18 de diciembre de 2006

No, no es una coincidencia

Algunas de las notas del periódico digital El Faro las ponen desde la madrugada del lunes, así que anoche revisé, vi la nota de Ruth, escribí el post anterior y me fui a dormir.
Desperté con la noticia de que Jorge Galán --a quien se menciona en la nota y en el post-- se ganó el prestigioso premio Adonais de poesía, en España, por su poemario Breve historia del alba, que por cierto tengo en el escritorio de mi computadora. Carmen González Huguet me envió un link a El Universal, de México, donde se da la noticia. En la nota se menciona que se ganó también el premio de novela de San Salvador, en el que ella y yo fuimos jurados, del que en su momento hablé aquí. (En el blog de William Alfaro, aquí, hay otros dos links.)
Ahora hay varias cosas que destacar. Por ejemplo, la oportunidad con la que Ruth Grégori publicó su reportaje acerca de los escritores jóvenes más sólidos de la actualidad, en el que apuesta por Claudia Hermández y por Jorge. Una semana más tarde hubiera sido demasiado tarde; el olfato es importante para los periodistas (como para los porteros de fut), pero también la suerte. Luego, el acierto de media docena de escritores de alguna trayectoria en ubicar a Jorge como el poeta más sólido de la actualidad. (Con Claudia fue más fácil: su carrera ha sido mucho más visible desde el principio.) Luego, que hay una buena cantidad de escritores salvadoreños que ya no piensan en el municipio a la hora de escribir (no son indulgentes con su obra), sino en la literatura a secas: escribir bien, hacer de ella un oficio, profesionalizarse, buscar los parámetros mucho más allá de la frontera y de nuestro tiempo más cercano.
Creo que es la primera vez que hay tantos escritores salvadoreños vivos con obra publicada en Europa (España, Francia y Alemania, especialmente), o con premios obtenidos del otro lado del charco: Manlio Argueta, David Escobar Galindo, Horacio Castellanos Moya, Claudia Hernández, Krisma Mancía, Jorge Galán y el que escribe son los que recuerdo ahora. Me refiero a libros; no cuento publicaciones en revistas (en papel o virtuales), antologías (allí habría que incluir a Jacinta Escudos y Salvador Canjura, los más constantes junto con Claudia y este servidor), etcétera.
Me siento contento y orgulloso. Jorge lo merece. También es el segundo premio de poesía que se otorga en España a un poeta salvadoreño en sólo un año; el anterior, exactamente por estas fechas, fue para Krisma, por el Viaje al imperio de las ventanas cerradas.
Ya empezarán los chismes y las descalificaciones y todo eso, porque así es la mediocridad, o ya tendrán qué decir de los de la lista que aparece dos párrafos arriba. Está bien. Lo que sé es que los parámetros cada vez están poniéndose más altos, y son más. Mi apuesta --y mi predicción desde hace ya un tiempo-- es que en unos cinco años El Salvador será un parámetro para la literatura en América Latina. (No se olviden de que lo leyeron aquí, ejem.)

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Hace varias semanas, Santiago (Carlos Henríquez Consalvi, pues), Salvador Canjura y yo fuimos jurados en el premio de novela de Zacatecoluca. Ganó una novela policial. No averiguamos quién era el autor, y no había modo de saberlo. Hace unos días Salvador me dijo que había sido Carmen González Huguet. Interesante que con ella haya sido parte del jurado que le dio un premio a Jorge por una novela de ciencia ficción. Es interesante también que ambos se consideren alumnos de Francisco Andrés Escobar, quien dice cosas muy sensatas en la nota de Ruth Grégori. Claudia viene también de allí.
El que hable de "argollas" (porque por allí irá el asunto) no sabe lo que dice. Lo que veo es, por fin, la consolidación en varios niveles de un "grupo" de escritores (no es un grupo, porque no creo que actúen "coordinadamente", sino por coincidencias) y la reconstrucción de una cadena de transmisión del conocimiento y de comunicación literarios, que se rompió muy a principios de los años setenta. Ya era hora.

12 comentarios:

Denise Phé-Funchal dijo...

Hola Rafa! ayer terminé Cualquier forma de morir, me encantó, tenés frases bien perversas, genial, me dejó de muy buen humor ;, se te agradece, es un producto que escasea por estos lares últimamente, jeje.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Gracias por leerla. Y estás invitada al almuerzo del 23 de diciembre, y a la cena del 24 en casa.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Impresionante, ¿no? No puedo pensar en otra cosa.
Y los que vienen...

Denise Phé-Funchal dijo...

Uyyy qué más quisiera, pero mi tía vino y las navidades son sagradas para ella, qué hacen para año nuevo? jeje

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

No sé. ¿Qué quieres cocinar? A la mexicana, sería una pierna horneada, mechada y barnizada de mole.

Aldebarán dijo...

En El País también está la noticia. Felicitaciones a Jorge, de a de veras.

Conste que el link no lo descubrí yo. Un amigo me preguntó hoy por la noche si sabía que un salvadoreño había ganado este premio. Le dije que sí, que lo había leído en tu blog. ¡Me le adelanté a un lector de El País!

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Lo veremos el sábado al mediodía. No sólo vamos a celebrar la Navidad y estar juntos, sino también cerrar el año con el premio de Jorge.
Ya saben los lectores de este blog que están invitados, siempre que lleven algo, porque la mara en serio que come.

Denise Phé-Funchal dijo...

Ahhhh fantástico, te aviso, creo que les caería el 29 o 30. Gracias!!!

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Chido. Aquí te esperamos.

Anónimo dijo...

bien por Jorge, me dejó impresionado la vez que llegó a la Casa y nos dio alugnos tips, hace unos tres meses o más.
René Figueroa

Anónimo dijo...

no se por qué pero no uedo postera mensjes con mi blogger name.....asi que lo dejo como anónimo ...ah pero firmo al final.
René Figueroa

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

De hecho Herberth y Roger me decían que ojalá pudiera llegar alguna vez más sólo para hablar de poesía, soltar su rollo, todo eso. Sería una gran contribución, porque Jorge es alguien que realmente piensa en poesía, ha trabajado mucho en eso y tiene conceptos bien claros.
Y es fan de algunos de los compañeros, cómo no.