6 de junio de 2005

Caerse, levantarse, etc.

Cuando era bastante joven, gracias a los pies planos y a los tobillos un tanto vacilantes, me tropezaba en la calle y a veces caía; de inmediato rebotaba y me ponía de pie en el mismo movimiento. Generalmente lograba mantener el equilibrio, dar un par de pasos torpes y seguir como si nada. Si caía, me llevaba un par de moretones; si mantenía el equilibrio, seguro quedaba con dolor de músculos en alguna parte durante un par de horas o de días, según.
En el último año me ha tocado caerme tres veces. He aprendido algo: en ciertas circuntsnacias, no vale la pena tratar de no caer; el daño físico es mayor que el moral. Así que hay que saber caer: dejarse llevar, girarse un poco, dejar que la gravedad haga lo suyo. Ya en el suelo, evaluar daños, esperar a que el cuerpo se acostumbre a que ya no va caminando, pararse y seguir. Y, si es necesario o posible, detenerse a limpiarse la tierra o el lodo que se haya pegado.
En las tres últimas caídas no me ha tocado que haya gente cerca. Me gustaría saber qué se siente que alguien llegue y le diga a uno: "¿Se lastimó? ¿Necesita ayuda?" Quizá pueda darme el lujo de decir "No, gracias, estoy bien." Pero en algún momento será necesaria la presencia de testigos...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJA!

Aunque mi comentario debería de venir en blogs anteriores, no puedo no hacerlo ahora que me hiciste recordar que te caes...ja! Y nunca me ha tocado verte, seguramente, yo si te preguntaría si estás bien... después de reírme mucho, sorry!! :D

Pero el comentario al que iba era:
así que naciste en El Salvador!!!

Eso escribiste, pero a mí se me hace que puro truco publicitario, me cae!!!

Prefiero saberte internacional! Y me seguiré quedando con la duda.

Cuidaos y saludos a la familia!

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Es feo reírse cuando la gente se cae. Después no, ya sea que se levante o se quede allí en reunión social con cervezas, camilleros y multitud de testigos.
Ya terminé la novela desde hace días. Estoy en la etapa de corrección fina. Del cuaderno que me regalaste quedaron sólo tres páginas en blanco.
Y la duda es chida. A veces las respuestas son demasiado obvias.
Un abrazo,
Rafael.

Anónimo dijo...

Te cae????

Son muy obvias???

CHALE! Es que me despistas, manito!

:D

Pa' mí, chavo!

Anónimo dijo...

Vaya, veo que en eso de hacer vuelos con aterrizaje poco grato no soy la única. Eso sí, yo siempre tengo público, y a veces se ríen, los muy... Me encanta tu blog, que he descubierto gracias a Aldebarán. Si no te molesta, te enlazo. Un saludo desde Madrid.