"Errores", curas pederastas y leyes fascistas
Ahora resulta que la pederastia perpetrada por curas no es un delito, sino "un error" y que, en lugar de ser reprobable, hace ver "a los sacerdotes más humanos" y eso logra que la feligresía los "aprecie" más...
El disparate fue emitido por el secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Leopoldo González, en declaraciones reproducidas por el diario La Jornada. Inmediatamente después, la oficina de prensa de la CEM aclaró que González "no se supo explicar bien, pues su declaración iba en el sentido de que los sacerdotes también son humanos y por tanto cometen errores".
Me recordó cuando el diputado Merino, en medio de una borrachera, se agarró a balazos con la policía y le atravesó el pecho a una agente, con la que "concilió" por fuera del sistema de justicia, y a su colega Dagoberto Marroquín diciendo que "quién no comete un error", es decir: qué ciudadano no se ha emborrachado alguna vez y se ha agarrado a tiros con la policía, ha herido a una agente y ha salido impune. A cualquiera le pasa, pues.
Las declaraciones de González vinieron al caso por las acusaciones de pederastia y de pertenecer a una red de pornografía infantil que pesan sobre el párroco de Jalapa (Veracruz) Rafael Muñiz López. González añadió que "Para la prensa, la noticia es el mal, no el bien. Ninguno de nosotros puede juzgar a otra persona porque todos merecen respeto".
Añade el diario mexicano: "El titular de la Subprocuraduría de Justicia en Jalapa, Marco Antonio Aguilar Yunes, también se sumó a la defensa del sacerdote y aseguró que en la dependencia no hay indicios ni denuncias contra él que lo involucren en redes de pornografía infantil. 'Esta persona que fue detenida es porque las investigaciones salen del Distrito Federal (…) es considerado sólo como aficionado a estas fotografías', remarcó."
Quizá en la Asamblea Legislativa salvadoreña deberían recogerse los tips que dan González y la jerarquía eclesiástica y civil mexicanas: prohibir, sí, los matrimonios entre homosexuales, pero elevar a rango constitucional, en calidad de "afición", la pederastia si es perpetrada por sacerdotes. Quizá hasta permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo, siempre y cuando una de ellas sea cura y la otra un menor de edad. Y ni siquiera matrimonios, sino relaciones "casuales", porque ya se ha visto que los curas no son muy afectos a responsabilizarse de algunos de sus actos, justo como algunos diputados.
La noticia coincidió con la pataleta que hizo la derecha porque no se aprobó la reforma constitucional contra los matrimonios entre homosexuales, que ligaron a la reforma que permitiría las escuchas telefónicas legales (las ilegales han existido siempre; me consta), en una especie de combo perverso. El FMLN, por fin, dio señales de vida cuando dijo que la reforma (la de los matrimonios) "podría" ser discriminatoria, y desde luego que lo es: entra dentro de la gran categoría de las leyes "especiales" que excluyen a grupos ciudadanos, como negros, judíos, indígenas y qué sé yo. Algo sospechosamente muy parecido a una ley fascista, y más bien así debería presentarse, a ver si Rodolfo Parker et al. reaccionan: ¿de verdad no se dan cuenta de que están proponiendo una estupidez? Quién sabe qué traumas de infancia tengan, o qué curas les hayan tocado de confesores, pero esa sumisión a la jerarquía eclesiástica no es sana, y esa obsesión por elevar a rango constitucional las relaciones privadas ya se pasa de lo pertinente. No están metiéndose con cualquier ley secundaria, sino con la Constitución: convertirían en política de Estado algo muy parecido al apartheid sudafricano, por citar un caso extremo. (La diferencia sería de grado; el concepto es el mismo.)
Ya en serio: ¿no se dan cuenta o así los hicieron?
El disparate fue emitido por el secretario general de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Leopoldo González, en declaraciones reproducidas por el diario La Jornada. Inmediatamente después, la oficina de prensa de la CEM aclaró que González "no se supo explicar bien, pues su declaración iba en el sentido de que los sacerdotes también son humanos y por tanto cometen errores".
Me recordó cuando el diputado Merino, en medio de una borrachera, se agarró a balazos con la policía y le atravesó el pecho a una agente, con la que "concilió" por fuera del sistema de justicia, y a su colega Dagoberto Marroquín diciendo que "quién no comete un error", es decir: qué ciudadano no se ha emborrachado alguna vez y se ha agarrado a tiros con la policía, ha herido a una agente y ha salido impune. A cualquiera le pasa, pues.
Las declaraciones de González vinieron al caso por las acusaciones de pederastia y de pertenecer a una red de pornografía infantil que pesan sobre el párroco de Jalapa (Veracruz) Rafael Muñiz López. González añadió que "Para la prensa, la noticia es el mal, no el bien. Ninguno de nosotros puede juzgar a otra persona porque todos merecen respeto".
Añade el diario mexicano: "El titular de la Subprocuraduría de Justicia en Jalapa, Marco Antonio Aguilar Yunes, también se sumó a la defensa del sacerdote y aseguró que en la dependencia no hay indicios ni denuncias contra él que lo involucren en redes de pornografía infantil. 'Esta persona que fue detenida es porque las investigaciones salen del Distrito Federal (…) es considerado sólo como aficionado a estas fotografías', remarcó."
Quizá en la Asamblea Legislativa salvadoreña deberían recogerse los tips que dan González y la jerarquía eclesiástica y civil mexicanas: prohibir, sí, los matrimonios entre homosexuales, pero elevar a rango constitucional, en calidad de "afición", la pederastia si es perpetrada por sacerdotes. Quizá hasta permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo, siempre y cuando una de ellas sea cura y la otra un menor de edad. Y ni siquiera matrimonios, sino relaciones "casuales", porque ya se ha visto que los curas no son muy afectos a responsabilizarse de algunos de sus actos, justo como algunos diputados.
La noticia coincidió con la pataleta que hizo la derecha porque no se aprobó la reforma constitucional contra los matrimonios entre homosexuales, que ligaron a la reforma que permitiría las escuchas telefónicas legales (las ilegales han existido siempre; me consta), en una especie de combo perverso. El FMLN, por fin, dio señales de vida cuando dijo que la reforma (la de los matrimonios) "podría" ser discriminatoria, y desde luego que lo es: entra dentro de la gran categoría de las leyes "especiales" que excluyen a grupos ciudadanos, como negros, judíos, indígenas y qué sé yo. Algo sospechosamente muy parecido a una ley fascista, y más bien así debería presentarse, a ver si Rodolfo Parker et al. reaccionan: ¿de verdad no se dan cuenta de que están proponiendo una estupidez? Quién sabe qué traumas de infancia tengan, o qué curas les hayan tocado de confesores, pero esa sumisión a la jerarquía eclesiástica no es sana, y esa obsesión por elevar a rango constitucional las relaciones privadas ya se pasa de lo pertinente. No están metiéndose con cualquier ley secundaria, sino con la Constitución: convertirían en política de Estado algo muy parecido al apartheid sudafricano, por citar un caso extremo. (La diferencia sería de grado; el concepto es el mismo.)
Ya en serio: ¿no se dan cuenta o así los hicieron?
4 comentarios:
!!!!!!!! Puuuuuuucha! =0/
Qué clase de desaguisados. Pero bueno (me refiero al primer tema que tocás), la Iglesia Católica (mayúsculas mandan) es experta en tapar sus asuntos y justificarlos, para luego pedir perdón y gracia en nombre de Cristo o los cristos que se inventan.
como va a creer que una minoria de homosexuales se va a imponer a la sociedad que rechaza sus creencias,
entonces el salvador es fascista va a decir, ademas el matrimonio homosexual ya es algo que pasa de lo privado a lo publico. si a usted le gustan los hombres haga con ellos en su cuarto lo que les de la gana, pero si quiere salir a tener sexo en la calle con el y quiere que se lo aplaudamos mejor vayase al carajo
Excelente post. Saludos desde el Uruguay.
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