Yo, el sicario
La novatada en Vértice era que uno tenía que aparecer en una de las portadas, haciendo lo que fuera menester. Al primer editor de la revista, Juan Bosco Martín, le tocó hacerla de bebé llorando, con un pañal inmenso y una inmensa mamila, metido dentro de una cuna, con bigote y todo. A mí me tocó hacerla de sicario. Por esos días (diciembre de 1999) no me acostumbraba mucho al sol, y andaba casi siempre con lentes oscurs. Se le ocurrió a Juan Durán, el diseñador (ahora jefe de diseño de EDH)., que yo daba bien el plante para lo que quería hacer, y a lo patria o muerte me lancé a posar para la portada y un par de viñetas interiores.
Las primeras reacciones las tuve ese mismo domingo. Las tías Posada Menjívar estaban preocupadas de que tuviera un arma de verdad apuntada contra mi propia nariz, y no hubo modo de convencerlas de que era de simple plástico (creo que la compraron para un reportahe acerca de cómo las armas de juguete eran tan pareidas a las de verdad que los asaltantes podían usarlas, como en efecto las estaban usando).
La otra reacción adversa (aparte de las de los amigos, que más bien se divertían) fue de mi padre. Llevé una copia de la revista a Costa Rica para que se riera un poco, pero no le cayó en gracia. No le parecía que un escritor y periodista tuviera que dedicarse a cosas tan poco serias como posar así para una portada. Me la zafé diciéndole que había estudiado teatro, y que lo que estaba haciendo era teatro. No se la tragó (yo no me la hubiera tragado), pero no insistió.
Las fotos fueron tomadas por Osmín Herrera, quien era el encargado de un estudio de fotografía más o menos bien equipado que tenía EDH. Ahora Osmín trabaja en Concultura.
En ese número, por cierto (12 de diciembre de 1999), apareció una nota mía acerca de la matanza del El Mozote. Hasta donde me dijeron fue la primera sobre el tema que se publicaba en el periódco.
Extraño Vértice.
Las primeras reacciones las tuve ese mismo domingo. Las tías Posada Menjívar estaban preocupadas de que tuviera un arma de verdad apuntada contra mi propia nariz, y no hubo modo de convencerlas de que era de simple plástico (creo que la compraron para un reportahe acerca de cómo las armas de juguete eran tan pareidas a las de verdad que los asaltantes podían usarlas, como en efecto las estaban usando).
La otra reacción adversa (aparte de las de los amigos, que más bien se divertían) fue de mi padre. Llevé una copia de la revista a Costa Rica para que se riera un poco, pero no le cayó en gracia. No le parecía que un escritor y periodista tuviera que dedicarse a cosas tan poco serias como posar así para una portada. Me la zafé diciéndole que había estudiado teatro, y que lo que estaba haciendo era teatro. No se la tragó (yo no me la hubiera tragado), pero no insistió.
Las fotos fueron tomadas por Osmín Herrera, quien era el encargado de un estudio de fotografía más o menos bien equipado que tenía EDH. Ahora Osmín trabaja en Concultura.
En ese número, por cierto (12 de diciembre de 1999), apareció una nota mía acerca de la matanza del El Mozote. Hasta donde me dijeron fue la primera sobre el tema que se publicaba en el periódco.
Extraño Vértice.
9 comentarios:
Yo tambien extraño Vertice. Escribi un post la semana despues que aparecio, esta aqui.
Me parece que ha sido lo mejor que ha tenido EDH desde que conozco ese periodico.
Y tambien extraño mucho a periodistas como Juan Bosco en ese periodico.
Que bueno que tuvo la suerte de conocerlo.
Ha sido divertido conocer algunas anectdotas de su trabajo alli como lo de la "novatada".
¿Le habran escogido para lo de sicario, por lo de la barba? Parecen que algunos asocian la barba con tipos siniestros. A mi me parece que las fotos salieron bien.
Saludos
Me escogieron por irrespetuosos, y la cara ayudó un poco. Yo era el mayor de allí (40 años). Bosco tenía 23 o 24, y lo mismo José Luis Sanz; Juan Durán andaba por los 19. A este último lo conocí desde que tenía un año y medio; su papá, Ricardo, que es una maravilla de hombre, trabajó con mi tío durante años.
Me iban a poner una arracada y un diente de oro mediante Photoshop, pero al final no dio tiempo para exquisiteces. Tampoco conseguimos la peluca para hacerme una cola de caballo.
Lo que me decían las tías también es que alguien podía creer que yo era el narco del que hablaban en el reportaje, y que podía tener problemas por eso. Les dije que eso no podía pasar, etcétera, y por suerte no me equivoqué.
Corrección: Juan Durán andaba por los 29 años. El mayor, aparte de mí, era Raúl Gallegos, con 32 o 33.
que tal esa foto para la portada de "Cualquier forma de morir"???
Cada vez Ra Alf me asombra más y cada vez tengo más motivos para mi adoración jajaja
Se te ve bien de sicario.
Saludos
a ver Ra-Alph, ¡¡¡¡¡¿¿¿"meter dentro"!!!??? ¡¡¡¡qué alguien me explique!!!! por fis corregí eso, sólo para que mi lado autista pueda ser feliz, gracias.
Pd. este comentario no es para ser publicado, pero no conocía tus dotes de modelo, jajaja, con lentes oscuros y todo, jo jo jo
Buenas Fotos.
Como dice una amiga que estudia teatro "hiciste tuyo el personaje"
Feliz dìa
Qué buena foto (lo digo en serio). Sabés que lo que más me gusta es que podás tener una pistola en las manos (aunque sea de plástico) y todavía te riás. Cierto lo que dice René, es totalmente congruente con tu novela negra. Me gusta. Saludos.
Puuuuuuuuutaa ¡Qué sicario! Jajaja te queda bien, apuesto a que lo disfrutaste
Publicar un comentario