Algunos cuentos
En septiembre de 1999, Claudia Hernández me pidió que escribiera algunos textos para relevarla en la revista Hablemos, donde publicó varias decenas de sus relatos. Estaba cansada de producir al ritmo espeluznante que llevaba. Yo tenía algunos bosquejos que había escrito en Arizona unas semanas antes, y le dije que sí, aunque no le prometí que aguantara demasiado tiempo; soy más bien de producción constante, pero lenta.
Fuimos a El diario de hoy, hablamos con Carlos Peña, quien entonces trabajaba en Hablemos, y de paso me presentó a Francisco Ayala. Éste me pidió mi currículum de parte de Lafitte Fernández, así que de un solo tiro empecé a publicar en la revista y un par de semanas después estaba trabajando en Vértice.
Sólo se publicaron tres o cuatro de los relatos, que en realidad eran collages, secuencias o vaya a saber cómo se llamen. Al poco tiempo Carlos pasó a trabajar como jefe de comunicaciones de Concultura y se acabaron los cuentos en Hablemos, al menos ésos.
Por allí, en alguna caja, están las revistas con los textos, pero no los he visto en años. Hoy, en un día de limpieza a fondo, Krisma encontró las impresiones originales. Me gustaron. Son textos sencillos y raros, bien fuera de todo lo que había escrito hasta entonces y de lo que he escrito desde entonces.
En los próximos días voy a publicarlos en La mancha en la pared, para que no vuelvan a perderse. El primero, "Últimos momentos", lo he colocado aquí. (No es el primero que se publicó, sino uno que se llama "Retrato de mujer con canario", publicado años después en México, que pondré después. Fue el primero que escaneé porque era el que tenía más a mano.)
Fuimos a El diario de hoy, hablamos con Carlos Peña, quien entonces trabajaba en Hablemos, y de paso me presentó a Francisco Ayala. Éste me pidió mi currículum de parte de Lafitte Fernández, así que de un solo tiro empecé a publicar en la revista y un par de semanas después estaba trabajando en Vértice.
Sólo se publicaron tres o cuatro de los relatos, que en realidad eran collages, secuencias o vaya a saber cómo se llamen. Al poco tiempo Carlos pasó a trabajar como jefe de comunicaciones de Concultura y se acabaron los cuentos en Hablemos, al menos ésos.
Por allí, en alguna caja, están las revistas con los textos, pero no los he visto en años. Hoy, en un día de limpieza a fondo, Krisma encontró las impresiones originales. Me gustaron. Son textos sencillos y raros, bien fuera de todo lo que había escrito hasta entonces y de lo que he escrito desde entonces.
En los próximos días voy a publicarlos en La mancha en la pared, para que no vuelvan a perderse. El primero, "Últimos momentos", lo he colocado aquí. (No es el primero que se publicó, sino uno que se llama "Retrato de mujer con canario", publicado años después en México, que pondré después. Fue el primero que escaneé porque era el que tenía más a mano.)
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