Fracción de segundo
Quién sabe lo que rayos piense uno cuando lo agarran así, de lado y desprevenido, oyendo quién sabe a quién, mirando quién sabe qué jardín o pared o mancha en la pared.
Sí, la mayor parte del tiempo me la paso riéndome, pero es cuando hay gente con la que estoy platicando o que me dice algo --incluso gracioso--, como en la foto que está a la derecha, en mi perfil de este blog. (Curioso que se llame perfil y aparezca de frente. Y ésta de perfil no me gusta para el perfil.) Ambas fueron tomadas en la misma ocasión, con un par de minutos de diferencia, una con anteojos y la otra sin.
Es uno de mis tics: me quito los lentes, los dejo un rato en alguna parte, me los vuelvo a poner, me los dejo un rato, me los quito... Y no siempre por necesidad, ni para ver mejor o peor, sino porque así es. Si yo estuviera frente a mí, seguro me desesperaría y me diría "Bueno, ¿te los dejas o te los quitas?, decide de una vez" o algo igual de taxativo. Pero uno es uno, y quién sabe qué lo lleve a hacer las cosas que hace. Rituales, ganas, repeticiones, simples actos que no necesitan de explicación (el acto se explica en sí mismo: uno de los dudosos axiomas de la novela). Hasta ahora nadie se ha quejado, me imagino que por cortesía o porque "es una de las cosas del Menjívar", como cada quién tiene sus cosas que no son molestas, sólo son características.
Guatemala, enero de 2007, un estudio de radio, Vanessa Núñez como fotógrafa. No sé qué pensaría ella que estaría pensando yo. No creo que sea importante para ninguno de los dos. Las fotos se hicieron para captar una fracción de segundo en particular, que nunca se repetirá. Quizá en la fracción de segundo siguiente --como la anterior-- estaba riéndome, como siempre. Quizá no. ¿Que más da?
Sí, la mayor parte del tiempo me la paso riéndome, pero es cuando hay gente con la que estoy platicando o que me dice algo --incluso gracioso--, como en la foto que está a la derecha, en mi perfil de este blog. (Curioso que se llame perfil y aparezca de frente. Y ésta de perfil no me gusta para el perfil.) Ambas fueron tomadas en la misma ocasión, con un par de minutos de diferencia, una con anteojos y la otra sin.
Es uno de mis tics: me quito los lentes, los dejo un rato en alguna parte, me los vuelvo a poner, me los dejo un rato, me los quito... Y no siempre por necesidad, ni para ver mejor o peor, sino porque así es. Si yo estuviera frente a mí, seguro me desesperaría y me diría "Bueno, ¿te los dejas o te los quitas?, decide de una vez" o algo igual de taxativo. Pero uno es uno, y quién sabe qué lo lleve a hacer las cosas que hace. Rituales, ganas, repeticiones, simples actos que no necesitan de explicación (el acto se explica en sí mismo: uno de los dudosos axiomas de la novela). Hasta ahora nadie se ha quejado, me imagino que por cortesía o porque "es una de las cosas del Menjívar", como cada quién tiene sus cosas que no son molestas, sólo son características.
Guatemala, enero de 2007, un estudio de radio, Vanessa Núñez como fotógrafa. No sé qué pensaría ella que estaría pensando yo. No creo que sea importante para ninguno de los dos. Las fotos se hicieron para captar una fracción de segundo en particular, que nunca se repetirá. Quizá en la fracción de segundo siguiente --como la anterior-- estaba riéndome, como siempre. Quizá no. ¿Que más da?
1 comentario:
Hola Rafael, aqui vengo desde la "Tierra de Collares", a visitar tu blog, desde Argentina. la tierra de Fontanarrosa. Un abrazo grande. Rosana
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