7 de agosto de 2007

1954 y 1964

En la foto original, en la parte trasera, se lee en tinta azul: "Camino a la Barra de Santiago por la playa." Arriba de esa leyenda, "Abril 14/1954". Mi padre es el que aparece de playera blanca en primer plano, viendo hacia otro lado; de frente, el tío Juan Menjívar, su hermano. Tenían 19 y 17 años.
La moto era de mi padre y provocó serios problemas entre ambos, o más bien del tío hacia mi padre, hasta que éste se la regaló, poco tiempo después. Los "serios problemas" en realidad eran anécdotas divertidas. Por ejemplo, la vez en que iban de San Salvador a Santa Ana y el tío (que se negaba a agarrarse de la cintura de mi padre; cosas de machos) se cayó de la moto y mi padre siguió platicando con él hasta como un kilómetro más tarde, cuando se dio cuenta de que el tío ya no estaba. Regresó, lo encomtró necesariamente furioso, sentado en una piedra, y lo subió de nuevo. El tío no se lo perdonó nunca, ni eso ni muchas cosas de niños y de muchachos que siempre llevó con rencor.
Él fue quien insistió a la muerte de mi padre, hoy hace exactamente siete años, en que lo enterraran en una tumba que le pertenece, para estar juntos en la muerte como buenos hermanos. Él también, hace un año, poco antes del aniversario, exigió que lo sacaran de allí y dio un plazo antes de tomar "otro tipo de medidas". ¿Quién podría decirlo al ver esa foto casual, tomada quién sabe por quién? Quizá fue el tío Mario Choto; él me la regaló hace tres o cuatro años.
Durante buena parte de este año he pasado con un enojo de los mil diablos por lo de la tumba, y con una tristeza que me ha llegado a poner mal. El problema es que no he podido sacarlo como Dios manda --si hay un dios y si es mandón--, y eso no es sano. Me doy cuenta de que ése es un modo de pagar deudas ajenas, si las hubo, reales o imaginarias, y es como continuar en la lógica de una vendetta estúpida, que sólo afecta y daña a quien quiera entrar en el juego perverso de alguien que no conoce de amores y lealtades. Supongo que es el objetivo del tío, y lo ha logrado, hasta hoy. Pero ya hice mi luto por mi tío, a quien quería bastante, y trato de sobrellevar aún el de mi padre, siete años después. (No sé si esos lutos alguna vez acaben.)
De mi padre me queda él, y me quedo yo, y mis hijos; no es el destino de su cadáver lo más importante (ahora está a unos metros de donde estaba antes; mis hermanos se encargaron del traslado), sino de los que estamos y seguimos vivos porque él estuvo vivo alguna vez. Y en serio que nos la pasamos bien durante el trozo de vida que compatimos, así que al carajo y a otra cosa.


Y atrás de esta foto dice "Diciembre de 1964". O sea que tenía cinco años. Me extraña bastante mi expresión de felicidad; había muy poca gente capaz de ponerme así, y entre ellos no estaba el Santa Claus de Simán o del almacén Pacífico; detestaba que me tomaran fotos. Sólo la abuela Carmen, quien no tenía dinero para pagar la foto; la abuela Mina, que sí lo tenía, y mi padre, que sólo muy de vez en cuando se metía en cosas como llevar al niño a que le tomen la foto con el señor de la barba, tenían esa capacidad. Estoy seguro de que es a él a quien estoy viendo: hay orgullo en la actitud y en la sonrisa.
Y sigue habiéndolo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se ve que quieres -tiempo presente- mucho a tu padre.

Creo que lo poco que nos llevamos al morir -eso si hay valijas para llevarse algo- son las satisfacciones y las alegrías. Las mismas que nos acompanaran en la vejéz. Por ellas vale la pena vivir.

el innombrable

Anónimo dijo...

El luto se lleva con la alegria del recuerdo de esas fechas memorables que disfrutamos cuando se pudo.

Mi padre murio en 1974 y aun esta en mi vida como el ayer que fui a dormir.

fijate que mi papa tenia una moto de esas con asiento lateral, como las que usaron en la II guerra Mundial y la historia que me viene al recuerdo es una donde mi papa platico con un "bulto" que le coloco mi hermana que no queria ir con el a Ahuachapan. Ya llegando al poliedro se dio cuenta y se regreso con un humor de las mil virgenes.

Mi Papa fue enterrado en Soyapango por esas cosas del destino, pero dejo un su "papelito" para que no anduvieramos "con babosadas" para llevarlo a su tierra: Ahuachapan. Que era una de las cosas que nosotros "los vivos" queriamos disponer del padre muerto.

Muy interesante tus historias

saludes

pd: no te preocupes, que si espero el articulo de centroamerica 21

Anónimo dijo...

Mira compadre "entre marido , mujer,y hermano nadie meta la mano"

Que pleito vos hermano, si como las
diferencias orbitarias corresponden a su congruentes satelites y ajentes externos solo infieren en el orden ocasional ya muy establecido, por mas que patalee,ellos en la distancia sabran cual habra sido su pleito "SU DIFEREN
CIA (EXCLUSIVA DE HERMANOS) ya de mocoso uno es un agragado a la plasta de conceptos de su raza,mira si el brother anda de eterno y argumentado, alla dejelo con sus
angustias post mortem que de algo le sirven de entretenimiento,creo que le guardas respeto y hasta un raro aprecio,mira la historia igual las hay hay variadas te reconozco la documentación,de lo que hoy fuera de paja ni por se cerca creí que vivias donde los Chinos? (sera o me eqivoco a la par de la iglesia evangelica)
,y lo que seraia 20 años despùes el lugar de mis recuerdos, bonita las dos historias (disculpa me refiero a tus post posteriores) igual comparto tu locura de ver fotos viejas(aun las sin relevancia
par mi)o quizas si para ver si reconozco algo familiar,igual te mandaria unas en Polanco(creo segun mi memoria por el Hotel de Chapultepec y monumento de caballos creo que a Zapata,haya por la embajada salsavadoreña pero no hay para el scanner(paja me gaste el pisto)y otras por la Col,Roma en
chilangolandia


SAludos(Hey tipo El Che su Tata con el tio con moto y todo de aventurero o a lo Marlon Brando,
Excelente)