Ahora soy artista plástico conceptual
Después de escribir una serie de artículos acerca del "arte conceptual" en Centroamérica 21, recapacité y me dije:
--Mí mismo, vas por el camino equivocado. La literatura no te va a llevar a ningún lado, y si te lleva va a ser muy de vez en cuando. Apenas 18 años después de publicar en Francia te invitaron por primera vez, mientras que, si te dedicas a las artes plásticas, con una sola cosa que se te ocurra vas a andar en bienales, trienales y exposiciones colectivas en todo el mundo sin necesidad de trabajar demasiado. Porque seamos francos: esa pinche novela que estás escribiendo va para largo. Sí, ya llevas tres meses y medio. ¡Tres meses y medio!, y ni siquiera has terminado la primera parte. (Al menos ya sabes de qué va la segunda, y hace una semana no tenías ni zorra idea. Pero ¿te das cuenta de cuál es el punto?) ¿Para qué quebrarte la cabeza si con el Photoshop se pueden hacer maravillas en dos o tres minutos? Acuérdate de la nota aquella que publicó La prensa gráfica acerca de la foto que tú dijiste que era plagiada. ¿Qué vas a saber de eso? Por más clases que tomaste de dibujo (dos años), no lograste hacer algo parecido a un retrato; cuando te ponías a copiar caras, te salían naturalezas muertas, y ni siquiera viceversa. Así que allí tienes: artista plástico conceptual. Vete a Corbis, regístrate, agarra unas fotos, les das una intervenida rápida y al carajo, total ¿quién va a saber que no sabes nada de pintura y muy poco de fotografía? Eso sí: tienes que aprender a pronunciar bien la palabra "sinergia", porque lo que tienes que lograr es que tus obras sean sinérgicas. ¿De acuerdo? De acuerdo.
Así que me fui a Corbis --universalidad ante todo--, agarré algunas cosas más o menos al azar y me puse a procesarlas en el Photoshop. Fue difícil al principio, y me devané los sesos durante por lo menos dos minutos antes de saber qué hacer en cada caso para que una simple foto se convirtiera en una Hobra de Harte (la H reverencial es de Cortázar) y así entrar en el restringido grupo de los sinérgicos. De ahora en adelante, pues, firmaré como "escritor, periodista, traductor y pintor" (ya quedamos en que músico no soy, aunque en los links de al lado puede encontrar mi página en mp3.com: "Vanidad, mi pecado favorito", que diría Al Pacino.)
Voy a contar en lo que voy hasta ahora, y cómo ha sido mi complejo y sinuoso aprendizaje.
Lo primero fue encontrar algo que fuera pop, y a la vez retro, y a la vez irónico, y a la vez solemne, y a la vez poderoso, y a la vez ridículo, y a la vez concreto. Y la respuesta, como lo habrán adivinado, fue Charles Atlas, aprovechando que estoy dándole una releída a los cuentos de Charles Atlas también muere, de Sergio Ramírez. Asi que comencé con la famosa foto de Bettmann:
¡Perfecta! ¡Si hasta viene en la portada del libro, como pueden ver en el post inmediatamente anterior!
Ahora bien: ¿cómo expresar lo que dije antes --no pienso volver a copiarlo, así que por favor reléanlo; tampoco recuerdo lo que era, pero en su momento tenía sentido--, todo al mismo tiempo, y crear una obra conceptual irrepetible, única, y sobre todo mía, que pueda firmar sin que el tal Bettmann venga a reclamarme y sin que tenga que darle crédito?
(¿Quién será Bettmann, a todo esto?)
Creé un par de layers en el Photoshop, les puse unos efectos que ya no recuerdo --se trata de una obra única e irrepetible, no olvidar-- y el resultado fue el que sigue:
Me gustó que la cara de Charles Atlas se pareciera a la de un payaso, el rojo indica muchas cosas: lo satánico, lo caliente, lo que sea; ya después podría encontrar una explicación sinérgica. Hubo dos problemas serios:
1. Me tardé 17 minutos en crear mi primera pintura conceptual.
2. El resultado es demasiado complicado y nadie va a entender.
Así que opté por la sutileza, y creé la versión moralista --es una ironía, desde luego-- de Charles Atlas, que reproduzco a continuación:
Tiempo de elaboración: tres segundos.
Pero las ideas siguieron surgiendo y, como contraparte, creé la versión pornográfica (cuatro segundos; el rojo es más difícil de manejar que el blanco):
Y vino otro problema: en realidad lo que quiero es ganarme un premio, porque no me han aumentado el sueldo más que 20 dólares netos en los últimos seis años, y las cosas suben de precio no les cuento a qué velocidad. Dos o tres mil dólares extra nunca caen mal, y quizá pueda optar a la versión para viejos del premio joven del Centro Cultural de España. (Ellos sabrán cómo le hacen para premiarme.) Así que hice una versión menos audaz, pensando --mísero de mí-- en el maldito dinero:
Hizo falta alargarle un poco la sombra a Charles Atlas, para que el resultado fuera sinérgico, pero no creo que los jurados se den cuenta; van a quedar atrapados por el concepto, y lo mejor es que ni siquiera voy a tener que explicarles nada. Ellos solitos lo van a encontrar, y cuando me lo digan voy a decir: "Sí, claro, era precisamente lo que pretendía."
Después de entender el modo de hacer arte conceptual --la práctica es la mejor maestra--, me puse insolente y tomé la foto más plagiada y robada del universo: la que Alberto Korda tomó en 1960 del Che Guevara. Si hay que ponerse radical, hay que ponerse radical, qué demonios:
¡Y a intervenirla y sinergizarla se ha dicho!
La primera versión fue un tanto obvia, porque el rojo simboliza el comunismo, las luchas de los pueblos, etcétera, pero era algo que había que poner en evidencia en estos momentos en que los valores de la izquierda se han ido perdiendo, etcétera. Mi pintura es un enrostramiento de lo mal que andan las llamadas organizaciones populares, y un recordatorio a la derecha de que el pueblo unido jamás será vencido:
Pero tampoco se trata de asustar mucho a la gente, ni de hacerse de mala fama, así que creé otra versión que titulé "El Che ecológico". Igual el verde es el color de los demócratas cristianos, y quizá logre llamar su atención y crearles una visión diferente del Guerrillero Heroico y hacer que lo acepten en su iconografía particular, en el caso salvadoreño junto a José Napoleón Duarte y a Rodolfo Parker:
Llegó el momento en que me puse de verdad insolente. Mi tercera obra ya no sería tan condescendiente, sino ruptural. (La palabra es fea, pero vieran que funciona si uno pone la mano como garra y aprieta los dientes mientras la dice.) ¿Andy Warhol intervino cosas ajenas y las firmó con su nombre? Pues a hacer lo mismo. ¡A matar al maestro! ¡Muera Andy Warhol y viva el mole de guajolote! (No se me ocurrió una versión salvadoreña. Además el lema es de los estridentistas --"Muera la cultura europea y viva el mole de guajolote"--, y decidí apropiármelo, intervenirlo y ponerle copyright, así que cuidado con usarlo sin mi permiso por escrito.)
Como hay que saber de lo que habla uno, busqué El grito, de Edvard Munch:
Me pareció bueno, aunque no pude dejar de notar la decadencia burguesa del tema y el enfoque psicoanalítico un tanto extremo y burdo, que Warhol resolvió de las siguientes maneras:
¡Eso es la verdadera vanguardia!, pensé. ¡Así se hace arte!
¿Cómo romper con el maestro? Sencillo: eliminando lo obvio. Y lo obvio es el color. En dos segundos --luego de una advertencia del Photoshop de que se perdería toda la información de la imagen en RGB--, obtuve quizá lo más provocador que haya hecho, escrito, musicalizado o pensado en mi vida:
A esas alturas estaba agotado, porque además en la tarde vinieron los compañeros del taller de video, antes de eso estuve trabajando en la novela en la que ya llevo ¡tres meses y medio!; antes hice un almuerzo conceptual --es decir: fui a la tienda a comprar crema mientras Krisma calentaba la pasta que sobró ayer-- y antes de eso me levanté temprano. Así que dejé para el final un ligero ejercicio de estilo, también con la intervención de una Hobra Hemblemática de Warhol:
Nótese cómo en mi obra hay temas de Warhol que pasan a un segundo término, como el asunto de la raza y el color, tan sensible para algunos, y cómo Alí cobra una nueva dimensionalidad transgénica inimputable a su causalidad intrínseca:
En fin, que en sólo unos minutos me hice de un oficio nuevo y más redituable que "los otros", que me han llevado más de treinta años de aprendizaje, y no veo para cuándo terminar. Sé que los artistas plásticos más destacados del país --es decir los conceptuales-- estarán contentos de que me retracte de mis desvaríos anteriores y los acompañe por el verdadero camino y acepta a Warhol y Yoko Ono como mis salvadores personales.
Ahora que, si me lo preguntan, no le encontré mucho la gracia a eso de andar coloreando fotos. Me imagino que es porque todavía no me he comprado una boina y una bufanda.
Seguiremos informando.
--Mí mismo, vas por el camino equivocado. La literatura no te va a llevar a ningún lado, y si te lleva va a ser muy de vez en cuando. Apenas 18 años después de publicar en Francia te invitaron por primera vez, mientras que, si te dedicas a las artes plásticas, con una sola cosa que se te ocurra vas a andar en bienales, trienales y exposiciones colectivas en todo el mundo sin necesidad de trabajar demasiado. Porque seamos francos: esa pinche novela que estás escribiendo va para largo. Sí, ya llevas tres meses y medio. ¡Tres meses y medio!, y ni siquiera has terminado la primera parte. (Al menos ya sabes de qué va la segunda, y hace una semana no tenías ni zorra idea. Pero ¿te das cuenta de cuál es el punto?) ¿Para qué quebrarte la cabeza si con el Photoshop se pueden hacer maravillas en dos o tres minutos? Acuérdate de la nota aquella que publicó La prensa gráfica acerca de la foto que tú dijiste que era plagiada. ¿Qué vas a saber de eso? Por más clases que tomaste de dibujo (dos años), no lograste hacer algo parecido a un retrato; cuando te ponías a copiar caras, te salían naturalezas muertas, y ni siquiera viceversa. Así que allí tienes: artista plástico conceptual. Vete a Corbis, regístrate, agarra unas fotos, les das una intervenida rápida y al carajo, total ¿quién va a saber que no sabes nada de pintura y muy poco de fotografía? Eso sí: tienes que aprender a pronunciar bien la palabra "sinergia", porque lo que tienes que lograr es que tus obras sean sinérgicas. ¿De acuerdo? De acuerdo.
Así que me fui a Corbis --universalidad ante todo--, agarré algunas cosas más o menos al azar y me puse a procesarlas en el Photoshop. Fue difícil al principio, y me devané los sesos durante por lo menos dos minutos antes de saber qué hacer en cada caso para que una simple foto se convirtiera en una Hobra de Harte (la H reverencial es de Cortázar) y así entrar en el restringido grupo de los sinérgicos. De ahora en adelante, pues, firmaré como "escritor, periodista, traductor y pintor" (ya quedamos en que músico no soy, aunque en los links de al lado puede encontrar mi página en mp3.com: "Vanidad, mi pecado favorito", que diría Al Pacino.)
Voy a contar en lo que voy hasta ahora, y cómo ha sido mi complejo y sinuoso aprendizaje.
Lo primero fue encontrar algo que fuera pop, y a la vez retro, y a la vez irónico, y a la vez solemne, y a la vez poderoso, y a la vez ridículo, y a la vez concreto. Y la respuesta, como lo habrán adivinado, fue Charles Atlas, aprovechando que estoy dándole una releída a los cuentos de Charles Atlas también muere, de Sergio Ramírez. Asi que comencé con la famosa foto de Bettmann:
¡Perfecta! ¡Si hasta viene en la portada del libro, como pueden ver en el post inmediatamente anterior!
Ahora bien: ¿cómo expresar lo que dije antes --no pienso volver a copiarlo, así que por favor reléanlo; tampoco recuerdo lo que era, pero en su momento tenía sentido--, todo al mismo tiempo, y crear una obra conceptual irrepetible, única, y sobre todo mía, que pueda firmar sin que el tal Bettmann venga a reclamarme y sin que tenga que darle crédito?
(¿Quién será Bettmann, a todo esto?)
Creé un par de layers en el Photoshop, les puse unos efectos que ya no recuerdo --se trata de una obra única e irrepetible, no olvidar-- y el resultado fue el que sigue:
Me gustó que la cara de Charles Atlas se pareciera a la de un payaso, el rojo indica muchas cosas: lo satánico, lo caliente, lo que sea; ya después podría encontrar una explicación sinérgica. Hubo dos problemas serios:
1. Me tardé 17 minutos en crear mi primera pintura conceptual.
2. El resultado es demasiado complicado y nadie va a entender.
Así que opté por la sutileza, y creé la versión moralista --es una ironía, desde luego-- de Charles Atlas, que reproduzco a continuación:
Tiempo de elaboración: tres segundos.
Pero las ideas siguieron surgiendo y, como contraparte, creé la versión pornográfica (cuatro segundos; el rojo es más difícil de manejar que el blanco):
Y vino otro problema: en realidad lo que quiero es ganarme un premio, porque no me han aumentado el sueldo más que 20 dólares netos en los últimos seis años, y las cosas suben de precio no les cuento a qué velocidad. Dos o tres mil dólares extra nunca caen mal, y quizá pueda optar a la versión para viejos del premio joven del Centro Cultural de España. (Ellos sabrán cómo le hacen para premiarme.) Así que hice una versión menos audaz, pensando --mísero de mí-- en el maldito dinero:
Hizo falta alargarle un poco la sombra a Charles Atlas, para que el resultado fuera sinérgico, pero no creo que los jurados se den cuenta; van a quedar atrapados por el concepto, y lo mejor es que ni siquiera voy a tener que explicarles nada. Ellos solitos lo van a encontrar, y cuando me lo digan voy a decir: "Sí, claro, era precisamente lo que pretendía."
* * *
Después de entender el modo de hacer arte conceptual --la práctica es la mejor maestra--, me puse insolente y tomé la foto más plagiada y robada del universo: la que Alberto Korda tomó en 1960 del Che Guevara. Si hay que ponerse radical, hay que ponerse radical, qué demonios:
¡Y a intervenirla y sinergizarla se ha dicho!
La primera versión fue un tanto obvia, porque el rojo simboliza el comunismo, las luchas de los pueblos, etcétera, pero era algo que había que poner en evidencia en estos momentos en que los valores de la izquierda se han ido perdiendo, etcétera. Mi pintura es un enrostramiento de lo mal que andan las llamadas organizaciones populares, y un recordatorio a la derecha de que el pueblo unido jamás será vencido:
Pero tampoco se trata de asustar mucho a la gente, ni de hacerse de mala fama, así que creé otra versión que titulé "El Che ecológico". Igual el verde es el color de los demócratas cristianos, y quizá logre llamar su atención y crearles una visión diferente del Guerrillero Heroico y hacer que lo acepten en su iconografía particular, en el caso salvadoreño junto a José Napoleón Duarte y a Rodolfo Parker:
* * *
Llegó el momento en que me puse de verdad insolente. Mi tercera obra ya no sería tan condescendiente, sino ruptural. (La palabra es fea, pero vieran que funciona si uno pone la mano como garra y aprieta los dientes mientras la dice.) ¿Andy Warhol intervino cosas ajenas y las firmó con su nombre? Pues a hacer lo mismo. ¡A matar al maestro! ¡Muera Andy Warhol y viva el mole de guajolote! (No se me ocurrió una versión salvadoreña. Además el lema es de los estridentistas --"Muera la cultura europea y viva el mole de guajolote"--, y decidí apropiármelo, intervenirlo y ponerle copyright, así que cuidado con usarlo sin mi permiso por escrito.)
Como hay que saber de lo que habla uno, busqué El grito, de Edvard Munch:
Me pareció bueno, aunque no pude dejar de notar la decadencia burguesa del tema y el enfoque psicoanalítico un tanto extremo y burdo, que Warhol resolvió de las siguientes maneras:
¡Eso es la verdadera vanguardia!, pensé. ¡Así se hace arte!
¿Cómo romper con el maestro? Sencillo: eliminando lo obvio. Y lo obvio es el color. En dos segundos --luego de una advertencia del Photoshop de que se perdería toda la información de la imagen en RGB--, obtuve quizá lo más provocador que haya hecho, escrito, musicalizado o pensado en mi vida:
* * *
A esas alturas estaba agotado, porque además en la tarde vinieron los compañeros del taller de video, antes de eso estuve trabajando en la novela en la que ya llevo ¡tres meses y medio!; antes hice un almuerzo conceptual --es decir: fui a la tienda a comprar crema mientras Krisma calentaba la pasta que sobró ayer-- y antes de eso me levanté temprano. Así que dejé para el final un ligero ejercicio de estilo, también con la intervención de una Hobra Hemblemática de Warhol:
Nótese cómo en mi obra hay temas de Warhol que pasan a un segundo término, como el asunto de la raza y el color, tan sensible para algunos, y cómo Alí cobra una nueva dimensionalidad transgénica inimputable a su causalidad intrínseca:
En fin, que en sólo unos minutos me hice de un oficio nuevo y más redituable que "los otros", que me han llevado más de treinta años de aprendizaje, y no veo para cuándo terminar. Sé que los artistas plásticos más destacados del país --es decir los conceptuales-- estarán contentos de que me retracte de mis desvaríos anteriores y los acompañe por el verdadero camino y acepta a Warhol y Yoko Ono como mis salvadores personales.
Ahora que, si me lo preguntan, no le encontré mucho la gracia a eso de andar coloreando fotos. Me imagino que es porque todavía no me he comprado una boina y una bufanda.
Seguiremos informando.
12 comentarios:
Me hiciste soltar unas buenas carcajadas, maestrísimo.
Ya decía yo que tenías facha como de pintor vanguardista. Tu reinterpretación de la imagen del Che no sólo fue sinérgica y arriesgada, sino enérgica y coloreada...
Ahora te falta abordar otra vertiente artística: la danza.
Así que, por favor, cómprate unas zapatillas de ballet y un leotardo azulito... y a darle.
Un abrazo,
Hugo MT
No sería mala idea... Me comenta Ixquic* que existe también la "danza conceptual", que consiste básicamente en que los bailarines se ponen en el escenario a no danzar, lo cual demuestra mi punto. Es como los quince minutos diarios que te van a poner tan trabado como Charles Atlas y a jalar trenes llenos de coristas.
Na. Que hagan ejercicio otros, así sea sin moverse de sus lugares. Que otros se lleven esa gloria; yo me conformo con las artes plásticas. Nomás termine mi novela voy a anunciar mi retiro de la literatura. Quizá me haga músico conceptual. Hay una obra de John Cage que consiste en abrir una ventana de la sala de conciertos y ponerse a dirigir el ruido. Otra, una secuencia de tres notas que se repiten durante diez o doce horas, con sinfónica y todo.
¿Sabes de alguien que me quiera invitar a México a explicar mis obras conceptuales? De paso nos echamos un café en el Habana, con su respectiva tampiqueña.
Maestrísimo:
Cualquier columnista "cultural" de La Jornada estaría ávido de experiencias tan enriquecedoras de arte conceptual...
Y yo llevo varios años practicando la gimnasia zen. Consiste en quedarme sentado inmóvil varias horas mientras medito en las bondades de la gimnasia.
Saludos,
Hugo MT
Tenes captadas todas las carecteristicas de un pintor conceptual salvadoreño,con base a tus palabras:incapacidad para el dibujo,gran habilidad o mediana con la computadora,un tanto de cultura general para escoger fotos o temas,gran capacidad para que vos hables paja por tu obra y la obra sea mas muda que fea,desfachatez y pocos escrupulos para con tu obra ,mediocridad,y todo lo gangster
y tranzero como tus neuronas te lo permitan
bueno tenes razon si lo que impor
ta es estar "in",bueno exito$ te
nes madera.Te agarrras de la coyuntura
de te conocen,si Anthony quinn se
vendia sus cuadros dele usted quien quita.Me parece excelente el post
pues ya merece dentro de las ciencias esteticas que resume folios de miles de pajas de teoria conceptual,si Rothko,llego al summum pintando un cuadro todo de un solo color,y ud resolvio solarizando una inquitud de convertirse en pintor ,es no una
opinion,sino ya prueba cientifica de las vivianadas de algunos.
Bonampack
Sr. Menjivar despues de examinar su material, debo confesarle que se ha convertido en mi pintor favorito del presente año.
Al mismo tiempo queria saber si pudiese incluir un par de sus Hobras de Harte en mi proximo largometraje. (Es sobre la biografia de Elton John y como se imagina, el tiene un gusto muy eclectico)
Mi favorita y quizas la mas controversial es "El grito" en blanco y negro.
Adelante con su excelente trabajo Sr. Menjivar, las invitaciones a los bienales y trienales ya van en el correo.
jajaja muy bueno....lo del Che esta genial, "ecologico" jajaja
Ra Alf se ha manifestado, de nuevo.
Huy que falta de respeto contra el CHE. Ahora si me siento ofendido. Bromas.
Muy buen post, creo que mi blog es un blog conceptual, me niego a postear como protesta contra la empresa privada, el concepto ante todo.
¡Andy Warhol se quedó pendejo junto a ti! juar juar.
Adoré al Charles Atlas, me acuerdo que venía atrás de todos los comics anunciando un método para "no ser un alfeñique".
jajajaja...que virgo!!!!!!!! me mataste de la risa. Saludes tio Rafa...jajajaj que chistoso se oye, mi hija tiene un tio "artista plastico"
siguiendo el espíritu de la Danza Conceptual, pues les presento mi más reciente texto, que cabe en lo que denominaré: "poesía conceptual" (espero ser el precursor de este nuevo boom)
Aquí el texto, entre comillas:
"
".
Espero les haya gustado.
oye René
Al poema le pondría título con todo tu permiso y se llamaría... Checate la originalidad de las comillas:
"?"
Ves. Inteligentemente perfecto.
Atentamente,
K
(Obvio. Hasta hay que firmar con arte conceptual)
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