3 de junio de 2008

Indiana Jones IV: un poco demasiado

El sábado pasado nos fuimos a ver Indiana Jones y el reino de las calaveras de cristal porque, bueno, había que verlo. Cuando adquirimos el aparato de DVD, hace como cinco años, los primeros discos que compré fueron The Wall, de Alan Parker (¡cómo no!), y la trilogía de Indiana Jones; lo demás podía esperar y mucho de ello ha ido esperando; ésas eran de las fundamentales.

La verdad esperaba algo peor, pero en el fondo quería algo que por lo menos alcanzara la calidad de El templo de la perdición, la más flojita de las tres anteriores. Y pues no. Lo que vi fue una película divertida y técnicamente bien hecha; no mucho más. No pienso comprarla cuando aparezca en DVD (¡sí!, ¡me gusta comprar originales!), y quizá la vea de nuevo en unos años cuando la pasen por la tele.

Me molestaron bastante los errores "culturales", que no creo que lo sean. Ni a Lucas ni a Spielberg se les va a ir que en Perú ni de cerca hubo civilizaciones que se parecieran un poquito a la maya, que la gente hablara en maya en la zona amazónica y que la música que se oye en la calle sea bien mexicana; o que en el Amazonas no hay cataratas como ésas, si las hay, etcétera. El trabajo etnográfico e histórico en las anteriores de Indiana Jones fue bastante serio, con todo y que convirtieron algunas cosas en un show al estilo Las Vegas (la escena de los sacrificios en el templo de Kali, digamos); eso es pasable, y hasta divertido. Lo de ahora me parece poco serio y poco responsable, y que me perdonen, porque he sido fan abyecto de Spielberg y soy capaz de perdonarle casi todo. Si su onda era jugar con los clichés, lo hizo bien, nomás que se le pasó la mano; si era "no importa, total no se van a dar cuenta", qué mala onda; si nomás hizo la película por hacerla, pues chale. Entiendo por qué Sean Connery no quiso entrarle.

Como siempre, tiene momentos sensacionales y las exageraciones son divertidísimas, como cuando el muchacho se pone a hacerla de Tarzán en la selva, rodeado de monos, o la persecución en los carros de combate y el duelo de esgrima. Pero el guión es terriblemente disperso, agarrado con hilitos muy frágiles, y lo de los extraterrestres como modo de resolver una historia no se lo perdono ni a Stephen King y a sus directores más clase B, mucho menos al mago de la aventura.

Tenemos poco chance de ir al cine, así que quizá hubiéramos preferido ver Iron Man o Narnia, pero eso es un juicio a posteriori; había que ver la de Indy para no quedarse con la duda.

Antes nos fuimos a cenar pozole a Sanborns, y de paso a ver las ofertas de DVDs; siempre se encuentra algo bueno a muy buen precio, como ya he platicado. Hallamos los X Men 2 a cinco dólares, y el sábado la vimos religiosamente. A un precio parecido estaba una maravilla de cine independiente, What's eating Gilbert Grape?, con Johnny Depp y un excelente Leonardo di Caprio adolescente, Juliette Lewis haciendo el papel de siempre, y John C. Reilly haciéndola de marido que vende seguros de vida. Hace unas semanas conseguí otra de ésas que no hay que perderse, 'Round Midnight, actuada por Dexter Gordon, con una buena bola de jazzistas de primera clase: Herbie Hancck (hizo la música de la película, además de actuar y tocar), John McLaughlin, uno de los dioses mayores de la guitarra; Pierre Michelot, quien fuera bajista del Jacques Loussier Trio; Ron Carter, con varios cientos de batallas libradas también con el contrabajo; el saxofonista Wayne Shorter, el trompetista Freddie Hubbard y, en el tema de entrada, la voz de Bobby McFerrin. Cinco dólares también. Por allí tenemos, esperando, A sangre fría en su versión de 1967 (otros cinco dólares), actuada por Robert Blake (algunos lo recordarán en Baretta), quizá la mejor de las que se han filmado.

No sé. No me enoja ni me decepciona la cuarta de Indiana Jones. Nada más me parece que no venía al caso. Rocky VI fue también un exceso, pero de Stallone se espera algo así (allí tengo Rambo IV esperando), y uno puede vivir contento con Rocky I y V porque son muy buenas, y quizá reírse un poco con otras. Pero es un lujo que Spielberg pudo evitarse. Esperemos que todavía tenga muchas cosas que filmar, y que no se le ocurra hacer Tiburón 19 (que aparece anunciada en la segunda de Volver al futuro).

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Nota bene: para este post estoy usando el Live Writer, de Microsoft. No me gusta que separe así los párrafos, pero bue... Ya veremos qué monerías tiene.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si me equivoco, pero es la primera vez que reseña una pelicula.
Concuerdo con usted en cada punto. La fuimos a ver el viernes en la noche, en la primera función y aunque uno sabe que las peliculas del tipo son exageradas, esta me parecio demasiado exagerada, aun mas que la escena del helicoptero de Mision Imposible I. Cuando las cosas son demasiadas exageradas me caen mal y asi sali del cine. Vale que al salir nos fuimos a cenar (al Sanborns no, porque a mi esposa no les gusta, dice que muy grasoso todo alli, a mi me encanta) y la comida china me endulzo el estomago y la sensacion de haber desperdiciado dinero por ver una pelicula que era de las que son para ver en cable (no los premium, esos no los tengo).

Saludos.

P.D. ¿Noticias de la 3ra. edición del libro....?

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Hay una película que tiene unas exageraciones maravillosas: Die Hard 4.0. ¡Es barroquísima! ¡Tirar un helicóptero usando un carro!
En Sanborns, en efecto todo es grasoso, aunque no tanto como lo es la comida mexicana en general. Pero pos 23 años allá lo marcan a uno... La comida china es chida también; el viernes mismo Krisma pasó comprando un arroz frito y unos camarones bastante buenos.
Y, no, aún no hay noticias. Hasta donde sé, ya debe estar impreso y armado, o casi armado, pero no me han dicho nada. Lo que creo es que lo presentarán al mismo tiempo que el de Marcial; de algún modo son complementarios.
Seguro que avisarè.