Dos mil años después
Es fascinante pensar en cómo trece hombres que andaban juntos, a pie, por las tierras de Galilea lograron cambiar la historia de las ideas y las ideas mismas. Y lo único que hacían era hablar y vivir. Para ellos, claro, "vivir" significaba "predicar con el ejemplo".
Después, el mito o la historia o la leyenda se encargó de asignar papeles clave a varios de ellos: el maestro, tanto o más joven como los demás (33 años a la hora de su muerte), carpintero y descendiente de grandes reyes; el traidor (aunque ya National Geographic publicó un desmentido 1,700 años después de que se conociera por primera vez), el que negó al maestro y después fundó su iglesia (¡ah...!), varios de los hermanos del maestro que permanecieron a la sombra como simples discípulos y, al lado y en un prudente segundo plano, la prostituta que se convierte en símbolo de santidad y lealtad.
El modo tradicional de ver a esos trece hombres tiene que ver con la cultura de la época. En las películas, y en la Biblia misma, andan solos, hablan entre ellos, ocupan pequeños espacios para conversar y dormir y predicar (con todo ese desierto a su disposición). Sólo Magdalena (y sólo a veces) aparece en cámara, sirviendo al maestro, y de preferencia bien calladita. Igual papel para María, la madre cuya característica principal era ser madre.
En El evangelio según Jesucristo, Saramago hace un retrato social interesante: los hombres absolutamente dueños del mundo y de la palabra, las mujeres invisibilizadas y sin embargo siempre activas y siempre allí, sosteniendo al mundo.
Pienso en que no sólo Magdalena acompañaba al joven maestro, sino también las mujeres de los discípulos a sus respectivos esposos, y por los alrededores habría algunos niños jugando y llorando y gritando y todo lo que hacen los niños. Y quizá no se llegara a tanto, ni siempre estuviera toda la familia junta, pero "predicar con el ejemplo" también sería eso: que los demás no sólo los oyeran, sino que también vieran su modo de vivir. Y había un aspecto práctico, del que poco se ha hablado: ¿de qué comía y vestía la familia de un apóstol? Si la mayoría se dedicaba a la pesca, lo más probable es que simplemente pescaran para comer (en una de ésas Cristo aprovecha y camina sobre las aguas), y que de ello comieran también quienes los acompañaban. Y mal ejemplo hubiera sido dar de comer al hambriento ajeno mientras los hijos propios padecían de hambre en la respectiva aldea, o comían a expensas de alguien más.
La virtual ausencia de mujeres "comunes y corrientes" en la Biblia (en el Nuevo Testamento en especial; en el Antiguo lo "común y corriente" llega a ser paradigmático), al menos alrededor de las grandes figuras, no significa que no estuvieran allí, sino que no se hablaba de ellas. Las mujeres eran casi un apéndice de los hombres, y uno no habla de su apéndice excepto cuando tiene que operárselo, así de desagradable.
Dos mil años después, la iglesia católica es una cofradía de hombres solos, que andan solos y predican solos, basados (o protegidos) en una ausencia que es previsible en el papel, pero no en la cotidianeidad. En esa iglesia las mujeres ocupan un lugar bastante secundario, y no como esposas, sino como virtuales empleadas domésticas o como grupos de mujeres a su vez solas, que se recluyen aparte: son menos invisibles que antes, pero no mejor estimadas. De hecho, la teología tradicional habla de las mujeres con un desprecio que da agruras, y es triste leer a las grandes figuras de la teología hablando de ellas como criaturas diabólicas que hacen que los hombres caigan en tentación y en pecado por el simple hecho de existir.
Ya en plan práctico, es un desperdicio de recursos humanos tener a un montón de hombres por un lado y a un montón de mujeres por el otro, los unos negando que la Magdalena y Jesús hubieran llevado una vida conyugal (y a la vez diciendo cómo debe ser la vida conyugal, sin conocerla) y las otras atendiendo hospitales y horneando galletitas, sin que después de sus respectivos trabajos lleguen a casa, platiquen de su día, vean la tele un rato o hagan la tarea con los niños. No parece el mejor modo de predicar con el ejemplo, a menos que uno quiera que el mundo se convierta en un lugar desierto en poco tiempo por falta de contacto entre personas que nacen ni más ni menos que para contactarse. Es decir: los que predican están negando la naturalidad de las cosas naturales, su ejemplo es de una esterilidad que da angustia y la estructura eclesial está hecha para eso. Y esa estructura está tan metida en el tejido social que se convierte en ejemplo, a pesar de que la vida real funciona de otro modo, y funcionar de ese "otro modo" se considera pecaminoso.
Todas estas reflexiones vienen al caso porque hay otro escándalo sexual en México que implica a sacerdores y a niños (masculinos, menores de edad), parecido al que hace unos meses se generó alrededor del sacerdote Maciel, fundador y guía de --ni más ni menos-- la Legión de Cristo. Aquí viene una reacción del cardenal primado de México, Norberto Rivera, donde básicamente le echa la culpa al denunciante por dar a conocer la denuncia (él lo llama "comercializarla"). Aquí viene de cómo fue secuestrado y amenazado por matones el denunciante. Antes, supongo, hubiera bastado con acusarlo de brujería, echarle a la Inquisición, torturarlo y, en una de ésas, quemarlo para que la denuncia no prosperara. Curioso: el angelito está acusado de abusar de 60 niños, y de seguro a más de alguna beata habrá regañado seriamente por tener malos pensamientos, y quién sabe con qué castigos terribles habrá amenazado a los pederastas que cayeron en su confesionario.
Me impresiona que haya una asociación de "sobrevivientes" a los abusos de los sacerdotes. Significa que son muchos, y en el nombre está el daño moral que esos "seguidores de Cristo" (que seguro era un hombre de lo más normal) provocan a gente que quizá de veras cree en lo que ellos predican, incluido aquello de "dejad que los niños vengan a mí" y lo de que no se valen los matrimonios entre homosexuales (claro, ambos serían mayores de edad) o la anticoncepción (claro, ellos no la necesitan).
Y me parece que, dos mil años después, la idea original se ha perdido en los laberintos de una institucionalidad que ha partido de premisas equivocadas, un efecto mariposa que ya no tiene arreglo; desde Torquemada, y desde antes (los concilios lateranos, digamos), la iglesia católica debió darse cuenta de que algo olía mal en algún rincón de los conventos.
La defensa es que se trata de casos aislados; la realidad es que se trata de una constante. Trece personas, y sus respectivas familias, deben estar retorciéndose en alguna tumba, donde quiera que hayan quedado sus restos. E insisto en lo que decía hace unos meses: no es gratuito que quien se considera el fundador de la iglesia de Cristo sea precisamente quien lo negó a la hora de la verdad. Y es una verdad sobre la que debería reflexionarse.
Después, el mito o la historia o la leyenda se encargó de asignar papeles clave a varios de ellos: el maestro, tanto o más joven como los demás (33 años a la hora de su muerte), carpintero y descendiente de grandes reyes; el traidor (aunque ya National Geographic publicó un desmentido 1,700 años después de que se conociera por primera vez), el que negó al maestro y después fundó su iglesia (¡ah...!), varios de los hermanos del maestro que permanecieron a la sombra como simples discípulos y, al lado y en un prudente segundo plano, la prostituta que se convierte en símbolo de santidad y lealtad.
El modo tradicional de ver a esos trece hombres tiene que ver con la cultura de la época. En las películas, y en la Biblia misma, andan solos, hablan entre ellos, ocupan pequeños espacios para conversar y dormir y predicar (con todo ese desierto a su disposición). Sólo Magdalena (y sólo a veces) aparece en cámara, sirviendo al maestro, y de preferencia bien calladita. Igual papel para María, la madre cuya característica principal era ser madre.
En El evangelio según Jesucristo, Saramago hace un retrato social interesante: los hombres absolutamente dueños del mundo y de la palabra, las mujeres invisibilizadas y sin embargo siempre activas y siempre allí, sosteniendo al mundo.
Pienso en que no sólo Magdalena acompañaba al joven maestro, sino también las mujeres de los discípulos a sus respectivos esposos, y por los alrededores habría algunos niños jugando y llorando y gritando y todo lo que hacen los niños. Y quizá no se llegara a tanto, ni siempre estuviera toda la familia junta, pero "predicar con el ejemplo" también sería eso: que los demás no sólo los oyeran, sino que también vieran su modo de vivir. Y había un aspecto práctico, del que poco se ha hablado: ¿de qué comía y vestía la familia de un apóstol? Si la mayoría se dedicaba a la pesca, lo más probable es que simplemente pescaran para comer (en una de ésas Cristo aprovecha y camina sobre las aguas), y que de ello comieran también quienes los acompañaban. Y mal ejemplo hubiera sido dar de comer al hambriento ajeno mientras los hijos propios padecían de hambre en la respectiva aldea, o comían a expensas de alguien más.
La virtual ausencia de mujeres "comunes y corrientes" en la Biblia (en el Nuevo Testamento en especial; en el Antiguo lo "común y corriente" llega a ser paradigmático), al menos alrededor de las grandes figuras, no significa que no estuvieran allí, sino que no se hablaba de ellas. Las mujeres eran casi un apéndice de los hombres, y uno no habla de su apéndice excepto cuando tiene que operárselo, así de desagradable.
Dos mil años después, la iglesia católica es una cofradía de hombres solos, que andan solos y predican solos, basados (o protegidos) en una ausencia que es previsible en el papel, pero no en la cotidianeidad. En esa iglesia las mujeres ocupan un lugar bastante secundario, y no como esposas, sino como virtuales empleadas domésticas o como grupos de mujeres a su vez solas, que se recluyen aparte: son menos invisibles que antes, pero no mejor estimadas. De hecho, la teología tradicional habla de las mujeres con un desprecio que da agruras, y es triste leer a las grandes figuras de la teología hablando de ellas como criaturas diabólicas que hacen que los hombres caigan en tentación y en pecado por el simple hecho de existir.
Ya en plan práctico, es un desperdicio de recursos humanos tener a un montón de hombres por un lado y a un montón de mujeres por el otro, los unos negando que la Magdalena y Jesús hubieran llevado una vida conyugal (y a la vez diciendo cómo debe ser la vida conyugal, sin conocerla) y las otras atendiendo hospitales y horneando galletitas, sin que después de sus respectivos trabajos lleguen a casa, platiquen de su día, vean la tele un rato o hagan la tarea con los niños. No parece el mejor modo de predicar con el ejemplo, a menos que uno quiera que el mundo se convierta en un lugar desierto en poco tiempo por falta de contacto entre personas que nacen ni más ni menos que para contactarse. Es decir: los que predican están negando la naturalidad de las cosas naturales, su ejemplo es de una esterilidad que da angustia y la estructura eclesial está hecha para eso. Y esa estructura está tan metida en el tejido social que se convierte en ejemplo, a pesar de que la vida real funciona de otro modo, y funcionar de ese "otro modo" se considera pecaminoso.
Todas estas reflexiones vienen al caso porque hay otro escándalo sexual en México que implica a sacerdores y a niños (masculinos, menores de edad), parecido al que hace unos meses se generó alrededor del sacerdote Maciel, fundador y guía de --ni más ni menos-- la Legión de Cristo. Aquí viene una reacción del cardenal primado de México, Norberto Rivera, donde básicamente le echa la culpa al denunciante por dar a conocer la denuncia (él lo llama "comercializarla"). Aquí viene de cómo fue secuestrado y amenazado por matones el denunciante. Antes, supongo, hubiera bastado con acusarlo de brujería, echarle a la Inquisición, torturarlo y, en una de ésas, quemarlo para que la denuncia no prosperara. Curioso: el angelito está acusado de abusar de 60 niños, y de seguro a más de alguna beata habrá regañado seriamente por tener malos pensamientos, y quién sabe con qué castigos terribles habrá amenazado a los pederastas que cayeron en su confesionario.
Me impresiona que haya una asociación de "sobrevivientes" a los abusos de los sacerdotes. Significa que son muchos, y en el nombre está el daño moral que esos "seguidores de Cristo" (que seguro era un hombre de lo más normal) provocan a gente que quizá de veras cree en lo que ellos predican, incluido aquello de "dejad que los niños vengan a mí" y lo de que no se valen los matrimonios entre homosexuales (claro, ambos serían mayores de edad) o la anticoncepción (claro, ellos no la necesitan).
Y me parece que, dos mil años después, la idea original se ha perdido en los laberintos de una institucionalidad que ha partido de premisas equivocadas, un efecto mariposa que ya no tiene arreglo; desde Torquemada, y desde antes (los concilios lateranos, digamos), la iglesia católica debió darse cuenta de que algo olía mal en algún rincón de los conventos.
La defensa es que se trata de casos aislados; la realidad es que se trata de una constante. Trece personas, y sus respectivas familias, deben estar retorciéndose en alguna tumba, donde quiera que hayan quedado sus restos. E insisto en lo que decía hace unos meses: no es gratuito que quien se considera el fundador de la iglesia de Cristo sea precisamente quien lo negó a la hora de la verdad. Y es una verdad sobre la que debería reflexionarse.
5 comentarios:
Sobre el caso del pederasta denunciado, resulta que hace cosa de veinte años otro cura ya lo había acusado ante su superior jerárquico, el obispo de Tehuacán (que curiosamente ahora es arzobispo primado de México), quien respondió que le preocupaban más los "curas rojos" que los pederastas... y no hizo nada. Aprovecho para hacerme el comercial completo: lean la entrevista con ese cura denunciador en www.eme-equis.com.mx
Un abrazo chilango, maestro Rafael
No vayamos muy lejos... en El Salvador tambien hay muerto que apesta.
El colegio santa cecilia para ser mas exactos.
La idea de la vida monastica es por aspecto de practicidad y de que? preguntaran.Si usted tiene familia predispone el interes de la familia
su esposa a otras actividades y la idea es que se dedique mas a ayudara a los demas y no es que no lo podramos hacer teniendo familia pero seamos realistas una personas con obligaciones se le mas dificil invertir tiempo en otros,esta idea
es copia de la vida monacal de oriente y ya ellos llevavan varios
años dandose cuenta que con familia
la cosa se iva para otro lado, ahora que rayos nos podrian orientar estas personas en relacion a la vida familiar pues ahi creo que entramos en el juego los laicos
para asistir en asesoria a otros pues aun con todo recordemos la
iglesia la formamos el conjunto de personas no solo es el cura y ademas los curas son seres con sentimientos y algunos tuvieron su
familia materna.
Los escritores algunos con novelas
historicas o ensayos hipoteticos de
lo que ellos proyectan como realidad alterna y posible siempre adecuada a su particular vision tra
tando de aportar su vision sin abordar el tema en su contexto real
y creando uno adecuado y tratando de atraer a los marginados con actitudes redentoras de feminismos
y posturas de libertad de interepretacion validados por solamente su muy personal forma de ver la vida y es curioso que creamos en la fantasia
y la elocubracion de alguien que
tratar de entender al maestro y adecuarlo digeriblemente y hacerlo
referencia de partidad para la discusion aun a sabiendas que eso
no paso asi.En el evangelio son var
ios los pasajes donde jesus defiende a las mujeres y su ministerio nunca se vio alejado de
tratar a todos igual.
Sobre lo que decís de Pedro, el mega fundador, hay un documental de la National Georgaphic que plantea que al momento en que JC le dice a Pedro "sos la piedra en la que fundaré mi iglesia" es una cuestión puramente irónica, ya que el tal Pedro, que era comerciante y que había decidio seguir a JC luego de perder todas sus pertenencias, en no sé que desgracia climática, era el menos "cristiano" de toda la banda y en realidad en quién JC se apoyaba era en Judas, que a todo esto era su segundo al bordo, y que viendo que JC la comenzaba a cagar y ponía en peligro a toda la mara que lo seguía, decide entregarlo... un poco lo que plantea JC Superstar, que por cierto gracias a Renato he vuelto a ver, luego de más de 15 años...
Hey esa movie la quiero ver yo también!!! Cuándo, cuando????
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