Sobreviviendo Guazapa
La verdad esperaba una película mala, muy mala, en especial después de leer el comentario --harto ideologizado, hay que decirlo-- que Alluro puso en su blog El Tenampa, y tras los posts de algunos compañeros --como Aniuxa y Carlos--, sin contar con el omnipresente prejuicio a lo que tenga que ver con el cine nacional, si es que existe un cine nacional.
Lo que encontré fue una película de ficción con un guión decente, actuaciones un tanto disparejas --el actor que hace de soldado se lleva la película, hay que decirlo-- y, en fin, una producción en la que se hizo lo que se pudo, supongo que con un presupuesto no muy elevado. En todo caso es un planteamiento que vale la pena tomar en cuenta, y es un primer esfuerzo serio por hacer cine salvadoreño de ficción con todas las de ley.
Traté de encontrarle, con todas mis fuerzas, hacia dónde iba el sesgo ideológico de la película, y no lo vi por ninguna parte. Vi a dos personajes a los que se echó a andar en ciertas condiciones y en cierta dirección, que armaron su propia historia y que terminaron como en circunstancias similares podían terminar, según el medio en el que estaban metidos. Una pieza de ficción, pues, con un guión que no tenía por qué ser condescendiente, y no lo fue.
El problema que quizá tengan algunos al ver una película de este tipo es la búsqueda de símbolos: el guerrillero representa el bien --o el mal, o lo correcto, o al pueblo-- y el soldado representa el mal --o el bien, o la lucha contra la amenaza comunista o de nuevo al pueblo. Como la gente en la vida real, los personajes sólo se representan a sí mismos, si es que están bien construidos, y una historia es simplemente una historia. La gente de la ficción no deja de ser gente; son lo que Kundera, en El arte de la novela, llamó "egos experimentales", y los de Sobreviviendo a Guazapa se mueven como deben moverse.
Hay errores por toneladas. Por ejemplo, en la caminata inicial, los guerrilleros van demasiado juntos y no sólo dan un blanco excelente, sino también corren el riesgo de lastimarse mutuamente. Los actores se mueven con poca comodidad, del modo en que se moverían con poca comodidad unos guerrilleros en las mismas condiciones. Luego, al fuego de metralla de los soldados, responden con ráfagas interminables, ¡y sin siquiera recargar las armas! El director no logró que diera la impresión de que cada sesenta disparos tuvieran que cambiar el cargador; lo resuelve poniendo a algunos soldados a hacerlo, pero no pasa lo mismo del lado de los guerrilleros. No veo mala fe en eso; nada más un error. Y es sabido que los guerrilleros, con muchos menos recursos, tenían prácticamente prohibido disparar en ráfagas. Luego, el guerrillero pierde su arma y deja la de su hermano en el lugar donde cayó muerto. La cantidad de sanciones que hubiera enfrentado por todo eso hubiera bastado para que prefiriera emigrar a Estados Unidos, que es la idea que trae desde que comienza la película. Etcétera.
La escena del guerrillero protagonista ante el cadáver de su hermano, insufrible. De lo peor que he visto en varios años, tomando en cuenta que evito como la peste las telenovelas mexicanas y venezolanas (las colombianas pueden tener sus buenos momentos, aunque también las evito). Los efectos especiales --helicópteros digitalizados, explosiones también digitalizadas--, aún torpes, pero se puede vivir con eso.
El guión se alarga demasiado en ocasiones, en especial en el momento en que comienzan a interactuar el soldado y el guerrillero. Muchas palabras y muchas agresiones verbales para dar a entender que, sí, son enemigos y que, sí, su relación comienza a cambiat en medio de una situación que corre el riesgo de volverse cada vez más dura. Pudo haber dos motivos --no excluyentes-- para algo así: que la película durara un mínimo de tiempo que la calificara como largometraje y convencer al espectador de que "eso" podía pasar. En el segundo caso, era innecesario: llega a resultar tedioso la recurrencia de frases, las entradas y salidas al tatú, una especie de impasse del que parece difícil salir, hasta que se mandan mutuamente al diablo por primera vez.
¿Que un guerrillero --otro, no el protagonista-- usa a la niña como rehén para que el soldado y su compañero se entreguen? Pues sí, se dieron casos de comportamiento bien feo de guerrilleros, en especial ante gente que desertaba. ¿Que los soldados se portaron bien con la niña? Pues sí, hay testimonios de que pasaban cosas así. Nada jalado de los cabellos. No veo motivos para considerar eso como una falla de la película; a lo sumo resultará incómodo reconocer que la gente, durante las guerras, no deja de actuar como gente.
Hay casos en el cine en el cual dos enemigos mortales, por motivo de las causas que defienden --sean suyas o no--, terminen colaborando y siendo amigos, más por cuestiones humanas que por el famoso "síndrome de Estocolmo". Quizá la obra maestra sea Infierno en el Pacífico, del director John Boorman, autor de varias películas sensacionales, actuada de manera magistral por Lee Marvin y Toshiro Mifune. En su momento recibió críticas demoledoras tanto en Estados Unidos como en Japón: a muchos les resultaba inconcebible que un norteamericano y un japonés, puestos en una isla desierta, pudieran llegar a colaborar y a ser amigos, cuando su obligación era matarse. (Y lo intentan.) Si uno piensa en ese ejemplo, es mucho más fácil digerir Sobreviviendo Guazapa, aunque no sea necesario. Baste ver la película sin actitud caníbal y como se vería Cars o alguna de aventuras.
De que vale la pena verla, vale la pena verla. De que tiene deficiencias, las tiene. De que una nueva película del mismo equipo puede ser mucho mejor, sin duda. Nada más hay que verla como lo que es: una historia de ficción, no un documental ni el producto de una conspiración de la derecha para lograr fines inconfesables a través de la distorsión de... uh... no sé de qué. Es un discurso que no me sale bien.
Lo que encontré fue una película de ficción con un guión decente, actuaciones un tanto disparejas --el actor que hace de soldado se lleva la película, hay que decirlo-- y, en fin, una producción en la que se hizo lo que se pudo, supongo que con un presupuesto no muy elevado. En todo caso es un planteamiento que vale la pena tomar en cuenta, y es un primer esfuerzo serio por hacer cine salvadoreño de ficción con todas las de ley.
Traté de encontrarle, con todas mis fuerzas, hacia dónde iba el sesgo ideológico de la película, y no lo vi por ninguna parte. Vi a dos personajes a los que se echó a andar en ciertas condiciones y en cierta dirección, que armaron su propia historia y que terminaron como en circunstancias similares podían terminar, según el medio en el que estaban metidos. Una pieza de ficción, pues, con un guión que no tenía por qué ser condescendiente, y no lo fue.
El problema que quizá tengan algunos al ver una película de este tipo es la búsqueda de símbolos: el guerrillero representa el bien --o el mal, o lo correcto, o al pueblo-- y el soldado representa el mal --o el bien, o la lucha contra la amenaza comunista o de nuevo al pueblo. Como la gente en la vida real, los personajes sólo se representan a sí mismos, si es que están bien construidos, y una historia es simplemente una historia. La gente de la ficción no deja de ser gente; son lo que Kundera, en El arte de la novela, llamó "egos experimentales", y los de Sobreviviendo a Guazapa se mueven como deben moverse.
Hay errores por toneladas. Por ejemplo, en la caminata inicial, los guerrilleros van demasiado juntos y no sólo dan un blanco excelente, sino también corren el riesgo de lastimarse mutuamente. Los actores se mueven con poca comodidad, del modo en que se moverían con poca comodidad unos guerrilleros en las mismas condiciones. Luego, al fuego de metralla de los soldados, responden con ráfagas interminables, ¡y sin siquiera recargar las armas! El director no logró que diera la impresión de que cada sesenta disparos tuvieran que cambiar el cargador; lo resuelve poniendo a algunos soldados a hacerlo, pero no pasa lo mismo del lado de los guerrilleros. No veo mala fe en eso; nada más un error. Y es sabido que los guerrilleros, con muchos menos recursos, tenían prácticamente prohibido disparar en ráfagas. Luego, el guerrillero pierde su arma y deja la de su hermano en el lugar donde cayó muerto. La cantidad de sanciones que hubiera enfrentado por todo eso hubiera bastado para que prefiriera emigrar a Estados Unidos, que es la idea que trae desde que comienza la película. Etcétera.
La escena del guerrillero protagonista ante el cadáver de su hermano, insufrible. De lo peor que he visto en varios años, tomando en cuenta que evito como la peste las telenovelas mexicanas y venezolanas (las colombianas pueden tener sus buenos momentos, aunque también las evito). Los efectos especiales --helicópteros digitalizados, explosiones también digitalizadas--, aún torpes, pero se puede vivir con eso.
El guión se alarga demasiado en ocasiones, en especial en el momento en que comienzan a interactuar el soldado y el guerrillero. Muchas palabras y muchas agresiones verbales para dar a entender que, sí, son enemigos y que, sí, su relación comienza a cambiat en medio de una situación que corre el riesgo de volverse cada vez más dura. Pudo haber dos motivos --no excluyentes-- para algo así: que la película durara un mínimo de tiempo que la calificara como largometraje y convencer al espectador de que "eso" podía pasar. En el segundo caso, era innecesario: llega a resultar tedioso la recurrencia de frases, las entradas y salidas al tatú, una especie de impasse del que parece difícil salir, hasta que se mandan mutuamente al diablo por primera vez.
¿Que un guerrillero --otro, no el protagonista-- usa a la niña como rehén para que el soldado y su compañero se entreguen? Pues sí, se dieron casos de comportamiento bien feo de guerrilleros, en especial ante gente que desertaba. ¿Que los soldados se portaron bien con la niña? Pues sí, hay testimonios de que pasaban cosas así. Nada jalado de los cabellos. No veo motivos para considerar eso como una falla de la película; a lo sumo resultará incómodo reconocer que la gente, durante las guerras, no deja de actuar como gente.
Hay casos en el cine en el cual dos enemigos mortales, por motivo de las causas que defienden --sean suyas o no--, terminen colaborando y siendo amigos, más por cuestiones humanas que por el famoso "síndrome de Estocolmo". Quizá la obra maestra sea Infierno en el Pacífico, del director John Boorman, autor de varias películas sensacionales, actuada de manera magistral por Lee Marvin y Toshiro Mifune. En su momento recibió críticas demoledoras tanto en Estados Unidos como en Japón: a muchos les resultaba inconcebible que un norteamericano y un japonés, puestos en una isla desierta, pudieran llegar a colaborar y a ser amigos, cuando su obligación era matarse. (Y lo intentan.) Si uno piensa en ese ejemplo, es mucho más fácil digerir Sobreviviendo Guazapa, aunque no sea necesario. Baste ver la película sin actitud caníbal y como se vería Cars o alguna de aventuras.
De que vale la pena verla, vale la pena verla. De que tiene deficiencias, las tiene. De que una nueva película del mismo equipo puede ser mucho mejor, sin duda. Nada más hay que verla como lo que es: una historia de ficción, no un documental ni el producto de una conspiración de la derecha para lograr fines inconfesables a través de la distorsión de... uh... no sé de qué. Es un discurso que no me sale bien.
16 comentarios:
Chero,
Saludos...
No sabe donde se puede conseguir esta pelicula? Resido en Califas...
Allá, ni idea. Aquí, en todas partes, por supuesto bien pirata. Hasta estaba en la tiendita que está abajo de mi casa, y eso que sólo venden refrescos, churros y cigarros al por menor... Creo que alguien del equipo de producción la debió "filtrar". No creo que haya salido aún el video. Quizá alguien que vaya de El Salvador para allá y no tenga escrúpulos con la piratería... O esperar a que llegue al cine. Seguro la pasan muy pronto.
Empleado de Sincultura :
Cuando eliminara Sanchez Ceren a Funes. Tiene usted una fecha aproximativa?
Saludos!
Se aceptan apuestas.
Tu comentario me recuerda a la película de Petersen, Enemigo Mío, con Quaid y Gosset Jr. Aunque más comercial, ilustra tu punto perfectamente.
Ándale, había olvidado Enemigo mío... En su momento fue una excelente película. Hace un par de años traté de verla y se me cayó. Quizá haga falta un buen remake.
Por cierto, estuve viendo The Omega Man, con Heston. No pude terminarla, porque tenía que irme a la chamba. Me parece mejor la de I am Legend; los malos de Heston me parecen:
a) Demasiado racionales.
b) Con ideas muy parecidas a las de los hippies, nomás que amargadísimos.
Hay un detalle que me hace dudar todavía más de las buenas intenciones de los cineastas. La película que está en las calles es de muy buena calidad. Y eso sólo ocurre cuando la filtran los productores o directores. Lo mismo pasó con Sicko de Michael Moore, que él la filtró en Internet para que todos pudieran verla ante la amenaza del gobierno gringo de confiscarla porque Moore había ido a Cuba.
Creo que el objetivo no es sacar los costos de producción, pues desde que la película se va a la calle (y en tan buena calidad) la gente deja de ir al cine a verla. Creo más bien, que el objetivo es masificar un vídeo propagandístico que no se sostiene ni en lo técnico (ráfagas simuladas a computadora) ni en su guión (los compas huyendo en el cerro, su cerro, de Guazapa).
Finalmente decir que está claro que el que paga la música pide las canciones. Y cuando ha estado la Fuerza Armada involucrada en las escenas de la película, es lógico que salgan ellos mejor parados.
Yo vi la mitad de la película en compañía de personas que estuvieron en Guazapa, la mayoría miembros de las FAL. Y puedo asegurarte que a todos les pareció ofensiva la forma en que se representan a los compas. En el año en que la historia ocurre, ya no se usaban uniformes negros, las gorras no llevaban "pines" del FMLN como los que se venden ahora en los locales del partido. Y las balas, tan escasas allá arriba, no se disparaban como si de semillas de sandía se tratara. Y los tatús, tampoco se hacían con boca de madera. Y lo peor, los AK-47 no existían en Guazapa en 1986. Esos les llegaron a los compas para la ofensiva del 89. Supongo que bien pudieron haberle preguntado a alguien del Frente cómo fue allá en Guazapa.
En fin, el título es lo que mejor refleja la tragedia de ver esa película. Hay que sufrir mucho para verla completa. Y puedo decir que yo no sobreviví a Guazapa.
un saludo
Alluro
Blog El Tenampa
Pues sí, qué quieres que te diga. Yo no veo todo lo que tú ves. Me pareció mejor que Voces inocentes; eso sí me pareció de un amateurismo terrible.
A mí no se me da eso de las teorías conspirativas, perdonarás. Igual se consiguen películas piratas de buena calidad cuando acaban de salir al cine, como Soy leyenda, que no creo que al Estado Mayor de la Fuerza Armada le interese difundir de manera especial.
Como sea, saludos.
"Igual se consiguen películas piratas de buena calidad cuando acaban de salir al cine, como Soy leyenda..."
Acá me faltó aclarar algo que no venía al caso. Diciembre, Enero y Febrero son los mejores meses para la piratería "fina" de películas. Esto se debe a que previo a la temporada de premiaciones, las productores hacen llegar copias de muestra a los críticos y votantes de los Oscars, Golden Globes y otros. Algunos de ellos "prestan" su copia a los piratas y ellos la masifican. I'm Legend es uno de sus casos. Yo ya vi todas las nominadas al oscar, exceptuando There Will Be Blood porque no está todavía en buena calidad y le faltan escenas. Los demás meses del año, es común primero tener películas filmadas dentro de los cines y copias directas de los carretes de las películas llamadas Telecine. Es hasta un mes después que se consigue una mejor copia llamada Silver pues viene de Asia donde sí se venden dvd's región 5 de calidad aceptable apenas unas semanas después del estreno.
Sicko como ya dije es un caso aparte. Y también lo es Sobreviviendo Guazapa. Te doy un ejemplo contrario: Los López todavía no está en la calle y es porque acá no hay todavía piratas que graben dentro de los cines y tampoco los productores la han filtrado.
Sólo quería aclarar eso.
Un saludo
Alluro
Blog El Tenampa
De las cosas que se entera uno en los comentarios de los blogs. Es obvio que lo de la pirateria de DVDs es un rollo bastante complejo, pero no sabía todos esos entretelones. Hay películas inconseguibles que luego se hallan con títulos en ruso o japonés o coreano. Es divertidísimo.
Volviendo a lo de Guazapa, en serio no le hallé el lado ideológico. Lo que ne parece es más simple: alguien del equipo de producción se ganó una buena lana filtrándola, muchos están haciendo una buena lana vendiéndola como pan caliente hasta en las tienditas y, si le hubieran quitado unos veinte minutos, hubieran hecho una edición más fina, hubieran contratado mejores actores, la niña hubiera hecho algo más que salir tras una pinche mariposa y mi tía tuviera ruedas, les hubiera salido una buena película.
Fíjate que me llamó la atención algo que mencionaste: que se ven mejor preparados y disciplinados los soldados que los guerrilleros. Y eso es algo de lo poco que le da realismo a la película. Los soldados se pasan horas y días y semanas entrenando para eso, viven eso y comen eso; los guerrilleros son civiles en lo que "eso" es excepcional. Cuando empezaron a pelearse cuerpo a cuerpo, le dije a Krisma: "Si yo fuera guerrillero, no me agarraría así contra un soldado." Están mejor entrenados, punto, y El capital a lo sumo servirá para tirárselo en la cara mientras uno corre. La ventaja de los guerrilleros es la movilidad y la sorpresa; por eso rara vez ganaron combates frontales, y perdieron un montón. El clásico fue el intento de tomar el cuartel de Gotera en 1981: planeaban tenerlo en unas horas y se pasaron una semana viendo cómo salir de allí, porque luego llegaron de otros cuarteles a reforzar a los "cercados", que ni siquiera trataron de salir.
Hoy estuve releyendo trozos de La terquedad del izote. Santiago hace una observación bastante inocente, y hasta esperanzada, en los dos o tres días anteriores a la ofensiva: les daban a los guerrilleros armas nuevecitas y, antes de mandarlos a tomar el cuartel de Gotera, les explicaban más o menos cómo se usaban. Santiago dice algo así como que se iban a hacer combatientes en el combate. Me dio no sé qué y me acordé de tu observación.
Hubo "secciones" de la guerrilla que sí llegaron a funcionar casi como un ejército (la BRAZ del ERP y las Unidades de Vanguardia de las FPL); la idea era que pudieran combatir con el ejército de manera frontal.
Pero nunca llegaron a tener demasiada gente, quizá unos 1,000 entre las dos (las UV andaban entre los 600 y 700 combatientes). Para 1986 ya habían sido desarticulados por el FMLN: le apostaron más a una lucha guerrillera más tradicional, aunque con gente mejor preparada, y a la movilización de grupos limitados, pero más grandes. Por eso no podían ganar en 1989, y por eso ni siquiera lo intentaron; el asunto era forzar la negociación, etc.
En EDH y en las empresas de seguridad que trabajan para Concultura he tenido chance de conocer a ex soldados que ahora son guardias privados, y de platicar con ellos. Tienen historias muy fuertes. La mayoría fueron reclutados a la fuerza y todos tenían un solo lema: a mí no me matan.
Los guerrilleros tenían mejores motivaciones, los de muchos sin duda eran nobles, y a otros no les quedaba de otra: o se metían a la guerrilla o los mataban.
Me pongo a pensar que, si le quitas a uno la presión de sobrevivir y a los otros la de estar las veinticuatro horas recitando El rebelde, bien podían platicar un rato. Hay anécdotas de ex compañeros en Chalate que se encontraban con patrullas militares, se saludaban porque se conocían, se fumaban un cigarro juntos y luego cada quién por su lado. O los que se ignoraban: el oficial y el responsable decían algo así como "Vista a la izquierda" y listo, no habían visto nada. Pero eso fue antes de la ofensiva de 1981.
En fin, de todos modos es una película que hay que ver. No sé si se me antoje mirarla de nuevo en los próximos años --de verdad me pareció malita--, pero no veo todas esas inferencias que sacas. Tampoco me veo a mí mismo dándote esa paja para corromper a los que leen el blog y que corran a comprarla y así ponerlos del lado de los malos. No es mi estilo ni veo que el mundo funcione así.
¡Y qué espantosos los helicópteros y las explosiones digitales!
Saludos de nuevo y gracias por la información de la piratería. Y conste que trato de comprar originales cuando están a precios razonables; no voy a pagar los 42 dólares que pedían por Piratas del Caribe III. La I y la II me costaron 9 y 11 dólares, respectivamente.
Perdone (no sé si publicara este comentario), pero usted no tiene ninguna autoridad para hablar de guerras, ni de combates ni de estrategias.
Usted estuvo en Mexico, bien lejos de la guerra y de las balas. Lo unico que tuvo que combatir fue la depresion clinica de la que tanto usted mismo habla.
La informacion que usted tiene sobre la guerra, es una informacion sesgada, adultera y parcial, de parte de ex-guerrilleros arrepentidos, como Medrano y Ayala, asi como de ex-militares arranca-chiches.
No le da verguenza tocar es tema. Digo, verguenza por aquello de volverse pedante, o hablar de lo que no conoce.
Saludos!
Publico el comentario anteruor nada más por curiosidad: ¿cuál Ayala?
Y tiene razón. No sé cómo se atreven ciertas personas irresponsables a escribir acerca de la batalla de las Termópilas si no estuvieron allí. Ese Plutarco era un farsante.
Y quizá debiera revisar el diccionario: "adúltera" significa otra cosa.
¿Con quién tengo el honor, a todo esto? ¿Algún ex guerrillero que no se arrepintió? ¿Alguien que ha escrito algún libro según el cual me pueda guiar para no meter la pata? Sería bueno saberlo.
En serio: ¿cuál Ayala? Que yo sepa, no entrevisté a ningún Ayala...
a mi tambien me recordo a Enemigo mio, era algo contradictoria con lo de ser guerrillero y querer ir a USA, pero asi somos los humanos , en especial los salvadoreños. Yo la vi (pirateada por supuesto, y no me da pena, sabes? deberian de pensar en hacer cine en el grupo de la Casa del Escritor. Piensenlo.
Fíjate que no era contradictorio para los que estaban con la guerrilla por sobrevivencia. En algún momento la lógica era: me van a matar de todos modos, así que aprovecho y me llevo varios en el intento. Uno de los errores fue creer que, por manejar un cierto discurso, todos los guerrilleros estaban "concientizados". En México conocí a varios que desertaron, auque eufenísticamente "se habían visto obligados a refugiarse". Lo hacían con todo y la familia. Eran más poderosos los lazos familiares que la lucha; en tu caso y el mío, en nuestras infancias, quizá lo hubiéramos preferido, ¿no?
Tampoco era contradictorio para soldados y guardias: a los originales los exterminaron casi por completo para 1981 o 1982. Lo que había era reclutas bien o mal emtrenados, pero sin la "mística" de los originales.
Una excelente película sobre las convivencias de dos personas pertenecientes a bandos diferentes es "Kukushka" (2002).
En italiano, su subtítulo es "desertar no es un crimen."
Muy recomendada.
Bueno gracias por decir q me "Llevo la pelicula"! Es en verdad muy grato ver una critica constructiva.
Y con lo de las conspiraciones, creanme... conozco muy bien a Don Davila... no hay tal cosa!
F.Alejandro Lopez
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