Presentación de Nueva Palabra
Mañana, 23 de julio, a las seis de la tarde, será la presentación de la nueva hornada de Nueva Palabra, de la Dirección de Publicaciones e Impresos, en el Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán.
Entre los publicados de esta ocasión se encuentra Ana Escoto, compañera de La Casa del Escritor, lo cual me da mucho gusto y me llena de orgullo, como al resto de los compañeros. En la ocasión anterior, hace cuatro años, La Casa estuvo representada por Krisma Mancía.
Es curioso: todas las personas de La Casa que han publicado libros, o están a punto de hacerlo, son mujeres: Ana, Krisma, Denise Phé-Funchal y Vanessa Núñez. Algún día habrá que hacer una discusión o algo para saber a qué se debe y, sobre todo, por qué la mayor parte de los participantes del proyecto han sido mujeres. De un par de años hasta hace unos meses había más hombres, pero poco a poco se ha ido equilibrando de nuevo.
También hay que admitir que Ana estuvo en el taller de poesía (ya terminó lo que tenía que hacer y salió del taller, como es la costumbre), y muy marginalmente trabajamos narrativa. Ella ya escribía cuentos, y muy bien, cuando entró en La Casa, y quería cambiar de códigos. El resultado fue un poema largo, muy bueno, que un día de éstos seguramente veremos publicado, y que no hay que perderse.
En fin, mañana nos vemos en el David J. Guzmán a las seis de la tarde. Dejo aquí al lado la invitación.
Entre los publicados de esta ocasión se encuentra Ana Escoto, compañera de La Casa del Escritor, lo cual me da mucho gusto y me llena de orgullo, como al resto de los compañeros. En la ocasión anterior, hace cuatro años, La Casa estuvo representada por Krisma Mancía.
Es curioso: todas las personas de La Casa que han publicado libros, o están a punto de hacerlo, son mujeres: Ana, Krisma, Denise Phé-Funchal y Vanessa Núñez. Algún día habrá que hacer una discusión o algo para saber a qué se debe y, sobre todo, por qué la mayor parte de los participantes del proyecto han sido mujeres. De un par de años hasta hace unos meses había más hombres, pero poco a poco se ha ido equilibrando de nuevo.
También hay que admitir que Ana estuvo en el taller de poesía (ya terminó lo que tenía que hacer y salió del taller, como es la costumbre), y muy marginalmente trabajamos narrativa. Ella ya escribía cuentos, y muy bien, cuando entró en La Casa, y quería cambiar de códigos. El resultado fue un poema largo, muy bueno, que un día de éstos seguramente veremos publicado, y que no hay que perderse.
En fin, mañana nos vemos en el David J. Guzmán a las seis de la tarde. Dejo aquí al lado la invitación.
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