De los modos de hacer poesía
Hoy, en La Casa del Escritor, leímos algunos poemas de Balada de Lisa Island, de René Rodas (Dirección de Publicaciones e Impresos, Colección Poesía, San Salvador, 2004), y Roberto Laínez hizo la pregunta del millón: ¿por qué la poesía latina (o lo que pueda llamarse así) tiende a estar llena de imágenes, metáforas y recursos diversos, mientras la germánica y cierta rama de la inglesa (norteamericana incluida) tiende a la simplicidad? La pregunta vino, obviamente, por la simplicidad aparente de la poesía de René, de evidente influencia... uh... inglesa o germánica o vaya a saber cómo clasifiquen esas cosas los académicos.
Recordé cómo Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso", quizá con un tanto de autopropaganda. En resumen, el "barroco americano" tiene que ver con el violento mestizaje que se produjo en América Latina, en especial en la zona del Caribe: un intento de fundir ("fusionar", acostumbra decirse) raíces culturales radicalmente diferentes, si no contradictorias. Y puede ser.
Roberto se remitió a la "cultura" española que nos influyó, y desde luego encontramos esa cruza de católicos, musulmanes y judíos que ya da para mucho, sin contar con las culturas castellana, vasca, mediterránea en general, gallega, gitana... Desde los orígenes se prometía algo por lo menos complejo.
Añádase, después de la conquista, una buena dosis de indígenas, una pizca generosa de culturas africanas, un poco de influencia china y algo de hindú y tenemos la poesía americana.
Quizá sean aseveraciones un tanto triunfales, pero algunos poetas habrá capaces de sostener nuestra teoría: Huidobro, los Contemporáneos mexicanos, Vallejo sin duda, Neruda con reservas, Lezama Lima sin reservas, Lugones hasta el extremo...
Curiosamente, antiguos y ex furibundos vanguardistas, como Borges, desconcertaron con planteamientos de simplicidad formal (que jamás excluyó un barroquismo conceptual que llega a dar miedo).
Y llegan las excepciones: ¿la poesía de Edgar Lee Masters, digamos, puede ser tan simple en una sociedad terriblemente diversa como la estadounidense? Quizá sí: allá se vive en una sociedad radicalmente segregada, y cada sector cultural/social/nacional tiene sus propias cosas o se suma a la vertiente dominante.
¿Y el barroco alemán, por citar uno? Bueno, obviamente es la cumbre de un concepción artística desarrollada de manera lineal a lo largo de siglos, y su fuerza la obtiene en la arquitectura y la música, no necesariamente en la literatura.
Claro que todo eso no es más que una manera de pasar un agradable rato discutiendo, y de que hay excepciones, siempre las hay. Y los determinismos, en el arte, son bastante relativos; antes de ellos hay opciones personales de creación. Hay algo cierto: en culturas "nuevas", como las latinoamericanas, no existen referentes suficientes para la gestación de una literatura fuerte y autocontenida, y es necesario buscar en las obras de otras culturas, lo cual no deja de ser otro modo de mestizaje al que no están obligados países como Alemania, Francia e Inglaterra. Esa es una de nuestras grandes deventajas, pero también una de nuestras grandes fortalezas si sabemos aprovecharla.
Recordé cómo Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso", quizá con un tanto de autopropaganda. En resumen, el "barroco americano" tiene que ver con el violento mestizaje que se produjo en América Latina, en especial en la zona del Caribe: un intento de fundir ("fusionar", acostumbra decirse) raíces culturales radicalmente diferentes, si no contradictorias. Y puede ser.
Roberto se remitió a la "cultura" española que nos influyó, y desde luego encontramos esa cruza de católicos, musulmanes y judíos que ya da para mucho, sin contar con las culturas castellana, vasca, mediterránea en general, gallega, gitana... Desde los orígenes se prometía algo por lo menos complejo.
Añádase, después de la conquista, una buena dosis de indígenas, una pizca generosa de culturas africanas, un poco de influencia china y algo de hindú y tenemos la poesía americana.
Quizá sean aseveraciones un tanto triunfales, pero algunos poetas habrá capaces de sostener nuestra teoría: Huidobro, los Contemporáneos mexicanos, Vallejo sin duda, Neruda con reservas, Lezama Lima sin reservas, Lugones hasta el extremo...
Curiosamente, antiguos y ex furibundos vanguardistas, como Borges, desconcertaron con planteamientos de simplicidad formal (que jamás excluyó un barroquismo conceptual que llega a dar miedo).
Y llegan las excepciones: ¿la poesía de Edgar Lee Masters, digamos, puede ser tan simple en una sociedad terriblemente diversa como la estadounidense? Quizá sí: allá se vive en una sociedad radicalmente segregada, y cada sector cultural/social/nacional tiene sus propias cosas o se suma a la vertiente dominante.
¿Y el barroco alemán, por citar uno? Bueno, obviamente es la cumbre de un concepción artística desarrollada de manera lineal a lo largo de siglos, y su fuerza la obtiene en la arquitectura y la música, no necesariamente en la literatura.
Claro que todo eso no es más que una manera de pasar un agradable rato discutiendo, y de que hay excepciones, siempre las hay. Y los determinismos, en el arte, son bastante relativos; antes de ellos hay opciones personales de creación. Hay algo cierto: en culturas "nuevas", como las latinoamericanas, no existen referentes suficientes para la gestación de una literatura fuerte y autocontenida, y es necesario buscar en las obras de otras culturas, lo cual no deja de ser otro modo de mestizaje al que no están obligados países como Alemania, Francia e Inglaterra. Esa es una de nuestras grandes deventajas, pero también una de nuestras grandes fortalezas si sabemos aprovecharla.
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