El asesinato de Romero y su diario
Desde hace tres días estoy revisando el diario del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado ayer hace veintiséis años mientras celebraba una misa en la capilla del hospital La Divina Providencia, donde vivía. El resumen del caso, según la Comisión de la Verdad, puede encontrarse aquí.
Lo estoy revisando porque en Tiempos de locura usé un capítulo para hablar del crimen y de todo lo que se movió alrededor, y no se me ocurrió consultar el diario. Simple y sencillo: sabía que existía, sabía lo que decía y seguro podía servir para encontrar información de primera mano, pero no se me ocurrió usarlo. No es que haga falta en el sentido de que algo se pierde de información; sólo precisa algunos puntos que se tocan y se da una visión de primera mano. Da un poco más de vida al libro, pues.
Como la segunda edición de seguro no durará mucho (ya debió venderse cerca de la mitad), estoy preparando la tercera, también aumentada. Traerá materiales interesantes. Por ejemplo, lo del diario de Romero cotejado con testimonios de personas que tuvieron que ver con él en algunos de los hechos que allí se narran. También me mandaron otra de las proclamas que se consideraron para el golpe del 15 de octubre de 1979, escrita por Ulises Flores (padre del ex presidente Francisco Flores) y el teniente coronel Mariano Castro Morán. Me gusta para ampliar los apéndices. Ahora estoy tratando de conseguir la tercera proclama. Me prestaron también algunos materiales periodísticos de época que enriquecen el capítulo sobre la matanza del día del entierro de Romero, el 3o de marzo de 1980; ya los incorporé.
No es que el libro estuviera mal en su primera edición, sino que en la segunda se incluyen materiales que complementan puntos que fueron tratados marginalmente, como todo el asunto de la conspiración para el golpe de estado. No le puse mucho énfasis porque quedaba fuera de periodo y no tenía demasiado tiempo antes de entregar el libro. También fue interesante la entrevista con el ingeniero Román Mayorga Quiroz, miembro de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno, y varias declaraciones del embajador Ernesto Arrieta acerca de la participación de Mario Andino por el lado de la iniciativa privada. El coronel Adolfo Arnoldo Majano me hizo nuevos comentarios valiosos, y el ex comandante Eduardo Sancho (Fermán Cienfuegos) ayudó a precisar alguna información nueva. Otros añadidos son algunas anotaciones más del sacerdote Ignacio Ellacuría.
Y no es que la segunda edición esté mal tampoco, sino que hay muchísimas cosas que se pueden incluir. Digamos que, si me dan un año más, las 520 cuartillas del libro podrían convertirse en el doble y aun así no contaría ni la mitad de lo que pasó.
Me gusta la idea de un libro cambiante, y que la historia que en él se cuente también vaya cambiando. No porque las cosas ocurran de otro modo, sino porque los nuevos ángulos y puntos de visión, los nuevos materiales, dan nuevas luces y tonalidades a lo que ya se trató.
En la segunda edición, muy cercana de la primera, se hace alusión explícita a algunos de los cambios: "En la primera edición decía esto, en la segunda dice que..." Para la que estoy preparando voy a quitar esas referencias y a hacer una nueva primera edición, sin alusiones a las anteriores, como si el libro se hubiese escrito así de primera intención. Para los mal pensados: No, no estoy estafando a los lectores. No, no quiero que compren los tres libros. Lo que está contado desde el principio tiene la misma validez; sólo hay nuevos materiales que complementan lo que ya se dijo.
¿Por qué se publicó así y no se esperó más tiempo? Primero, porque fue el plazo que me dieron. Me dijeron el 28 de noviembre de 2005 y ese día lo entregué. Segundo, porque busqué esa información "nueva" desde la primera edición, pero no me la dieron. Cuando salió el libro ni siquiera hizo falta buscarla; después de algunas llamadas y mails, algunos de los actores de la época me la ofrecieron. Y con la publicación de la segunda edición siguió llegando más.
Es probable que este martes haga una entrevista para complementar algunas actuaciones de la izquierda durante el periodo del presidente Osorio (1950-1956, aunque también encabezó el gobierno del golpe de 1948) y quizá de los posteriores. La entrevista será con un personaje excepcional, testigo y participante directo de los hechos. Si la consigo, ya lo pondré por aquí, con foto y todo.
En fin, hablaba de Romero. Para quien no conozca su diario, lo puede encontrar aquí, en el sitio de la organización que trabaja para su canonización.
Lo estoy revisando porque en Tiempos de locura usé un capítulo para hablar del crimen y de todo lo que se movió alrededor, y no se me ocurrió consultar el diario. Simple y sencillo: sabía que existía, sabía lo que decía y seguro podía servir para encontrar información de primera mano, pero no se me ocurrió usarlo. No es que haga falta en el sentido de que algo se pierde de información; sólo precisa algunos puntos que se tocan y se da una visión de primera mano. Da un poco más de vida al libro, pues.
Como la segunda edición de seguro no durará mucho (ya debió venderse cerca de la mitad), estoy preparando la tercera, también aumentada. Traerá materiales interesantes. Por ejemplo, lo del diario de Romero cotejado con testimonios de personas que tuvieron que ver con él en algunos de los hechos que allí se narran. También me mandaron otra de las proclamas que se consideraron para el golpe del 15 de octubre de 1979, escrita por Ulises Flores (padre del ex presidente Francisco Flores) y el teniente coronel Mariano Castro Morán. Me gusta para ampliar los apéndices. Ahora estoy tratando de conseguir la tercera proclama. Me prestaron también algunos materiales periodísticos de época que enriquecen el capítulo sobre la matanza del día del entierro de Romero, el 3o de marzo de 1980; ya los incorporé.
No es que el libro estuviera mal en su primera edición, sino que en la segunda se incluyen materiales que complementan puntos que fueron tratados marginalmente, como todo el asunto de la conspiración para el golpe de estado. No le puse mucho énfasis porque quedaba fuera de periodo y no tenía demasiado tiempo antes de entregar el libro. También fue interesante la entrevista con el ingeniero Román Mayorga Quiroz, miembro de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno, y varias declaraciones del embajador Ernesto Arrieta acerca de la participación de Mario Andino por el lado de la iniciativa privada. El coronel Adolfo Arnoldo Majano me hizo nuevos comentarios valiosos, y el ex comandante Eduardo Sancho (Fermán Cienfuegos) ayudó a precisar alguna información nueva. Otros añadidos son algunas anotaciones más del sacerdote Ignacio Ellacuría.
Y no es que la segunda edición esté mal tampoco, sino que hay muchísimas cosas que se pueden incluir. Digamos que, si me dan un año más, las 520 cuartillas del libro podrían convertirse en el doble y aun así no contaría ni la mitad de lo que pasó.
Me gusta la idea de un libro cambiante, y que la historia que en él se cuente también vaya cambiando. No porque las cosas ocurran de otro modo, sino porque los nuevos ángulos y puntos de visión, los nuevos materiales, dan nuevas luces y tonalidades a lo que ya se trató.
En la segunda edición, muy cercana de la primera, se hace alusión explícita a algunos de los cambios: "En la primera edición decía esto, en la segunda dice que..." Para la que estoy preparando voy a quitar esas referencias y a hacer una nueva primera edición, sin alusiones a las anteriores, como si el libro se hubiese escrito así de primera intención. Para los mal pensados: No, no estoy estafando a los lectores. No, no quiero que compren los tres libros. Lo que está contado desde el principio tiene la misma validez; sólo hay nuevos materiales que complementan lo que ya se dijo.
¿Por qué se publicó así y no se esperó más tiempo? Primero, porque fue el plazo que me dieron. Me dijeron el 28 de noviembre de 2005 y ese día lo entregué. Segundo, porque busqué esa información "nueva" desde la primera edición, pero no me la dieron. Cuando salió el libro ni siquiera hizo falta buscarla; después de algunas llamadas y mails, algunos de los actores de la época me la ofrecieron. Y con la publicación de la segunda edición siguió llegando más.
Es probable que este martes haga una entrevista para complementar algunas actuaciones de la izquierda durante el periodo del presidente Osorio (1950-1956, aunque también encabezó el gobierno del golpe de 1948) y quizá de los posteriores. La entrevista será con un personaje excepcional, testigo y participante directo de los hechos. Si la consigo, ya lo pondré por aquí, con foto y todo.
En fin, hablaba de Romero. Para quien no conozca su diario, lo puede encontrar aquí, en el sitio de la organización que trabaja para su canonización.
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