15 de agosto de 2007

6 de febrero de 1980


O sea que en la foto mi hijo Eduardo tenía dos años y medio --menos de lo que Valeria tiene ahora-- y yo veinte y medio.
Desde un mes antes yo era subjefe de internacionales del periódico El día, ahora ya --casi-- extinto. Un par de meses después empezaría a escribir Historia del traidor de nunca jamás, mi primera novela publicada. Acababa de desechar una que se llamó Dónde estarás, Josefina, por Dios, en la costumbre de ponerle títulos endecasílabos a las cosas, y otra llamada Cristina's Rag. No recuerdo el título de otras dos desechadas, la primera y la segunda escritas y --por suerte-- desaparecidas. Más un par de libros de cuentos, QEPD, y poemas malísimos.
Y un etcétera de veintisiete años y medio.


(Híjole... El viernes cumplo 48...)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te voy a mandar un par de bailarinas del Lips y un tu roperon de Munecoff Silver...

Unknown dijo...

para esas fechas yo no estaba ni en proyecto de nacimiento todavia!


Pero el tiempo pasa rapido.


Saludos y felicidades en tu proximo cumple.

Aldebarán dijo...

Te ves... diferente. Y no digo sólo por la diferencia de edad. Es algo que no puedo precisar.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Será que desde esas fechas, aunque no era militante "oficial" --sólo lo fui durante siete meses--, ya tenía algunas responsabilidades fuertes y... uh... estaba aprendiendo cosas, generalmente por las madrugadas. Igual seguía de nerd, pero estudiaba música, trabajaba en el periódico, y para sacar una lana extra hacía editoriales y artículos y cantaba por las noches hasta ya tarde. Sin contar con que escribía cuentos, novelas y poemas, y estábamos ya en la armada de Salpress. Sí, ese mono malencarado fue uno de los fundadores de Salpress, Dios perdone a las FPL.
Más bien creo que estaba cansado, desvelado y de no muy buen humor, y se me notaba lo poco que me gusta que me saquen fotos. Igual me tomaba muy en serio. Igual era otra gente. Estaba bien flaco.
No sé. Quizá las cosas que pasaron de allí a 1983 me cambiaron bastante. Todavía no había tenido dos divorcios, ni una depresión clínica, ni a mi hija Eunice, ni había aprendido que todo es relativo según un observador.
Además, hasta que llegué a El Salvador, era bastante hosco. Creo que aquí fue donde comencé a llevarme con gente de manera sistemática, y además disfrutándolo. Antes no disfrutaba a la gente, por lo menos no a mucha; algunos amigos muy queridos, alguna gente de mi familia y ya.
Qué cosas dices...

Anónimo dijo...

wow!!! en verdad fuiste joven, jajajaja, bueno es q es cosa rara ver fotos de los años jóvenes de las personas q uno conoce ya adultas, en fin, 48 años no es mucho aunq al final lo que cuenta es cuánto has disfrutado en ese tiempo y no el tiempo en sí, y por mucho estoy segura de que has disfrutado y mucho. Lindas las fotos.

Abrazos.