21 de julio de 2008

Funeral

Le pedí a Sebastián Vaquerano que me enviara algunas fotos del funeral de mi madre, que se realizó el domingo anterior a ayer. (Qué frase tan complicada. Bastaría con decir "domingo 13 de julio".) Hay rituales en los que creo profundamente, y el del sepelio de la gente de uno es quizá de los más importantes. Lo aprendí precisamente de mi madre. Su papá, el abuelo Miguel Ochoa, murió en 1980, exactamente el día en que fueron asesinados los dirigentes del FDR (Enrique Álvarez Córdova, Juan Chacón, Manuel Franco, Doroteo Hernánez, etcétera). Sólo pudo venir a El Salvador cerca de 10 años después, y pararse frente a su tumba, y contaba que había sentido una gran tranquilidad. Ya me tocará estar frente a su tumba, que es la misma de mi padre, obviamente; por ahora las fotos son suficientes. (Sí, ya sé, tengo que ir a la tumba de los abuelos Carmen y Alfonso. Quizá no quiero que se mueran aún. Quizá nunca se mueran.)
Aunque no sea lo más feliz que se me ocurra para un lunes, pongo las fotos por acá. que por algo es mi diario personal. Gracias a Sonia, la esposa de Sebastián, por tomarlas.

Mi hermana Ana (izquierda), con alguna amiga a la que no conozco.

Sebastián Vaquerano y Tula Alvarenga junto con una amiga a la que sí conozco, pero no ubico por ahora. Me voy a arrepentir de no reconocerla, estoy seguro. Atrás, a la derecha, mi hijo Eduardo.

Sentado, mi sobrino Diego, hijo de Ana.

El tío Mauricio Ochoa, hermano de mi madre.
Entre las fotos no venía ninguna de mi hermano Mauricio. No es mucho de tomarse fotos, y menos en esas circunstancias, supongo. Quizá le pidió a Sonia que no lo hiciera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh, mi querido Rafael. Mi muy sentido pésame. Eso de la mamá duele, duele un buen tiempo. Abrazo.

Anónimo dijo...

Apreciable Escritor,

Aunque nunca hemos entablado conversacion personal, permiteme extenderte mi pas sentido pesame, ante la partida de tu señora mamá.

Te deseo una pronta recuperacion.

Atte.

Rigo