1950
En 1950 pasaron varias cosas importantes en la familia materna. Mi madre cumplió 15 años el 4 de octubre, y aquí aparece en la respectiva fiesta con el abuelo Miguel Ochoa (Miguel Ángel Ochoa Tejada, por más señas). El regalo del abuelo fue una radiola Phillips que tengo en casa, y que mi madre me regaló a su vez cuando cumplí los nueve, en 1968. No sé si funciona; en el terremoto de 1986 se cayó, en la bodega de la abuela Mina, y nadie se atrevió a encenderla desde entonces.
Por esos días, también, mi madre se recibiría de secretaria comercial en el Sagrado Corazón (antes había estudiado en la Normal España) y comenzaría a trabajar en la Dirección de Bibliotecas Ambulantes, recién creada por Reynaldo Galindo Pohl como ministro de educación. La Dirección tenía dos empleados: Jose Rodríguez, el director, y mi madre, su secretaria. Ya conté algunas anécdotas, por ejemplo de cómo ambos se iban a recorrer pueblos con libros, con un proyector de cine y con las películas que buenamente conseguían, y de cómo don Chepe, quien le llegó a escribir los discursos del presidente José María Lemus, terminó más o menos emparejado con mi abuela. Allí llegaban también a robarse libros "los muchachos" de la Generación Comprometida, con la aquescencia de Galindo y de don Chepe, y la protesta sumaria de mi madre. Don Chepe tenía fama de buen orador de plaza; su apodo era "Pico de Oro". Murió a principios de los ochenta; era diabético, se le gangrenó un dedo y no quiso que lo operaran. Dijo que prefería morir completo, y así murió.
El hecho de que se emparejara con la abuela (en realidad eran novios de un par de días a la semana; ella tenía su almacén y él era profesor de lenguaje del INFRAMEN) fue posible porque, también en 1950, ella se separó del abuelo Miguel. Y no sólo se separó, sino que no le dio el divorcio sino hasta 1959, por las fechas en que nací, con todo y que ella era la que no quería seguir con él. El abuelo metió varias demandas en el ínterin, y la abuela se encargó de sabotearlas todas, nunca supe por qué. Por fin, ya divorciado, el abuelo se casó con Lila Romero, madre de mis tíos Miguel --que es como mi hermano-- y Eduardo; el primero es dos años menor que yo, y el segundo como 13 o 14.
La abuela firmaba Mina Molina, pero en sus últimos años tendía a poner Mina de Ochoa; quizá ya llevaba sola demasiado tiempo.
Por esos días, también, mi madre se recibiría de secretaria comercial en el Sagrado Corazón (antes había estudiado en la Normal España) y comenzaría a trabajar en la Dirección de Bibliotecas Ambulantes, recién creada por Reynaldo Galindo Pohl como ministro de educación. La Dirección tenía dos empleados: Jose Rodríguez, el director, y mi madre, su secretaria. Ya conté algunas anécdotas, por ejemplo de cómo ambos se iban a recorrer pueblos con libros, con un proyector de cine y con las películas que buenamente conseguían, y de cómo don Chepe, quien le llegó a escribir los discursos del presidente José María Lemus, terminó más o menos emparejado con mi abuela. Allí llegaban también a robarse libros "los muchachos" de la Generación Comprometida, con la aquescencia de Galindo y de don Chepe, y la protesta sumaria de mi madre. Don Chepe tenía fama de buen orador de plaza; su apodo era "Pico de Oro". Murió a principios de los ochenta; era diabético, se le gangrenó un dedo y no quiso que lo operaran. Dijo que prefería morir completo, y así murió.
El hecho de que se emparejara con la abuela (en realidad eran novios de un par de días a la semana; ella tenía su almacén y él era profesor de lenguaje del INFRAMEN) fue posible porque, también en 1950, ella se separó del abuelo Miguel. Y no sólo se separó, sino que no le dio el divorcio sino hasta 1959, por las fechas en que nací, con todo y que ella era la que no quería seguir con él. El abuelo metió varias demandas en el ínterin, y la abuela se encargó de sabotearlas todas, nunca supe por qué. Por fin, ya divorciado, el abuelo se casó con Lila Romero, madre de mis tíos Miguel --que es como mi hermano-- y Eduardo; el primero es dos años menor que yo, y el segundo como 13 o 14.
La abuela firmaba Mina Molina, pero en sus últimos años tendía a poner Mina de Ochoa; quizá ya llevaba sola demasiado tiempo.
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