Fiesta sorpresa
Empecé a sospechar lo de la fiesta sorpresa cuando Salvador Canjura llegó con un pastel inmenso y, mientras yo platicaba con Carlos Guardado en el jardín, después de saludarnos casualmente, entró en casa con aire de culpabilidad. (También Carlos llegó con aire de culpabilidad, pero en él es menos notoria, o más previsible.)
Luego, cuando los demás comenzaron a aparecer con medios galones de helado, otro pastel, bolsas de pan, jamón, queso y cosas así, me imaginé que no habría taller de video, en especial porque los que los llevaban no están en el taller de video, sino en el de poesía, y porque empezaron a decirme "feliz cumpleaños", etcétera.
Nos quedamos un rato en la cocina. Demasiada gente para una sola cocina. Pedí que nos fuéramos al jardín, pero estaba el problema de mover una mesa de cemento con tapa de piedra desde un rincón hasta el centro. Y estaba caída: el día en que tuvo sus cachorritos, hace tres semanas, como buena chow chow, Natasha se puso a abrir madrigueras por todas partes. Los perritos --en realidad perritas, y fueron dos-- nacieron en el armario del cuarto de planchar, cuarto de visitas y de lo que haga falta. Eso no impidió que el atavismo la pusiera como loca a abrir hoyos, uno de ellos al pie de la susodicha mesa, que se derrumbó. La cosa pesa, y se pasó allí hasta que hubiera Verdaderos Machos Que La Levantaran.
Y pues La Levantaron, al menos la cubierta de piedra. La base se la trajeron entre arrastrando, rodando y sudando desde la esquina, entre Carlos, Ricardo, Herberth y Osmín. (Uno tiene sus privilegios por ser cumpleañero.) Las mujeres se reían de la... uh... poca pericia manual de los compañeros, e hicieron la pregunta: "¿Por qué no pueden?" La respuesta fue obvia: "Porque son hombres."
Después, horrorizados de haber hecho algo para lo que deben usarse las manos, fueron a lavarse, pusimos cosas en la mesa y a platicar.
No sé qué me haya dicho allí Salvador, y no creo que sea capaz de decir algo que me sacara esa expresión, porque es bastante sensato. Creo que el insensato de la foto soy yo. Nunca me había visto esa cara, aunque supongo que será parte del repertorio del taller.
Aquí, desde luego, Krisma y Valeria con las dos cachorritas de Natasha. Todavía estamos buscando al padre, porque no se dejó de Boris (casi lo mata cuando él se puso... uh... flamenco; lo del incesto no se le da). Pueden ser dos papás, porque la cachorrita más oscura es casi el doble de grande que la otra, y la más clara es mucho más maciza. O la genética aguacatera genera azares; Natasha --me duele decirlo-- no es totalmente de sangre azul.
Y si Charlie tiene a sus Ángeles, yo tengo a las Hormigas de Ra Alf, o sea Rebeca, Sandra y Ana. A cambio de esta foto, después no quisieron bailar la Macarena, que era lo que correspondía por ser mi fiesta de cumpleaños.
Y la partida psicópata del pastel, bajo la mirada anhelante de Valeria.
Después, la foto de grupo. De pie, Nelson, Osmín, Sandra, Herberth, Salvador y Rebeca. Sentados, Krisma, Carlos, Valeria (de espaldas y en primer plano), Ricardo, Ana y yo. El ojo de la cámara estuvo a cargo de Aldebarán, o sea Aquél Cuyo Nombre No Se Menciona En Hannukah, Ramadán Ni En El Día De San Isidro Labrador (Lo Que Ocurra Primero). Es tímido, pue.
Gracias. Me la pasé bien. Lo de poner a Leo Dan y a Enrique y Ana a todo volumen fue demasiado, pero en serio me la pasé rico.
Luego, cuando los demás comenzaron a aparecer con medios galones de helado, otro pastel, bolsas de pan, jamón, queso y cosas así, me imaginé que no habría taller de video, en especial porque los que los llevaban no están en el taller de video, sino en el de poesía, y porque empezaron a decirme "feliz cumpleaños", etcétera.
Nos quedamos un rato en la cocina. Demasiada gente para una sola cocina. Pedí que nos fuéramos al jardín, pero estaba el problema de mover una mesa de cemento con tapa de piedra desde un rincón hasta el centro. Y estaba caída: el día en que tuvo sus cachorritos, hace tres semanas, como buena chow chow, Natasha se puso a abrir madrigueras por todas partes. Los perritos --en realidad perritas, y fueron dos-- nacieron en el armario del cuarto de planchar, cuarto de visitas y de lo que haga falta. Eso no impidió que el atavismo la pusiera como loca a abrir hoyos, uno de ellos al pie de la susodicha mesa, que se derrumbó. La cosa pesa, y se pasó allí hasta que hubiera Verdaderos Machos Que La Levantaran.
Y pues La Levantaron, al menos la cubierta de piedra. La base se la trajeron entre arrastrando, rodando y sudando desde la esquina, entre Carlos, Ricardo, Herberth y Osmín. (Uno tiene sus privilegios por ser cumpleañero.) Las mujeres se reían de la... uh... poca pericia manual de los compañeros, e hicieron la pregunta: "¿Por qué no pueden?" La respuesta fue obvia: "Porque son hombres."
Después, horrorizados de haber hecho algo para lo que deben usarse las manos, fueron a lavarse, pusimos cosas en la mesa y a platicar.
No sé qué me haya dicho allí Salvador, y no creo que sea capaz de decir algo que me sacara esa expresión, porque es bastante sensato. Creo que el insensato de la foto soy yo. Nunca me había visto esa cara, aunque supongo que será parte del repertorio del taller.
Aquí, desde luego, Krisma y Valeria con las dos cachorritas de Natasha. Todavía estamos buscando al padre, porque no se dejó de Boris (casi lo mata cuando él se puso... uh... flamenco; lo del incesto no se le da). Pueden ser dos papás, porque la cachorrita más oscura es casi el doble de grande que la otra, y la más clara es mucho más maciza. O la genética aguacatera genera azares; Natasha --me duele decirlo-- no es totalmente de sangre azul.
Y si Charlie tiene a sus Ángeles, yo tengo a las Hormigas de Ra Alf, o sea Rebeca, Sandra y Ana. A cambio de esta foto, después no quisieron bailar la Macarena, que era lo que correspondía por ser mi fiesta de cumpleaños.
Y la partida psicópata del pastel, bajo la mirada anhelante de Valeria.
Después, la foto de grupo. De pie, Nelson, Osmín, Sandra, Herberth, Salvador y Rebeca. Sentados, Krisma, Carlos, Valeria (de espaldas y en primer plano), Ricardo, Ana y yo. El ojo de la cámara estuvo a cargo de Aldebarán, o sea Aquél Cuyo Nombre No Se Menciona En Hannukah, Ramadán Ni En El Día De San Isidro Labrador (Lo Que Ocurra Primero). Es tímido, pue.
Gracias. Me la pasé bien. Lo de poner a Leo Dan y a Enrique y Ana a todo volumen fue demasiado, pero en serio me la pasé rico.
3 comentarios:
pero hay que ser pero "VALIENTE" con esa foto de las chicas no se si grose
ro, comico, feminista sabran ustedes peto esta de uhh .....para sandra y rene que chido y padre ademasa de uh son mexicanimos de los mas KABRON
el de siempe pero no el mismo.
Me encantó la reseña cronológica de los acontecimientos que tuvieron lugar en la casa del gran "Ra-Alph" (aunque suene redundante lo de "gran") jajaja, y tené por seguro que todos los que estuvimos ahí nos la pasamos rico también.
Un Abrazo y saludos.
No se cual foto me gusto mas: la foto de los machos en acción (Desde Chuck Norris no había visto tales demostraciones de fuerza, la destreza e inteligencia) o las sutiles, pero letales hormigas.
Un saludo para todos y estuvo chivo, a ver cuando nos volvemos a juntas guionistas con poetas.
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