Miscelánea del 22
Aprovechando que es 22 de diciembre, pongo de todo.
Y aprovechando que fuimos a Sanborns de Metro a comer (en realidad íbamos por una pizza, pero todo estaba llenísimo, y sólo en Sanborns había lugar; hasta se podía respirar a gusto), y con eso de que todos los DVDs tienen 20 por ciento de descuento, incluso los que ya están en oferta, compramos varias películas: 300, basado en un cómic del magnífico Frank Miller; Walk the Line, que le gusta a Krisma, y Lilo & Stitch, la favorita de Valeria. Las dos últimas las hemos visto, y más la tercera, en una vergonzosa versión pirata (ejem), así que compramos el original a 13 dólares menos el 20 por ciento, tomando en cuenta que ya estaba a mitad de precio, y la Vale feliz,
No hay que perderse 300. Es de lo mejor que he visto en el género, y sin duda emocionante, de una factura mucho más que impecable y actuaciones bien notables. Como viene del cómic, el énfasis en la imagen es obvio y magnífico. Sólo por eso, por sus imágenes, vale la pena de verse. Y por lo demás (la batalla de las Termópilas, Leónidas contra Jerjes, lo que quieran). Sensacional.
Aquí, Valeria tomándose su sopa de verduras con su respectivo frozen de fresa. A su izquierda se puede ver una oferta que no pudo aprovechar: ¡dos cervezas por el precio de una! Si ni siquiera el frozen se terminó...
Krisma se puso a hurgar fotos y encontró una del 9 de octubre de 1999. recién llegado yo a El Salvador, y desde luego había que hacer el peregrinaje a El Mozote. No lo hice solo.
Además del taxista, iba a académica puertorriqueña Sheila Candelario. Ella tomó la foto anterior y yo tomé ésta, en la que conversa con un vecino de El Mozote. Después hablamos con Rufina Amaya; por allí debe haber una foto de eso.
Y encontré unos contactos de unas fotos tomadas por Jenny Cruz (de quien ya he hablado hace poco) a Álvaro Menen Desleal. Jenny me dejó varias docemas de negativos con fotos de escritores salvadoreños, en especial de la Generación Comprometida. Ya irán saliendo.
Y feliz 22 de diciembre.
Y aprovechando que fuimos a Sanborns de Metro a comer (en realidad íbamos por una pizza, pero todo estaba llenísimo, y sólo en Sanborns había lugar; hasta se podía respirar a gusto), y con eso de que todos los DVDs tienen 20 por ciento de descuento, incluso los que ya están en oferta, compramos varias películas: 300, basado en un cómic del magnífico Frank Miller; Walk the Line, que le gusta a Krisma, y Lilo & Stitch, la favorita de Valeria. Las dos últimas las hemos visto, y más la tercera, en una vergonzosa versión pirata (ejem), así que compramos el original a 13 dólares menos el 20 por ciento, tomando en cuenta que ya estaba a mitad de precio, y la Vale feliz,
No hay que perderse 300. Es de lo mejor que he visto en el género, y sin duda emocionante, de una factura mucho más que impecable y actuaciones bien notables. Como viene del cómic, el énfasis en la imagen es obvio y magnífico. Sólo por eso, por sus imágenes, vale la pena de verse. Y por lo demás (la batalla de las Termópilas, Leónidas contra Jerjes, lo que quieran). Sensacional.
Aquí, Valeria tomándose su sopa de verduras con su respectivo frozen de fresa. A su izquierda se puede ver una oferta que no pudo aprovechar: ¡dos cervezas por el precio de una! Si ni siquiera el frozen se terminó...
Krisma se puso a hurgar fotos y encontró una del 9 de octubre de 1999. recién llegado yo a El Salvador, y desde luego había que hacer el peregrinaje a El Mozote. No lo hice solo.
Además del taxista, iba a académica puertorriqueña Sheila Candelario. Ella tomó la foto anterior y yo tomé ésta, en la que conversa con un vecino de El Mozote. Después hablamos con Rufina Amaya; por allí debe haber una foto de eso.
Y encontré unos contactos de unas fotos tomadas por Jenny Cruz (de quien ya he hablado hace poco) a Álvaro Menen Desleal. Jenny me dejó varias docemas de negativos con fotos de escritores salvadoreños, en especial de la Generación Comprometida. Ya irán saliendo.
Y feliz 22 de diciembre.
2 comentarios:
El 22 de Diciembre es una fecha especial para mi. Es la fecha cuando mi padre enfermó y nunca se recuperó hasta fallecer el 30 de Diciembre.
Aunque no me quedó claro al final que comieron en Sanborns, el 22 lo celebré con mi viejita que llegó a los 80 años el pasado Septiembre con un suculento plato de mariscos en el mercadito de Ciudad Merliot.
Qué triste lo de tu padre. Esas "fechas significativas" siempre son duras, y los síndromes de aniversario hay que aguantarlos lo mejor que se pueda. Espero, de corazón, que estés bien en estos días; tengo mis aniversarios también, y no son agradables.
Para mí el 22 es un día... bueno... como cualquier 22, nomás que había que ponerle un título y un tema al post. Ayer incidentalmente pasé un rato con mi familia --salimos muy poco juntos, por lo del trabajo--, nos fuimos al Sanborns y a pagar cuentas, y comimos... uhm... Yo una milanesa --un poco seca, si me preguntas--, Krisma un filete de pescado a la veracruzana --riquísimo, aunque sin chile largo; imitaron bien el sabor-- y Vale una sopa y otra sopa de lo mismo, porque no le gustaron los rollitos de jamón y quería más sopa y punto. De verduras. Pedimos un pastel de cuatro chocolates para Vale y para mí, y Krisma encantada con el arroz con leche a la mexicana, que tiene su toque.
Ese mercadito de Merliot tiene sus encantos. No he ido allí desde que trabajaba en EDH y salía a hacer reportajes de fin de semana. He comido cualquier cantidad de sopas. Ahora no voy porque no tengo carro y me queda lejos; igual hacemos las sopas en casa. Somos rete ermitaños.
Un abrazo navideño.
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