Desayuno en domingo, primer libro de cuentos, pláticas en el CCE y la columna
El domingo pasado, claritas las nueve de la mañana (sí, con puntualidad británica, con todo y lo de la Armada Invencible), desayunamos bolitas de NesQuick con leche en el Centro Cultural de España con amigos y compañeros que quisieron acompañarnos.
La actividad es parte del ciclo "Desayunando con..." (¡agh!, ¡empezando frase con gerundio!), organizada por Susana Reyes, que en la foto medio aparece a la derecha. Mi cámara no funcionó, por simple falta de pilas, así que la bondad de Santiago Vásquez permite que pueda poner unas fotos por aquí. Hay otras (y varias divertidas) en el blog de René Figueroa (el nuestro).
Me pareció que el chef del CCE estaba un poco molesto porque mi desayuno favorito, las pocas veces en que desayuno, sea NesQuick con leche. La otra posibilidad eran paletas Goliath o Giga, que creo hubiesen sido peores que servir bolitas de cereal y un chorrito con leche. O la más frecuente: un buen par de vasos de agua y un cigarro, Marlboro a falta de Camel o Lucky Strike. (En México fumaba Camel. En El Salvador descontinuaron el Lucky hace unos años. Cuando viajo, compro de cualquiera de los dos en puerto libre y soy muy feliz durante algunos días. A veces paso por el centro y compro a dólar unos que venden de contrabando. No, no me pongo escrupuloso; un buen Camel es un buen Camel. En Estados Unidos compraba Camel Wides, pero en estos tiempos no voy a pagar cinco dólares por una cajetilla, así que puerto libre a dólar con veinte. He dicho.) Aunque hubiera estado bien pedir unos Ducados sin filtro...
En el momento más concurrido hubo unas 35 personas; unas 30 alcanzaron a desayunar, porque varias llegaron tarde, pero igual se integraron a la plática.
Hubo varias preguntas que son recurrentes en este tipo de cosas, por ejemplo cómo hace un escritor para "proyectarse", etcétera. Mi respuesta fue que no tengo la menor idea, que mi trabajo es escribir, y el de otros es publicar mis libros, y el de otros ver cómo se promueven y venden, etcétera. Si uno se pone a hacer de todo, no le alcanzaría el tiempo para... uh... escribir, que es algo así como el eje de todo el asunto de la literatura.
Como siempre, hubo algunas quejas contra "el gobierno" por no apoyar las expresiones artísticas, etcétera, y que la prueba era que La Casa del Escritor no tiene presupuesto para actividades ni para nada --excepto sueldos y servicios-- desde antes de su inauguración. Dije que creo --y lo creo, y lo he dicho por aquí-- que esa falta de presupuesto incluso ha sido beneficiosa, porque son los que están y están los que son. Incluso sale de nuestros bolsillos desde la Coca de dieta de los domingos hasta los materiales y la producción de los videos y todo lo demás. Mencioné lo que pasaba recién inaugurada La Casa: me llamaba un... digamos... escritor, me pedía trabajo o que le pagara algún taller, le decía que no tenía lana y empezaba a atacar fuerte, a veces por los periódicos, para ablandarme (que es una costumbre frecuente para obtener algo de Concultura, y a veces funciona). Y podrán ablandarme lo que quieran, pero lana no tengo, así que a la postre dejan el asunto por la paz. También mencioné que muchos transfieren su mediocridad o su fracaso como escritores a la falta de apoyo (o sea a que no les dan dinero, becas, etcétera) de papá gobierno, y pues yo no trabajo con papá gobierno, sino con el Estado, y no es mi culpa si alguien no tiene la disciplina suficiente para aprender a escribir bien por su cuenta. Por mi parte, he escrito un montón de libros en ratitos libres, y en treinta años ya se han acumulado algunos.
Lo otro es la falta de posibilidades de publicación en El Salvador. Y lo mismo de siempre: para eso está el resto del mundo, ¿no? Claro que si uno quiere que lo reconozcan como escritor en El Salvador, habrá que:
1. Tener paciencia.
2. Tomarse muchas fotos para que el reconocimiento sea mayor.
¿A quién le importa que lo reconozcan, francamente? En mi caso, y hasta donde pude, no dejé que aparecieran fotos mías en ninguna parte. Hace apenas ocho años que empezó ese rollo, y no siempre es cómodo. Pero pos es lo que hay, y ni que fuera García Márquez o Tom Cruise tratando de pasar de incógnito con las masas inflamadas de emoción tratando de obtener un autógrafo. Lo que sé es que buscar "reconocimiento" también lleva tiempo que uno puede dedicar a escribir. La pregunta es si uno es escritor o busca otro tipo de cosas con la literatura como pretexto.
Hubo quien dijo directamente que le parecía que el proyecto de La Casa estaba muerto, y me reí. "Sí --le dije--, es una desgracia que se haya muerto. Está tan muerto que aquí hay varios compañeros --que levantaron las manos, incluso dos que estaban a mi lado en la mesa, Judith y Sandra-- para atestiguar que los muertos que nosotros hacemos gozan de cabal salud."
Hubo más, y muchas cosas positivas, pero ésas suenan demasiado fresas y no venden periódicos. (No hubo gente de prensa. Quizá a los periodistas no les gusta el NesQuick con leche.)
Después de todo el rollo, un cigarro en el patio del CCE. Aquí, con Emmanuel y Roger Guzmán. Compren la más reciente revista Cultura. Vienen unos poemas de Roger. Es alguien a quien de verdad quieren leer. Neta. Créanme. Vale 4 dólares (la revista; no sé Roger) y se encuentra en la DPI, frente a la iglesia del Perpetuo Socorro, a unos metros de ANDA y a un par de cuadras del Parque Bolívar. (Viene también una extensa antología de la gente de Piedra y Siglo, que vale la pena considerar.)
Había una delegación extensa de la República Soberana, Democrática y Morena de Santa Ana (RSDMSA) y de sus protectorados de Ahuachapán y Quezaltepeque, así que nos fuimos apretadísimos en el carro de Susana Reyes a mi casa, organizamos con Krisma y con Erika Salinas una rica y abundosa pasta con carne --de soya para Santiago Vásquez; él armó su propia salsa--, platicamos un ratote y luego nos fuimos a La Casa del Escritor. Aquí estoy con Luis Hernández, con las Cocas de dieta y unas galletas a falta de pan dulce; la señora donde lo compramos no abrió su tienda. Agua para mí y unos churros comprados más bien con envidia: "¿Cómo que los de video compran churros en lugar de pan, y nosotros no?"
Por la dirección en la que miramos y la expresión, está hablando una compañera nueva, Mayra, quien hizo unas observaciones bieeen interesantes a unos poemas de dos compañeros. Trae un enfoque diferente, bastante particular y muy bien formado. Con ella trabajaremos prosa. ¡Otra prosista, Dios mío, qué bien! Ya se me estaban acabando, je, y la última (Ana Escoto) llegó para hacer poesía, y la ha hecho muy bien.
Y hoy martes siguen las actividades del CCE. A las seis de la tarde estará Krisma junto con Alberto López y Claudia Meyer, moderados por Carmen González Huguet, hablando de poesía. Mañana toca prosistas, con Ana Escoto, Georgina Vanegas y Ligia María Orellana, moderadas por Ricardo Lindo. Interesante la cantidad de mujeres que van a participar...
El jueves me toca moderar --excepto a Sandra, que es inmoderada e inmoderable-- a Herberth Cea, Mario Zetino y Sandra Aguilar. Alberto Quiñónez me avisó que no podrá llegar; tiene examen de estadística o algo así en la UES, y primero es lo primero. Nos toca hablar de "literatura y nuevos medios", y ya nos enteraremos de qué se trata eso.
¡Y este año se publicará mi primer libro de cuentos!
Me lo avisó Thierry: Alain Mala ya programó para septiembre la publicación de Un mundo en el que el cielo cae y cae, que está traducido desde hace ya algún tiempo, porque lo escribí hace varios años. Por sugerencia de Thierry, que siempre tiene la razón, saqué un cuento que rompía con el tono del libro y lo sustituí por otro que escribí el año pasado o antepasado y terminé de corregir por allí de noviembre o diciembre. Varios de los cuentos se han publicado en revistas y antologías en varias partes e idiomas, y --como ya he dicho-- me daba medio penita no tener un libro de cuentos publicado. Y pos ai va.
Una cosa llevó a otra, y estamos hablando con otro editor de la publicación de un libro mío de narrativa breve. Y será especialmente breve, porque en serio que escribo poco aparte de novelas. Estuvimos hablando de cómo organizarlo, qué meter, etcétera. Ojalá que se haga.
Y hace semanas que no hablo de mi columna en Centroamérica 21 ni pongo el link ni nada. También es cierto que desde hace semanas que no posteo mucho; he estado ocupado en tres o cuatro cosas que consumen tiempo y algo de energía física y mental.
La de esta semana habla de las alianzas políticas que están armándose o tratando de armarse, y que terminan bien desarmadas, con miras a las elecciones de 2009. Puede encontrarse aquí.
La columna de Krisma está especialmente fuerte, y me gustó, por eso y por otros motivos. La pueden hallar en este link.
Y me regreso a dormir. Me eché una siesta como desde las 8 de la noche hasta la 1:30 de la mañana, y ya toca la dormida de verdad. ¡Ah, los días de descanso...! Ahora los estoy dedicando a trabajar en cosas extra; nunca falta algo que sobre, como diría Aniuxa.
La actividad es parte del ciclo "Desayunando con..." (¡agh!, ¡empezando frase con gerundio!), organizada por Susana Reyes, que en la foto medio aparece a la derecha. Mi cámara no funcionó, por simple falta de pilas, así que la bondad de Santiago Vásquez permite que pueda poner unas fotos por aquí. Hay otras (y varias divertidas) en el blog de René Figueroa (el nuestro).
Me pareció que el chef del CCE estaba un poco molesto porque mi desayuno favorito, las pocas veces en que desayuno, sea NesQuick con leche. La otra posibilidad eran paletas Goliath o Giga, que creo hubiesen sido peores que servir bolitas de cereal y un chorrito con leche. O la más frecuente: un buen par de vasos de agua y un cigarro, Marlboro a falta de Camel o Lucky Strike. (En México fumaba Camel. En El Salvador descontinuaron el Lucky hace unos años. Cuando viajo, compro de cualquiera de los dos en puerto libre y soy muy feliz durante algunos días. A veces paso por el centro y compro a dólar unos que venden de contrabando. No, no me pongo escrupuloso; un buen Camel es un buen Camel. En Estados Unidos compraba Camel Wides, pero en estos tiempos no voy a pagar cinco dólares por una cajetilla, así que puerto libre a dólar con veinte. He dicho.) Aunque hubiera estado bien pedir unos Ducados sin filtro...
En el momento más concurrido hubo unas 35 personas; unas 30 alcanzaron a desayunar, porque varias llegaron tarde, pero igual se integraron a la plática.
Hubo varias preguntas que son recurrentes en este tipo de cosas, por ejemplo cómo hace un escritor para "proyectarse", etcétera. Mi respuesta fue que no tengo la menor idea, que mi trabajo es escribir, y el de otros es publicar mis libros, y el de otros ver cómo se promueven y venden, etcétera. Si uno se pone a hacer de todo, no le alcanzaría el tiempo para... uh... escribir, que es algo así como el eje de todo el asunto de la literatura.
Como siempre, hubo algunas quejas contra "el gobierno" por no apoyar las expresiones artísticas, etcétera, y que la prueba era que La Casa del Escritor no tiene presupuesto para actividades ni para nada --excepto sueldos y servicios-- desde antes de su inauguración. Dije que creo --y lo creo, y lo he dicho por aquí-- que esa falta de presupuesto incluso ha sido beneficiosa, porque son los que están y están los que son. Incluso sale de nuestros bolsillos desde la Coca de dieta de los domingos hasta los materiales y la producción de los videos y todo lo demás. Mencioné lo que pasaba recién inaugurada La Casa: me llamaba un... digamos... escritor, me pedía trabajo o que le pagara algún taller, le decía que no tenía lana y empezaba a atacar fuerte, a veces por los periódicos, para ablandarme (que es una costumbre frecuente para obtener algo de Concultura, y a veces funciona). Y podrán ablandarme lo que quieran, pero lana no tengo, así que a la postre dejan el asunto por la paz. También mencioné que muchos transfieren su mediocridad o su fracaso como escritores a la falta de apoyo (o sea a que no les dan dinero, becas, etcétera) de papá gobierno, y pues yo no trabajo con papá gobierno, sino con el Estado, y no es mi culpa si alguien no tiene la disciplina suficiente para aprender a escribir bien por su cuenta. Por mi parte, he escrito un montón de libros en ratitos libres, y en treinta años ya se han acumulado algunos.
Lo otro es la falta de posibilidades de publicación en El Salvador. Y lo mismo de siempre: para eso está el resto del mundo, ¿no? Claro que si uno quiere que lo reconozcan como escritor en El Salvador, habrá que:
1. Tener paciencia.
2. Tomarse muchas fotos para que el reconocimiento sea mayor.
¿A quién le importa que lo reconozcan, francamente? En mi caso, y hasta donde pude, no dejé que aparecieran fotos mías en ninguna parte. Hace apenas ocho años que empezó ese rollo, y no siempre es cómodo. Pero pos es lo que hay, y ni que fuera García Márquez o Tom Cruise tratando de pasar de incógnito con las masas inflamadas de emoción tratando de obtener un autógrafo. Lo que sé es que buscar "reconocimiento" también lleva tiempo que uno puede dedicar a escribir. La pregunta es si uno es escritor o busca otro tipo de cosas con la literatura como pretexto.
Hubo quien dijo directamente que le parecía que el proyecto de La Casa estaba muerto, y me reí. "Sí --le dije--, es una desgracia que se haya muerto. Está tan muerto que aquí hay varios compañeros --que levantaron las manos, incluso dos que estaban a mi lado en la mesa, Judith y Sandra-- para atestiguar que los muertos que nosotros hacemos gozan de cabal salud."
Hubo más, y muchas cosas positivas, pero ésas suenan demasiado fresas y no venden periódicos. (No hubo gente de prensa. Quizá a los periodistas no les gusta el NesQuick con leche.)
Después de todo el rollo, un cigarro en el patio del CCE. Aquí, con Emmanuel y Roger Guzmán. Compren la más reciente revista Cultura. Vienen unos poemas de Roger. Es alguien a quien de verdad quieren leer. Neta. Créanme. Vale 4 dólares (la revista; no sé Roger) y se encuentra en la DPI, frente a la iglesia del Perpetuo Socorro, a unos metros de ANDA y a un par de cuadras del Parque Bolívar. (Viene también una extensa antología de la gente de Piedra y Siglo, que vale la pena considerar.)
Había una delegación extensa de la República Soberana, Democrática y Morena de Santa Ana (RSDMSA) y de sus protectorados de Ahuachapán y Quezaltepeque, así que nos fuimos apretadísimos en el carro de Susana Reyes a mi casa, organizamos con Krisma y con Erika Salinas una rica y abundosa pasta con carne --de soya para Santiago Vásquez; él armó su propia salsa--, platicamos un ratote y luego nos fuimos a La Casa del Escritor. Aquí estoy con Luis Hernández, con las Cocas de dieta y unas galletas a falta de pan dulce; la señora donde lo compramos no abrió su tienda. Agua para mí y unos churros comprados más bien con envidia: "¿Cómo que los de video compran churros en lugar de pan, y nosotros no?"
Por la dirección en la que miramos y la expresión, está hablando una compañera nueva, Mayra, quien hizo unas observaciones bieeen interesantes a unos poemas de dos compañeros. Trae un enfoque diferente, bastante particular y muy bien formado. Con ella trabajaremos prosa. ¡Otra prosista, Dios mío, qué bien! Ya se me estaban acabando, je, y la última (Ana Escoto) llegó para hacer poesía, y la ha hecho muy bien.
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Y hoy martes siguen las actividades del CCE. A las seis de la tarde estará Krisma junto con Alberto López y Claudia Meyer, moderados por Carmen González Huguet, hablando de poesía. Mañana toca prosistas, con Ana Escoto, Georgina Vanegas y Ligia María Orellana, moderadas por Ricardo Lindo. Interesante la cantidad de mujeres que van a participar...
El jueves me toca moderar --excepto a Sandra, que es inmoderada e inmoderable-- a Herberth Cea, Mario Zetino y Sandra Aguilar. Alberto Quiñónez me avisó que no podrá llegar; tiene examen de estadística o algo así en la UES, y primero es lo primero. Nos toca hablar de "literatura y nuevos medios", y ya nos enteraremos de qué se trata eso.
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¡Y este año se publicará mi primer libro de cuentos!
Me lo avisó Thierry: Alain Mala ya programó para septiembre la publicación de Un mundo en el que el cielo cae y cae, que está traducido desde hace ya algún tiempo, porque lo escribí hace varios años. Por sugerencia de Thierry, que siempre tiene la razón, saqué un cuento que rompía con el tono del libro y lo sustituí por otro que escribí el año pasado o antepasado y terminé de corregir por allí de noviembre o diciembre. Varios de los cuentos se han publicado en revistas y antologías en varias partes e idiomas, y --como ya he dicho-- me daba medio penita no tener un libro de cuentos publicado. Y pos ai va.
Una cosa llevó a otra, y estamos hablando con otro editor de la publicación de un libro mío de narrativa breve. Y será especialmente breve, porque en serio que escribo poco aparte de novelas. Estuvimos hablando de cómo organizarlo, qué meter, etcétera. Ojalá que se haga.
* * *
Y hace semanas que no hablo de mi columna en Centroamérica 21 ni pongo el link ni nada. También es cierto que desde hace semanas que no posteo mucho; he estado ocupado en tres o cuatro cosas que consumen tiempo y algo de energía física y mental.
La de esta semana habla de las alianzas políticas que están armándose o tratando de armarse, y que terminan bien desarmadas, con miras a las elecciones de 2009. Puede encontrarse aquí.
La columna de Krisma está especialmente fuerte, y me gustó, por eso y por otros motivos. La pueden hallar en este link.
Y me regreso a dormir. Me eché una siesta como desde las 8 de la noche hasta la 1:30 de la mañana, y ya toca la dormida de verdad. ¡Ah, los días de descanso...! Ahora los estoy dedicando a trabajar en cosas extra; nunca falta algo que sobre, como diría Aniuxa.
4 comentarios:
Desde el domingo en la noche estaba esperando este post. Realmente las fechas se me cruzaron y no pude ir. Y espero algún día que llevemos nesquik el domingo en la tarde para desquitarme. Por cierto yo soy de las comen cereal de cena, será eso extraño...
Nunca falta algo que sobre, Miguelito dix it, Miguelito el de Mafalda, tan sabio el muchacho.
Se ve que todo estuvo bien y sin por menores y por mayores, me alegro. Un abrazo
Hola!!! Muchas gracias por compartir y por las fotos.
Casi estás igualito como hace 10 años te ví... o casi... hace poco saqué mis agendas de hace años y hasta tu número de celular viejo tenía... y el de Eduardo también.
Cuando vienes? Ya ven a visitar a tus hijos, no seas gacho!!!
Saludos a la familia, querido!
A ver cuando te dejas ver... aunque sea por el mess.
Mira, no me invitaste indio!!!!a mi me decis que soy algo dispersa cuando hablo, ya que salto de un tema a otro y vos sos igualito.Saludes a tus mujeres y cuidense.
No sabes como lamento no haber estado ah� pero surgi� algo imprevisto y me quede con las ganas de ir .. me encanta el cereal.
Un abrazo y saludos para todos los de la casa.
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