Granma y la microcomputación
En casa de Sebastián había un ejemplar impreso de Granma Internacional, le di una ojeada y me fui al directorio, porque allí se encuentran siempre cosas interesantes, como en los créditos de las películas. Y así fue. Ya llegando al final de la lista, se lee: "Diseño y microcomputación: Fulano de Tal."
Y recordé que lo primero que compré no fue una computadora, ni siquiera una computadora personal, sino una microcomputadora, en enero de 1990, una Printaform (con partes Toshiba) a 4.77 y 10 MHz, dos unidades de diskette (de 3.5 y 5.25), 640k de RAM (me costó un dineral la ampliación de 512 a 640), un puerto paralelo y monitor TTL con escala de 16 verdes (si hubiera sido en grises, me hubiera salido carísimo, porque entraba en el maravilloso mundo del VGA; tuve que esperar un año para caer allí).
Dentro de las máquinas que había por entonces, una computadora era un animal inalcanzable, o sea un mainframe, y una minicomputadora era el equivalente a un servidor de precio y poder casi insoportables (o sea como la que tuve por allí de 1994: una 486 DX2 a 66 MHz, disco duro de 250 megas, una tarjeta ATI con 2 megas de RAM y un monitor de 256 colores).
Lo de microcomputadora era una licencia poética: aquella Printaform era un animal más bien inmenso y, cuando le puse un disco duro MFM/RLL de 40 megas (¿quién iba a llenar 40 megas?), también ruidosa. Una vez se me ocurrió pasar unas cosas que había hecho en MIDI a formato WAV y la máquina se trabó: el archivo tenía más de los 40 megas del disco. Y ni qué decir cuando me ponía a jugar con el Paintbrush y guardaba las imágenes en BMP. Hacía la imagen, la guardaba, la veía, la borraba. Lo otro era pasarla a PCX, un formato limitado y medio tonto, y luego la guardaba en diskette.
Creo que Granma deberfía actualizarse al menos en el concepto de microcomputación. Lo de los contenidos ya es otra cosa, y no tengo filo suficiente para ponerme a hablar de eso.
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Hoy por la tarde volaremos a Panamá y estaremos una noche allá. Mañana, de regreso a El Salvador. Pasa rápido el tiempo cuando pasa... (Y la Vale tiene principios de gripe.)
Y recordé que lo primero que compré no fue una computadora, ni siquiera una computadora personal, sino una microcomputadora, en enero de 1990, una Printaform (con partes Toshiba) a 4.77 y 10 MHz, dos unidades de diskette (de 3.5 y 5.25), 640k de RAM (me costó un dineral la ampliación de 512 a 640), un puerto paralelo y monitor TTL con escala de 16 verdes (si hubiera sido en grises, me hubiera salido carísimo, porque entraba en el maravilloso mundo del VGA; tuve que esperar un año para caer allí).
Dentro de las máquinas que había por entonces, una computadora era un animal inalcanzable, o sea un mainframe, y una minicomputadora era el equivalente a un servidor de precio y poder casi insoportables (o sea como la que tuve por allí de 1994: una 486 DX2 a 66 MHz, disco duro de 250 megas, una tarjeta ATI con 2 megas de RAM y un monitor de 256 colores).
Lo de microcomputadora era una licencia poética: aquella Printaform era un animal más bien inmenso y, cuando le puse un disco duro MFM/RLL de 40 megas (¿quién iba a llenar 40 megas?), también ruidosa. Una vez se me ocurrió pasar unas cosas que había hecho en MIDI a formato WAV y la máquina se trabó: el archivo tenía más de los 40 megas del disco. Y ni qué decir cuando me ponía a jugar con el Paintbrush y guardaba las imágenes en BMP. Hacía la imagen, la guardaba, la veía, la borraba. Lo otro era pasarla a PCX, un formato limitado y medio tonto, y luego la guardaba en diskette.
Creo que Granma deberfía actualizarse al menos en el concepto de microcomputación. Lo de los contenidos ya es otra cosa, y no tengo filo suficiente para ponerme a hablar de eso.
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Hoy por la tarde volaremos a Panamá y estaremos una noche allá. Mañana, de regreso a El Salvador. Pasa rápido el tiempo cuando pasa... (Y la Vale tiene principios de gripe.)
1 comentario:
en mi casa hay varios Granmas, y tambien una revista bastante interesante de literatura que se llama el turno de escriba, ahí uno me encontré con artículos de T.S. Eliot, y de grandes así como publicaciones de buenos poetas y otros mas o menos. Nos vemos, feliz y placentero viaje.
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