26 de marzo de 2006

Anónimo, los tíos y demás familia

No había visto --y pìdo disculpas por eso-- el comentario de Anónimo a mi post sobre las elecciones y a las observaciones sobre los logros de Schafik Hándal como candidato en las dos únicas elecciones populares a las que se presentó, y que perdió por amplio margen. Me imagino que es el mismo Anónimo que me dice que imito a los españoles y que "cómo no" le suena a "gilipollas", porque sus comentarios fueron puestos el mismo día, más o menos a la misma hora. El comentario afirma:
Usted dice que con Handal el fmln saco la menor votacion de la las presidenciales, cuando que fue mayor que la de Guardado. Segun Ud el ganador es perdedor!!. Vaya logica!!
Y que del fraude? y otras irregularidades.
Trato de responderle.
1. Creo que pequé de desinformado al decir que Schafik recibió una cantidad de votos "menos menor" que Facundo Guardado, y confío en la palabra del Anónimo. Aclaro que Schafik tenía una ventaja: todo el FMLN lo apoyaba, mientras que Facundo tenía a Schafik y a su gente en contra, o sea a todo el aparato de conducción y una buena parte de las bases. Fue después de esas elecciones que regresé a El Salvador, pero las seguí desde Estados Unidos, a través de internet. Recuerdo que Juan José Dalton reportó en una columna que, cuando se supo de la derrota de Guardado, hubo una celebración en la que estuvo presente Hándal y sus allegados. Celebraban que hubiera perdido. No sé si hasta qué punto sea cierto, pero tampoco tengo por qué desconfiar de Dalton, que me parece un periodista serio. Nadie del FMLN lo desmintió, y más bien hubo testimonios que lo confirmaban. Recuerdo también las maniobras para desestimar a cualquier candidato que Guardado propusiera. Las propuestas eran Héctor Silva y Héctor Dada Hirezi, y Guardado quedó como candidato porque el primero prefirió --acertadamente-- continuar en la Alcaldía de San Salvador y el segundo no quiso meterse en una olla de víboras, sobre todo cuando empezaron a lloverle ataques y descalificaciones que no venían al caso, y que no merecía. En otras palabras, hasta donde sé, Guardado se lanzó de candidato porque no le quedaba de otra, no porque él mismo quisiera serlo, y el problema era que Schafik Hándal quería ser él a pesar de que no era viable, como se demostró en las elecciones contra Valiente y unos años después contra Antonio Saca. En esa lógica, no veo ganadores; todos perdieron, y todos perdimos: la izquierda, el país, el proceso natural de las cosas. Lamento mucho que siguiera la expulsión de Guardado y de mucha gente más; eso debilitó al FMLN más de lo que ya estaba, y ha seguido debilitándolo, y al parecer no hay posibilidades de fortalecerlo en lo inmediato.
2. Sobre el fraude y otras irregularidades, la verdad no vi ningún fraude, sino un proceso que se resolvió de manera legal, y creo que correcta. Hubo señales equívocas que llevaron a sospechas de que podían manipularse las cifras, pero el proceso se realizó como debía, y de 59 votos de diferencia se llegó a 44, siempre a favor del FMLN. Irregularidades no sé; entiendo que es lo que pelea actualmente Ciro Cruz Zepeda para reelegirse en la Asamblea Legislativa y ocupar de nuevo la presidencia de ese organismo con la cantidad tan magra de representantes que logró el PCN. Al igual que Anónimo, espero que se resuelva del mejor modo, es decir: respetando los votos de la gente de Cabañas. No veo por que deba ser de otra manera. Lo que le recomiendo a Anónimo es que, si le consta el fraude y las irregularidades, los denuncie, y si tiene las actas y todo eso, vaya y denúncielo. Es lo menos que puede hacer un buen ciudadano. Y, si es posible, con su nombre, porque las denuncias deben llevar nombre y apellido.
Aprovecho para comentarle un poco de mi vida personal.
Cuando era niño, Schafik Hándal fue una de las personas que me enseñaron a leer. (Los otros eran Raúl Castellanos y Fabio Castillo Figueroa. Y mi padre, claro, y un novio que tenía mi abuela que en sus buenos tiempos le escribía los discursos al presidente José María Lemus.) Era muy amigo de la familia, desde que tengo noción. Bastante agradable en persona, aunque tendía a contar los mismos chistes y a hablar más o menos de lo mismo. Llegaba a casa a cualquier hora del día o de la noche, se sentaba y comenzaba a platicar y a platicar y a platicar. Cuando murió don Jorge Arias Gómez --compartió casa con mi padre durante unos meses en su exilio en Costa Rica--, hace unos tres años, fui al cementerio de Los Ilustres. Fue la última vez que platiqué con Schafik. Él no recordaba el detalle, se lo dije y le di las gracias, como se le dan a un viejo tío. Luego, en el mero entierro, comenzó a dar un discurso y me aburrió un poco, para qué le miento, porque dijo cosas que le había oído decir durante años y años; pero me quedé hasta el final, porque don Jorge lo merecía.
Cuando desaparecieron a Facundo, en 1979, yo trabajaba en el periódico El Día, de México. Logré que me dieran una página completa diaria, tamaño ocho columnas (o sea doble tabloide), para publicar noticias de El Salvador, y participé en algunas cosas de solidaridad que se armaron para su liberación. Tenía (yo) 19 años, y Facundo como 24 o 25. Cuando lo soltaron, se fue a México, y lo conocí y tuve chance de platicar mucho con él. Me divertía su adicción a la electrónica. Tenía cuanto aparato electrónico podía: reloj, calculadora, radio digital, qué sé yo; en 1979 la cosa no era como ahora, y eso era el top del top. Volví a verlo a mi regreso a El Salvador, después como de 17 o 18 años, y fue tan agradable como antes. Tiene una casa en Los Planes, y no he ido a verlo porque los fines de semana es cuando más trabajo, y es cuando él está allí.
A Héctor Dada lo he visto también en varias ocasiones. Quizá la plática más agradable que he tenido con él fue en Costa Rica, en noviembre de 2004, cuando nos invitaron al Festival de las Artes. Pude decirle algo por lo que le di las gracias: él y mi padre trabajaron juntos en varias cosas académicas, y se influyeron mutuamente. Platicar con él es platicar un poco con mi padre, a quien extraño.
A Héctor Silva lo he tratado mucho menos. Cuando mi padre murió, la Alcaldía le hizo un homenaje y conversé con él después de una buena pila de años. Me regaló una foto en la que está en Suecia con Memo Ungo, Quique Álvarez Córdova --también amigos de la familia-- y mi padre, en un acto de la Internacional Socialista. El día del homenaje platiqué también con otros que en realidad son mis tíos, como lo era Schafik y como lo es Héctor Dada; pienso en Miguel Sáenz Varela, Mario Cerna, qué sé yo. Nos sirvieron sanguchitos de jamón con queso y Kolashampán. El dinero para el refrigerio lo puso la gente que le menciono; no salió del erario público. Allí conocí a Nidia Díaz, a quien mi padre quiso especialmente, y me cayó muy bien.
Y tengo amigos de otras tendencias y de otras ideologías, y muchos tíos interesantes, y primos, y hermanos, y a todos los quiero. Y no entiendo muy bien por qué se arruinan la vida entre sí, sobre todo porque hay una familia más grande de por medio, a la que es importante preservar, y a esa familia pertenece Anónimo tanto como yo. Quizá por eso escribo algunas notas en los periódicos y aun aquí en este blog, y a veces platico con ellos, para ver si quieren oír al sobrino o primo de ideas extravagantes y quizá puedan llevarse un poco mejor o al menos se ignoren en lugar de agarrarse a tortazos en público. A veces he logrado que no se peguen tan fuerte, casi siempre he fallado, porque ya ve cómo son los adultos. Como sea, hablo de cosas de familia, y pensando en la familia. Y no, Violeta Menjívar no es mi pariente ni la conozco. Ella es de los Menjívar de Chalatenango, y yo de los de Santa Ana, una rama muy pequeña. Si nos remontamos a finales del siglo XVII y principios del XVIII encontraremos el parentesco, porque descendemos de tres hermanos que llegaron huyendo de la Inquisición.
Gracias por hacerme notar el dato de Facundo y Schafik. Y créame algo: no funciono por ideologías o por posiciones o compromisos políticos, sino por cariño a la gente a la que le tengo cariño. Igual me parece que Schafik no contribuyó a la unidad de la izquierda ni a la creación de un pensamiento crítico y avanzado, y más bien lo combatió. E igual creo que estaba a cargo de una organización que no supo cómo dirigir, que trató de hacer a su medida y se le deshizo entre las manos. Y también tengo otro tío que cuando se emborracha agarra la guitarra y empieza a cantar canciones tristes, y otro que tiene una papelería y renta sillas y mesas y vajillas para ganarse la vida.
Y ya casi se me terminó la gripe. Eso quiere decir que ya no voy a hablar tanto de política. Me aburre un poco, la verdad, porque la tuve en casa desde siempre, y nunca llevó a cosas sensatas. Eso sí, he conocido a gente de veras extraordinaria.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusto mucho este post, porque a veces parece que la politica yla vida normal no tiene nada que ver.


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Te he leido mucho y nunca te he comentado creo, anque a veces, de manera honesta te digo, me pareces un poco 'presuntuoso (jeje), pero escribes muy bien.

Me gusta mucho cuando hablas de los escritores jovenes, y de las oportunidades que ellos tienen hoy, talvez escasas, como tu que los respaldas...cuando yo tenia 13 queria ser escritora, aunque no se si tengo el talento suficiente, pero me gusta escribir y leer. Mucho de lo que escribí lo deseché hace mucho tiempo en un afan de limpieza espiritual (de algunos me arrepiento jajaja)

He leido sobre ti y Jacinta Escudos,no sus obras, solo criticas. No conozco hoy el ambiente de escritores de mi país lo cual es una situacion muy triste porque estoy segura que hay muchos y muy buenos.

Las obras de escritores salvadoreños no se publican o no reciben la atención necesaria para que las podamos conocer todos.

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Mira que interesante que pudiste conocer a todas estas personas de cerca y compartir con ellos, no porque sean "famosos", sino porque el lado humano, familiar de esta gente es muy poco conocido y se tiende a juzgar a alguien por su quehacer político.

En varias cosas que dices de Shafick concuerdo contigo, y si.. creo que cuando se postulo para la presidencia, perdió el país y toda la izquierda salvadoreña.

Bueno, ya esto me salio muy largo.. te escribo luego.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Gracias por el comentario.
Ser presuntuoso no sé que sea, ni si es malo o no. Me parece que, mientras no se dañe a nadie y uno haga algo por su gente, la interfaz con el usuario es lo de menos.
A lo mejor soy más chilango de lo que creo... Los salvadoreños y los chilangos son bastante incompatibles precisamente por su interfaz con el usuario. Ya hablaré de eso alguna vez.

Anónimo dijo...

Significado de la palabra presuntuoso:
http://www.wordreference.com/definicion/presuntuoso

Yo tuve la misma impresión.

La interfase de usuario es importante, recuerde que sus amistades son sus amigos y su esposa es su conyuge por la interfaz de usuario de ellos con usted y viceversa.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

A ver, veamos las definiciones de "presuntuoso" que mandaste:
"Orgulloso, vanidoso, lleno de presunción" y "Que finge una elegancia o lujo que no tiene." Ideas afines: "encopetado, fatuidad, figurón, niñato, niño, pretencioso, sencillo."
Me imagino que lo de orgulloso no tiene que ver con "siento orgullo de mi familia" o "me enorgullece que Thierry Davo me considere su amigo", sino con "Mi orgullo es que yo soy yo porque yo soy yo". Entre mis enemigos menos interesantes hay gente así, y no me gusta ser poco interesante. Quizá ése sea mi orgullo y mi vanidad, aunque faltó decir "ante mí mismo"; eso de andar siendo original en público me parece... uh... demasiado Liberace, y no tengo hígado suficiente. De hecho la gente me pone nervioso; más de dos personas y quiero salir corriendo. (Hace unos años una sola me parecía multitud. Fue cuando descubrí internet.)
Lleno de presunción... Híjole... Es bien divertido sonreír de medio lado y alzar una ceja cuando se espera que uno se arroje al suelo convulsionando de dolor. Quizá por ese lado tengas razón.
Elegancia no tengo, no de la que dicen Vogue o Amy Vanderbilt; vengo de una familia de obreros de varias generaciones --de la que me enorgullezco, precisamente--, y uno es y sigue siendo lo que fueron sus antecesores a lo largo de las generaciones. No tengo dedos de pianista, vamos, ni mis hijos. Eso sí, muy suaves por la falta de trabajo duro y el exceso de teclados de computadora.
No me mancho la camisa cuando como spaghetti, si eso cuenta. Y lujos... chale... Escribo con una Parker 45 que compré hace casi un año en México y tengo dos encendedores Zippo. ¿Eso califica?
De las ideas afines a la definición, no sé muy bien. Lo que no entiendo, y nunca he entendido, es por qué se escribe "pretencioso" si la palabra raíz es "pretensión". La Real Academia es bien rara en sus excepciones.

Anónimo dijo...

Me parece que sale a flote nuevamente ese humor mexicano que has mencionado y que, en mi opinión, tenías en común con Don Álvaro Menen Desleal. Me gusta eso.
¿Será que a los salvadoreños será fácil tomarnos el pelo?
Quedo a la espera de ese post sobre el humor mexicano (la palabra que usas no me gusta, es demasiado despectiva). Tengo mis propios pensamientos sobre la relación cultural entre mexicanos y salvadoreños.

saludos

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Aldebarán: Curiosamente estoy hablando en serio, no estoy tratando de usar ningún humor. Creo que a eso es a lo que me refiero, precisamente: así es como hablo en serio cuando hablo en serio. Es lo que me sale. Y, sí, es la misma lógica de como hablaba Álvaro. Quizá por eso parecen provocaciones frases que son eso: frases que, como cualquier frase, sirven para establecer hechos simples. Por eso es que me toca traducir del chilango al español, y en concreto al salvadoreño.
No sé si sea "fácil tomarle el pelo" a los salvadoreños. Me parece que en general en El Salvador hay mucha gente buena que cree de corazón en las cosas que cree, y lucha por ellas. Pero, si les tomas el pelo, que no se den cuenta, o arruinarte tu vida para siempre. Lo mejor es no intentarlo; los salvadoreños tienen memoria muy larga y son gente de convicciones personales bien arraigadas. ("Somos", diría el otro.) Y ese modo de ser no se te quita ni con cincuenta años en Tepito. Es casi genético.

Anónimo dijo...

Vaya, no era mi intención hacer de tu presunción un debate...

Solo, dije, me pareces presuntuoso, como tu dices, es "por la interfaz de usuario", y tambien por como escribes, que pueda venir de tu uso de un vocabulario mas mexicano.

Bueno, pero ahi que quede, no mnos metamos mas a honduras..

Saludos

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

No estoy enojado; sólo estoy jugando. Y estás invitada a La Casa, cómo no. Igual que todo el que quiera llegar.