13 de noviembre de 2007

Galán


Jorge Galán --a la derecha en la foto, junto a Krisma Mancía y Eleazar Rivera-- se la ha pasado trabajando durante muchos años en la sombra, evitando los reflectores quizá por su timidez extrema, y preparándose para ser un escritor bastante completo. Aquí y allá ha ido ganando juegos florales en los que ha participado a manera de subsistencia, y el año pasado ganó por fin, merecidamente, el prestigioso Premio Adonais de poesía, que no incluye dinero pero --además de una estatuilla-- representa un aval indudable.
La publicación de El día interminable en la colección Nueva Palabra de la Dirección de Publicaciones e Impresos, en 2004, lo colocó en un buen lugar de la poesía nacional. El Adonais, ganado con el poemario Breve historia del alba, ratificó una carrera preparada durante más de quince años, y me parece que logró su madurez poética con La habitación, publicado hace apenas unas semanas por la Dirección de Publicaciones e Impresos en su colección Poesía.
Además de un pequeño libro publicado por la Alianza Francesa hace unos meses (ganador del premio Charles Perrault), está en prensa, por parte de una buena editorial del exterior, una novela suya que ganó unos juegos florales en los que me tocó ser jurado, junto con Carmen González Huguet y Carlos Paz Manzano, como escribí aquí el año pasado.
Ahora, Alfaguara anuncia que publicará una novela suya, enfocada a los jóvenes. En poco más de un año, si se descuenta la publicación de Nueva Palabra, Jorge Galán (su nombre de pila es George Alexánder Portillo; Galán es el segundo apellido de su mamá) se colocará en el centro de la literatura de El Salvador, y sin duda se convertirá en uno de los escritores más influyentes del país. Su preparación larga y minuciosa lo avala. En la lenta carrera contra el tiempo que es la literatura, Jorge se está convirtiendo en el eje de su generación, merecidamente, y de seguro será uno de los guías de las generaciones más jóvenes, si no lo es ya.
Felicidades a Jorge.

3 comentarios:

Ricardo Hernández Pereira dijo...

Igual, felicidades a Jorge

Anónimo dijo...

Senor Menjivar

Alguna vez ha considerado abrir una "casa / taller" cibernetico?

Si ya existe perdone mi ignorancia, si no, me gustaria ser el primero en inscribirme y/o ayudar.

Atte.

Rigo

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Me encantaría, pero haría falta:
1. Gente. Yo ya no doy el ancho; son muchas personas a las que debo atender.
2. No hay recursos, ni de lana ni logístocos.
3. Es difícil dar un taller en seco, sin ver a la gente.
Quizá se podría armar algo mediante leleconferencias, pero de eso no sé mucho.
Sí lo he pensado, pero sería complicado. Se admiten sugerencias,