5 de junio de 2007

Vergüenza y sin vergüenza

En el maravilloso mundo de la historieta, aunque el protagonista crea a sus antagonistas --el caso de Batman y el Comodín es de lo más patente--, también ocurre lo contrario: el héroe sólo es tal si el villano es lo suficientemente poderoso como para exceder sus capacidades, y obligarlo a superarse en cada número, casi en cada página. Un villano que no sea en principio mucho más poderoso que el protagonista simplemente no es interesante, y hace que éste pierda brillo y se marchite.
En la vida real, si uno se toma su trabajo y su oficio en serio, el asunto no es así, no sé si por suerte o por desgracia. Los de la vida real son en general antagonistas de lo más mediocres, pero son un montón; todos tienen recursos igualmente mediocres, pero no tienen honor, una de las características más importantes de los personajes de la historieta, villanos incluidos.
Uno de los mecanismos de ataque es el intento de activar mecanismos psicológicos que hagan que los protagonistas se autodestruyan, o por lo menos se neutralicen a sí mismos. Hay uno que puede tener cierta efectividad si uno no sabe en lo que anda: la vergüenza por lo que es y por lo que hace.
En principio el mecanismo es pueril, pero se espera que uno siga siendo en alguna parte el niño que fue, y que reaccione de la manera en la que se supone reaccionó ante ciertos estímulos, para el caso la burla. Todo nerd lo sabe bastante mejor que cualquiera: ante la ola de calificaciones altas, el montón de lecturas y eso que se supone que hace a un estudiante, los trolls, bullies y otros mediocres usan dos mecanismos: la violencia y la burla. El primero nunca funciona por mucho tiempo, nada más es doloroso. (Se recomienda aprender karate, aunque de seguro será uno el que termine en la dirección; todo tiene su precio.) El segundo es la burla por lo que se considera "socialmente" gracioso y a la vez digno de lástima: el protagonista es engreído, sus capacidades académicas lo convierten en tonto para otras cosas más importantes que estudiar, y por lo tanto es tonto para todo; el protagonista miente o no es digno de ser escuchado, pero sí abucheado, y la más socorrida cuando lo anterior falla: el ataque a las características físicas, que en boca de los mediocres se convierten en defectos más que en características, y algún tipo de agresión sexual, desde la duda de la virilidad o la femineidad del atacado hasta diversos grados de ataque físico, real o simbólico.
Una golpiza o dos, acompañadas de las burlas y agresiones, buscan que el tipo de la película (de su película particular) tenga miedo y vergüenza de tener miedo, y de todo lo demás. La idea es que baje el perfil para evitar más de lo mismo, y que se convierta en un pobre diablo peor que sus agresores; ya sabrá uno si eso funciona, si vale la pena desarrollar mecanismos de defensa que neutralicen los ataques, si aguantará estoicamente o si le pedirá a sus papás que lo cambien de escuela, con la posibilidad de que vuelva a repetirse la historia.
Lo delirante es que entre los adultos se juega a lo mismo, con los mismos objetivos y los mismos métodos. Uno ya no es niño, y eso a veces es más una desventaja que una ventaja, porque se ha llenado de juicios y prejuicios, y los mecanismos que ha desarrollado pueden ir de la reacción colérica a la controlada o a ninguna reacción en particular. Algo queda claro: si uno siente una pizca de vergüenza o negocia, está frito. Y eso está bien para los pollos; uno nació para otras cosas.
Feliz martes.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante post y muy bien escrito. Lo he disfrutado.

Lo guardare en algun lugar para compartirlo, cuando alguien (que podria ser yo mismo) se sienta desanimado o intranquilo por ser objeto de ataques injustos y mal intencionados o de mal trato sin motivo aparente mas que ser quien es o hacer lo que hace.

Saludos

Iván Montejo dijo...

Me parece excelente el tema que tocás. Yo no fui un nerd en todo el sentido de la palabra, pero aún medio nerd (porque jugaba bastante bien fútbol de niño) me fue de la patada. Hoy de grande veo a varios de los que quizá eran trolls y suerte que no fui uno de ellos. Quizá ellos quisieran regresar el tiempo, pero afortunadamente quedó bien lejos...
P.D. : Fui una sola vez a la Casa y me ayudó un montón. Ojalá pueda acompañarlos muy pronto...

Unknown dijo...

Creo que sé muy bien qué es recibir ataques mal intencionados... este post me gustó mucho. :D ♥

Nancy dijo...

"Uno nacio para otras cosas".. me gusta esa frase.
Un abrazo:)

Aldebarán dijo...

Comparto lo que dice Nancy: Hemos nacido para cosas más grandes.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Hiro Nakamura rulz!
Save the cheerleader! Save the world!




Mister Isaaaaac?


Y aitá el otro con la cabeza partida... Chale. Pinche Sylar.

oscar miguel dijo...

Rafael mucho gusto, como profesional que ud es me gustaria que evaluara mi blog y me hiciera ver los errores que cometo al escribir , se que tengo muchos , pero me gustaria tener una opinion de un profesional como ud.
mi blog es:
http:osomiguel.multiply.com.
p.d: Muy interesante su blog aunque no comparta muchas cosas.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Osomiguel: La verdad es que no sé qué podría decir de tu blog. Lo visité y me gustó; creo que el hecho de hacerlo es bien importante.
Y yo tampoco estoy muy de acuerdo con algunas cosas que digo, y quizá por eso las diga. Si no hay duda, ¿para qué, pue?
Felicidades y gracias por el blog.