Y qué es lo que dice el expediente de cada uno de los que tuvimos --¿lo tendremos aún?-- un expediente.
En cuanto al OIE, satanizado por la izquierda durante tantos años, ¿se convertirá en algo bueno ahora que lo manejará alguien declarado de izquierda? La experiencia dice que un órgano de inteligencia no tiene moral, no tiene banderas y no tiene madre conocida. Es parte de los aparatos del poder que hacen que, sea quien sea el que gobierne, tiene como único objetivo sostenerlo en el poder. El OIE no será de izquierda, obviamente, ni tendrá una "opción preferencial" por los pobres, investigará sólo a los ricos ni dejará de infiltrarse en todo lo que se pueda infiltrar. Quizá cambie de nombre, pero sólo responderá al presidente, y "en última instancia" (odio esa frase) servirá para el monitoreo y control de la población y la protección de quien se encuentre en el poder. Espionaje, al más puro estilo KGB, pues, con restricciones que la KGB quizá no tuvo.
¿Se acuerdan por allá por 2000, cuando NO había escuchas telefónicas manejadas por y desde Casa Presidencial? Bueno, pues NO las manejaba el OIE y yo era uno de los que NO tenían el teléfono intervenido. Lo descubrí de la manera más simple: tratando de comunicarme a internet por módem. Conectaba y había un punto en que la señal comenzaba a rebotar hacia mi computadora, y así de ida y regreso, hasta que la comunicación se hacía pelotas. Organicé varias pruebas y, sí, la señal no llegaba directamente al servidor de Telecom, sino "filtrada", es decir "sucia", es decir que, como todos negaron que hubiese intervención, tuve que poner lo que en ese entonces se entendía como "banda ancha" (64kbps) con Telefónica, y otro número de teléfono que no sé si habrán intervenido, ni me importa; no hay nada que hable por teléfono que no pueda decirle en persona al agente encargado, a su jefe o a la puta madre de ambos.
Lo que propongo es que, así como existe el Museo de Historia Militar y el de la Revolución, se organice el Museo de ANSESAL, con un archivo en el que cada quién pueda revisar sus expedientes y el de sus familiares muertos. Si hay cosas que son de valor histórico y hay registro de ellas, que se den a conocer, como las míticas conversaciones entre el Chele Medrano y Schafik Hándal, sólo por dar un ejemplo.
Si se trata de pedirle cosas al nuevo presidente, sería una que nos ayudaría a saber qué, quién y cómo nos ha manejado en el último medio siglo.
Con respecto al OIE, creo que la parte interesante vendrá por otros lados. Por ejemplo: ¿qué gente importante de la izquierda ha trabajado con el servicio de inteligencia? No me refiero a personas a la que algún agente les haya sacado información, sino que hayan colaborado directa y voluntariamente. ¿Cuántos de nuestros iconos se romperían? La verdad, me gustaría saberlo.
A mí me han acusado de estar a sueldo del OIE. Pues bien, señores, ahora tienen el juguetito en la mano, Búsquenle. Quizá se lleven sorpresas. No de que yo colabore con "el enemigo", porque saben que es falso. El problema es que ahora ustedes serán el enemigo.
Suerte.

4 comentarios:

Carlos Abrego dijo...

Rafa:

"Si se trata de un asunto de principios, mucho de esos archivos deberían ser desclasificados y puestos a la orden de la población".

La idea así a simple vista puede parecer genial y muy astuciosa, no obstante tengo reparos. No a la desclacificación, es decir que se hagan públicos, sino que ese tipo de material contiene siempre muchos vicios y manipulaciones. Me parece que antes de publicarlo, de exponerlo y de ponerlo a la disposición de la gente, necesita ser depurado, espulgado y clasificado.

Y aquí de nuevo vuelvo a la carga sobre la necesidad de una Escuela de Historia Nacional seria, científica. Pues esos archivos son simplemente materia bruta. Y de ellos se puede hacer cualquier uso, incluso el más deshonesto.

Por consiguiente, también en esto es necesario un debate previo y pluralista. Archivos de esa naturaleza se prestan a cualquier tipo de caza de brujas.

Acabamos de vivir algo muy importante en la historia del país: la alternancia política que va tener lugar con la llegada de Funes al Palacio Presidencial es la consecuencia inmediata de lo que ocurrió en la década de los ochenta, es decir, la guerra. Me explico: la guerra sigue determinando, a mi juicio, nuestra vida política. El hecho de que ARENA y Avila en particular, hayan aceptado su derrota y estén listos a vivir este período de transición, significa que estamos madurando en el duro oficio de la gestión de los asuntos públicos. Destaco que el Ejército no ha sido en todo este período un protagonista de primer plano. Esto también muestra que hemos entrado, que estamos entrando a otra era de nuestra historia. Pero estos dos hechos, muy importantes, son simplemente eso: hechos. Aún no los hemos analisado suficientemente. Me refiero al análisis político y al análisis histórico. Es cierto que esto lo estamos viviendo aquí y ahora. Que falta aún que pase cierto tiempo para que nos dé distancia y perspectivas. Pero de nuevo aquí nos hace falta historiadores. Y en esto me parece que el análisis histórico debe de alguna manera preceder al político. Pues este último con demasiada frecuencia lo hemos confundido con las precipitadas conclusiones partidarias.

Por esto, como razón, apruebo tu propuesta, sin embargo me parece necesaria una clasificación anterior a su desclasificación.

Por otro lado, me parece normal que esta posibilidad surja ahora que el próximo presidente va a ser una persona que se dice de izquierda.

Otra cosa: los estatutos como cualquier otro escrito tienen un aguante infinito. El partido puede definirse "como revolucionario y socialista", vos sabés bien que eso no basta. Existe un texto de Marx, conocido como "Crítica al Programa de Ghota", fundamental, en el que el pensador alemán se muestra quisquilloso, tanto en lo que concierne al fondo, como con los términos usados: lo que muchos llaman socialismo, Marx no lo nombró así: sino "período político de transición". Sólamente una estafa en los oscuros años del Estalinismo puso este término de Socialismo para calificar lo que debería ser transitorio y que tomó con el estalinismo visos de eternidad. Hay otros textos de Marx y de Engels en donde explican por qué prefieren la palabra "comunista" y por qué el famoso "Manifiesto" no se llama socialista, sino que comunista.

La cuestión no es tanto de nombres, no se trata simplemente de taxinomía, es de comprensión. No voy a seguir con esto, pero el término "socialista" surgió por adulteración del pensamiento de Marx.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Estoy de acuerdo contigo. En realidad lo que quiero poner en evidencia es que no todo lo que toque un eventual gobierno progresista va a ser progresista: un órgano de inteligencia no es ni puede ser progresista. Es de los parches oscuros de cualquier sistema (como el ejército), y no se necesita que Beria esté al frente para hacerlo en principio siniestro y paranoico. Su chamba es la paranoia.
Por otro lado, sí, deberían ser historiadores quienes trabajen con el material que eventualmente se desclasifique (estoy convencido de que no van a desclasificar nada; el poder es el poder), pero de ésos hay muy pocos, y de esos pocos hay algunos que muestran un amateurismo indignante, y hasta lo celebran. (¿Pa qué pongo nombres? Aitán y hasta salen en los diarios hablando de cosas que no saben.)
La historia de ANSESAL, la que podría desclasificarse, llega hasta el golpe de 1979, y empieza en 1962, con su fundación por el Chele Medrano, bajo las órdenes del presidente Julio Rivera. O sea todo el periodo del PCN. Interesante, ¿no?
Sé que el OIE va a ser uno de los parámetros para medir qué gobierno tendremos. Y la PNC, que no hemos hablado de eso: ¿para qué la va a usar el nuevo gobierno ahora que tiene en sus manos a su hija dilecta de los Acuerdos de Paz?
En lo personal no creo que cambie nada. Sólo estoy provocando un poco. Pero igual sería interesante un museo o un archivo.

Anónimo dijo...

Igual pienso que seria interesante.
Pero, se tendrá esos archivos todavía?
A estas alturas, o ya se perdieron, o los estaran haciendo perder.

Aldebarán dijo...

En otros sitios, los organismos de inteligencia tienen hasta un sitio Web, para ejemplos España y EE.UU, se tiene idea general de su actuar y de los resultados de sus investigaciones.

En este país, nada de eso sucede, por supuesto. La ley de su creación dice que es un organismo apolítico. En la realidad, si el actual gobierno hace uso de los fondos del estado para propaganda barata del partido oficialista ¿cómo no pensar que usa al organismo de inteligencia para finas más allá de su apoliticidad? Bajo el pretexto de informar directamente al presidente se esconde un aparato que da demasiada desconfianza y que no ayuda al proceso democrático.

Particularmente, creo que muchos informes desaparecerán, así como fue incinerado el libro de entradas y salidas de la escuela militar durante el período de la ofensiva de 1989 donde fueron masacrados los jesuitas de la UCA. Convenientemente, el coronel Benavides permitió su destrucción, como parte de un "proceso administrativo rutinario"

Después dicen que nos ponemos paranoicos.

saludos