Universo crítico y precio del libro
Hoy por la noche voy a estar como invitado en el programa Universo crítico, que pasa a las 9 de la noche por Canal 10. Me invitó Geovani Galeas para hablar de Cualquier forma de morir.
Y Raúl Figueroa me dijo el precio que el libro tendrá en El Salvador: seis dólares. Más barato que en Guatemala, donde cuesta $8.70, según se ve aquí. No sé si ponerme contento u ofenderme, pero me parece que a los eventuales lectores les caerá bien la diferencia.
Estoy terminando de revisar el texto para la tercera edición de Tiempos de locura. Será la versión definitiva, y así se hará constar. Lo que está quedando me gusta; digamos que es la versión que debió salir originalmente. El problema fue que muchos de los datos aparecieron después de que se publicó (hacía falta que se publicara para que me dieran acceso a ellos, qué paradoja), y lo mismo pasó para la tercera edición. Además, en los últimos meses muchos protagonistas políticos se han lanzado a hablar de los temas tabú de la guerra, y no quiero quedar desactualizado.
En especial estoy incorporando en el libro algunos datos que vienen en Lo que no dije de los presidentes militares, de Waldo Chávez Velasco, que dan una contraparte interesante a algunos de los datos. Ya incluí un rollo que se dio entre 1980 y 1981: el intento de crear una "tercera fuerza" política, avalada por el FMLN y encabezada por los propios militares que dieron el golpe de estado de 1979, contra los que el FMLN peleó, y a quienes vieron como opción cuando ya no estaban en el poder. Bien complicado. Tanto que no funcionó.
Incorporé también el diario del arzobispo Romero, algunas páginas más del diario de Ignacio Ellacuría y fragmentos de crónicas periodísticas del entierro de Romero. Y detallitos aquí y allá, como nuevas cosas acerca del comandante psicópata del FMLN, Mayo Sibrián, y precisiones a cosas que escribe Salvador Samayoa en su libro. Lo difícil ha sido no desequilibrarlo, que siga siendo ameno de leer.
En fin, ya hablaremos de eso después. Nos vemos hoy a las 9 en el 10.
Y Raúl Figueroa me dijo el precio que el libro tendrá en El Salvador: seis dólares. Más barato que en Guatemala, donde cuesta $8.70, según se ve aquí. No sé si ponerme contento u ofenderme, pero me parece que a los eventuales lectores les caerá bien la diferencia.
Estoy terminando de revisar el texto para la tercera edición de Tiempos de locura. Será la versión definitiva, y así se hará constar. Lo que está quedando me gusta; digamos que es la versión que debió salir originalmente. El problema fue que muchos de los datos aparecieron después de que se publicó (hacía falta que se publicara para que me dieran acceso a ellos, qué paradoja), y lo mismo pasó para la tercera edición. Además, en los últimos meses muchos protagonistas políticos se han lanzado a hablar de los temas tabú de la guerra, y no quiero quedar desactualizado.
En especial estoy incorporando en el libro algunos datos que vienen en Lo que no dije de los presidentes militares, de Waldo Chávez Velasco, que dan una contraparte interesante a algunos de los datos. Ya incluí un rollo que se dio entre 1980 y 1981: el intento de crear una "tercera fuerza" política, avalada por el FMLN y encabezada por los propios militares que dieron el golpe de estado de 1979, contra los que el FMLN peleó, y a quienes vieron como opción cuando ya no estaban en el poder. Bien complicado. Tanto que no funcionó.
Incorporé también el diario del arzobispo Romero, algunas páginas más del diario de Ignacio Ellacuría y fragmentos de crónicas periodísticas del entierro de Romero. Y detallitos aquí y allá, como nuevas cosas acerca del comandante psicópata del FMLN, Mayo Sibrián, y precisiones a cosas que escribe Salvador Samayoa en su libro. Lo difícil ha sido no desequilibrarlo, que siga siendo ameno de leer.
En fin, ya hablaremos de eso después. Nos vemos hoy a las 9 en el 10.
7 comentarios:
Espero que Galeas te ponga una alfombra roja, o verde, pero alfombra....a ver que tal, ojalá y se hablara un poquito de aquel asunto de los blog que todos recordamos.
vi un poco de lo de la novela negra, y todos los grandes autores, ahora se que galeas ya leyo casi todo lo que hay..jajajaja..
Bueno, te note algo timido... jeje
lamentablemente me la perdí....alguien sabe si hay repetición???? :(
René: Lo de la alfombra roja con dorado lo perdono; con eso del cambio de Canal 10 al ministerio se entiende, y además es fin de año. Yo les dije: O alfombra roja nueva o nada. Y pues nada. Y uno que es conforme...
Ayer me pasé hablando con gente a la que no veía desde hacía tiempo, alguna de la cual me encontré por casualidad (en La Casita, en el Canal, en La Casa, en la calle), con otros hablé por teléfono. Fue uno de esos días "sociales".
"Lo que todos recordamos" circuló de manera exagerada por correos privados y rebotó de un lado a otro. Se enteró todo el mundo, y claro que se armaron bandos, etcétera. Qué pena, ¿no? Y creo en lo que dije y he dicho en semanas anteriores: uno no puede ocultar lo que es, y lo que ocurrió fue sucio y enfermo, se le dé la explicación que se le dé. Hubo quien identificó a Pipo Rey tan bien como yo. Qué pena, ¿no? (Parte II.) Alguien me preguntó que por qué había llegado incluso al sadismo en el plan de hacer que siguieran hablando e insultando (lo hice, lo reconozco y lo disfruté, como dije en su momento), y mi respuesta fue: porque me harté. Quería que se expusieran a sí mismos hasta que se cansaran, aprovechando que por fin daban la cara (así fuera mediante anónimos fácilmente identificables, pobrecitos). Me harté de los que se la pasan jodiendo todos los días, en diferentes lugares, en diferentes medios, tratando de destruir cosas que son incapaces de construir, siquiera de entender. A algunos les toca un chisme o una cadena de correos una vez cada muerte de arzobispo; a mí me toca eso, y otras cosas, todos los días. Es parte de mi trabajo, y en general lo asumo de buen humor y un poco de pepto bismol. Pero --lo siento-- reventé. Eso del funcionario vacuno que soporta tonterías no es para mí. No soy un funcionario que se la pasa perdiendo el tiempo en jugar solitario, ver páginas de bikinis en internet, hablando con gente que no conoce en el Messenger y que presenta informes infladísimos a fin de año: soy un escritor contratado para trabajar con escritores. Mi trabajo para CONCULTURA es bueno, y mi trabajo como escritor es bueno, y al menos mi apuesta está sobre la mesa, como la está la de los compañeros con los que tengo el privilegio de trabajar, tú incluido.
Eso debería merecer cierto respeto. Si no lo merece, peor para mí y peor para ellos.
Espero que, ya en la cruda de esa borrachera de insultos y cosas enfermas, reflexionen acerca de sí mismos (los que aún tengan capacidad para hacerlo) y vean que tratar de provocar dolor o romper cosas que no tienen repuesto no los hace mejores personas, ni artistas, ni héroes, ni nada. Los hace indignos de sí mismos y de lo que dicen hacer y defender. Y ésas son cosas con las que uno debe cargar solito, y que se fermentan, y con las que tiene que vivir. Hay de dos: se cargan con orgullo (o con soberbia) o se hace borrón y cuenta nueva.
Por mi parte no he dejado de trabajar, y mientras siguen en sus líos han seguido pasando cosas buenas y productivas por este lado. Que maduren y se busquen algo que hacer, ¿no? En lo que me compete, no he borrado uno solo de los posts que escribí. Allí está lo que pienso.
Dandelion: Creo que fue en 1989 que me tomé dos meses de vacaciones para leer la obra completa de Dostoyevski y cosas sobre él (Bajtín, Gide, no recuerdo quiénes más). Todavía no me recupero; terminé temboroso, febril y pidiendo perdón. Dostoyevski es como la malaria: te cae el flashback cuando menos lo esperas.
Sí creo que hay novelistas negros "dostoyevskianos". Son pocos, pero son: Chester Himes (en especial en Un ciego con una pistola y en Empieza el calor, un poco en Todos muertos), Jim Thompson (en sus cuentos y en un par de novelas), muy a ratos Chandler (Adiós, muñeca y El largo adiós) y algunos de los más marginales. Igual los estoy idealizando, pero igual tiene algo de cierto.
Una vez compré un libro de autoayuda muy divertido: trataba de cómo impresionar a la gente presumiendo de que se ha leído mucho de literatura, y daba tips de cómo hablar de Cervantes, Shakespeare, García Máqruez, etcétera, en una reunión social, sin necesidad de haber leído una línea. En el apartado de la novela negra decía algo así como: "Si puede evitarlo, no hable con lectores de novela negra. Son fanáticos y han leído todo, y conocen cada autor, cada detalle, cada personaje. Con ellos no puede usar las frases ambiguas que usa con los demás; lo van a agarrar a la primera." Me dio un poco de vergüenza leerlo, porque es cierto. Otro tanto suele pasar con los lectores de ciencia ficción. Somos pocos, pero insoportables.
¡Y ayer fui por ejemplares de mi libro! ¡Está retebonito! Muy elegante. De veras que se lució Raúl con los materiales y el diseño. Elegante. Elegante. Es de las más bonitas ediciones que me han tocado, y ya van varias.
quiero ese libro de autoayuda..jajajajaja.. ayer me dejaron un tanto perdida.. entre todos los que mencionaron en ese pequeño momento, solo me puedo a Agatha.. y es que ... hace falta tanto tiempo y mas recursos para alimentar la necesidad de lectura... algun dia que vaya a la Casa, te pedire que me dejes leer algunos de tu librera... /porque no creo que prestes..jajajjaa/
Agatha Christie tiene unas cosas muy buenas, como El asesinato de Roger Akroyd, que ayer comentaba con un buen amigo y músico, Ángel Duarte. O los cuentos de Testigo de cargo. Me gusta también La casa tordida.
Allá hay cosas de Chandler y Thompson. Podemos negociar.
La cada TORCIDA, o sea The Crooked House. Sóoooordida.
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