31 de octubre de 2006

¡Paren prensas!

Pensaba escribir la continuación del post "Arte para todos 1", y de preferencia hacerlo mañana, pero acabo de leer aquí, en el blog The Backyard, una nota de Nora Méndez colocada por Miguel Huezo Mixco que es una maravilla, y hay que dejar constancia. Retrata muy bien cómo funcionan las cosas en el medio cultural en El Salvador, ya sea por lo que ella dice que pasa (que puede tener razón) o por lo que realmente pasa (que a lo mejor no es así). No tiene desperdicio. Es la segunda parte de la nota publicada en el diario Co-Latino aquí hace un par de semanas, y alude a otra publicada aquí por Luis Alvarenga el sábado pasado, más como precisión y anuncio de la antología Trilces trópicos --me parece-- que como respuesta directa a Nora.
Como Miguel puso una tipografía muy fea en el blog que comparte con otros artistas, me permito reproducir aquí el post completo para deleite de los eventuales lectores. Antes de eso, unas precisiones:
1. Que yo sepa, no he insultado a Nora. Hay una alusión a ella en respuesta a un anónimo (¡ah, los anónimos!: ¿quién lo habrá escrito?) en el último comentario a un post que puede encontrarse aquí. En el post se habla de lo divertida que estuvo la plática acerca de Trilces trópicos, en el recital número 200 de los miércoles de poesía en Los Tacos de Paco (gran tipo, Paco), y estoy seguro de que si Nora hubiera estado allí se hubiera divertido tanto como los demás, y de paso a lo mejor hubiera platicado de música o cantado algunas canciones con Manuel Carcache (gran músico, Manuel), su pareja. Le propongo algo a Nora: que me pregunte qué pienso con respecto a ella y su poesía, que lo haga con su nombre y apellido, y con gusto lo haré en este espacio, sin guardarme nada. Si especula, seguramente va a fallar, como ha fallado hasta ahora. (No veo tampoco insultos a ella en el blog de Krisma, pero no me corresponde decirlo, sino a Krisma... si es que se le da la gana.)
2. Desde principios de año llegaron unos libros de cortesía de La Garúa para Nora (entre ellos los que menciona Luis Alvarenga en su nota ya citada), y pedí que le avisaran que pasara a recogerlos a La Casa. No recuerdo a quién, y aquí no se trata de olvido de funcionariote feo: de verdad se lo pedí a alguien y de verdad olvidé a quién. El motivo fue que Krisma estaba trabajando en una escuela y se pasaba buena parte del día fuera de casa, y ella era la encargada de repartirlos, por petición del editor. ¿Por qué La Casa? Pues porque es un lugar para que los escritores hagan sus cosas, entre otras --si lo desean-- dejar sus encargos para que alguien los pase a recoger; ya lo han hecho personas con las que no me he casado, y tanto Johanna Marroquín, los compañeros guardias, don Tomás y yo estamos enterados para entregar lo que haga falta a quien haga falta, justo en el momento en que haga falta. No pasó por los libros en todos estos meses, imagino que porque aún no llegaba la antología. Un viernes de hace un mes --creo; de verdad que no le sé mucho a eso del tiempo--, llamó Nora para preguntar cuándo podía pasar por la antología, y le dije que a partir del lunes. (Había estado hablando con Johanna para preguntar, pero el paquete no llegaba. De hecho apareció uno o dos días antes de la presentación en el Centro Cultural de España, y según entiendo invitaron a Nora. Sí, el paquete llegó a La Casa, como llegan cosas para otros escritores.) También iba incluido, en los libros para Nora, un ejemplar de un libro de poemas de Joan de la Vega, que no es autopublicado, hasta donde he logrado averiguar. No recuerdo tampoco por qué le dije que a partir del lunes; a lo mejor fue cosa de burócrata, pero no creo; algo especial pasaría el fin de semana, o le hubiera dicho que al día siguiente; quizá los libros aún estaban en el correo. Si hubiera creído que era trascendente, seguro lo apunto. En todo caso Nora llegó el martes siguiente, y los libros se los entregó el guardia. ¿Por qué no alguien más, y simplemente el guardia? Porque:
a. Los martes descanso. (Lunes y martes. Lo he dicho aquí hasta aburrir. Con todo, ayer me tocó ver un asunto de unas licitaciones, y hoy estoy trabajando en la edición de los cortos de video.)
b. Es día de ensayo para el grupo de danza de Johanna, y ensayan en El Mirador; no íbamos a pedirle a Nora que fuera allá a hablar con Johanna para que lo autorizara. Hubiera sido una pérdida de tiempo para ella, y una falta de respeto.
c. A don Tomás, el señor que nos ayuda con el jardín, se le murió su esposa por esos días. En lo que menos estaría pensando sería en entregar libros, y quizá hasta lo mandamos a su casa, porque en serio se puso mal. (Don Tomás es todo un tipo. Trabajó con Salarrué durante... híjole... unos veinte años, y se quedó cuidando la casa después de la muerte de Maya, hasta que la compró Concultura. Ahora se encarga del jardín. Tiene unas historias sensacionales.)
d. No hay más personal en La Casa que Johanna, don Tomás, yo y, por supuesto, el guardia.
No le dije al guardia que pidiera recibo de nada, ni Johanna, pero alguna experiencia tendrá don René (así se llama quien le entrgó los libros; el otro es don Carlos) con cosas que entrega y que después se quejan de que no entregó. Es ex soldado, por cierto. Estaba destacado en El Paraíso, pero la ofensiva de 1989 lo agarró haciendo prácticas en la brigada de San Miguel. Las cosas de las que se entera uno cuando ve a una persona, y no a un simple guardia...
3. Krisma Mancía no es ni fue alumna de La Casa del Escritor, y nadie lo es ni lo ha sido. Es diferente un escritor en formación que un alumno, y es diferente discutir de literatura que enseñar literatura; a escribir nadie enseña. Si se refiere a que Krisma pertenece al taller de La Casa, tampoco es cierto: salió en abril de 2003 junto con Yuleana Juárez, que escribe teatro; ambas comenzaron en septiembre de 2002 y en siete meses cumplieron con los objetivos del taller. Desde entonces ambas van por su cuenta. (Esto me recuerda un chisme bien bonito, echado a andar por un famoso crítico: que yo embarazaba a mis alumnas. Falso: además de que Krisma nunca fue mi alumna, quedó embarazada en octubre de 2003, y que yo sepa desde 1987 no "embarazaba" a nadie más que a ella, y tampoco lo he hecho después.)
4. El título de la nota, "Oro por lentejuejas", me parece que no significa lo que Nora supone. Si uno se guía por convenciones talvez arbitrarias, como la gramática, uno lee que recibió oro y sólo dio lentejuelas. En el mejor de los casos, si se quiere retorcer mortalmente la frase, significa que Nora le dio oro a La Garúa y a cambio recibió lentejuelas. (Hasta Góngora se retorcería de dolor con esa interpretación.) Y no creo que los poemas de Nora sean aún de oro, para qué miento. Como dijo Luis Alvarenga, todos los incluidos en la antología (los que más, los que menos) están en proceso de formación, aunque algunos pronto empezarán a dar cosas importantes, seguro. En lo del oro, me da por recordar el primer poema del Canto de guerra de las cosas, de Joaquín Pasos:
Cuando lleguéis a viejos, respetaréis la piedra,
si es que llegáis a viejos,
si es que entonces quedó alguna piedra.
Vuestros hijos amarán al viejo cobre,
al hierro fiel.
Recibiréis a los antiguos metales en el seno de vuestras familias,
trataréis al noble plomo con la decencia que corresponde a su carácter dulce;
os reconciliaréis con el zinc dándole un suave nombre;
con el bronce considerándolo como hermano del oro,
porque el oro no fue a la guerra por vosotros,
el oro se quedó, por vosotros, haciendo el papel de niño mimado,
vestido de terciopelo, arropado, protegido por el resentido acero...
Cuando lleguéis a viejos, respetaréis el oro,
si es que llegáis a viejos,
si es que entonces quedó algún oro.
Hay unas frases clave en la nota de Nora que me parecen interesantes:
Sólo hay un último hecho que no he revelado y que explica el artículo publicado por Alvarenga. Entre algunos de los autores salvadoreños que aparecen en la antología existen ya tratos de publicaciones individuales con La Garúa. Comprendo que de ahora en adelante será difícil hacer tanto bombo y platillo con dichas publicaciones, cosa que incomodará a los autores en cuestión.
No sabía que otros autores salvadoreños (además de Krisma, que publicó su segundo libro en La Garúa, con premio internacional y todo) estuvieran en tratos para publicar individualmente; me alegra muchísimo y felicito a quien(es) corresponda. De los incluidos, el único inédito hasta ahora, en forma de libro, es Carlos Clará, un poeta excelente, para mi gusto de lo mejor que hay en el país en estos tiempos. Sería genial que empezara publicando allá; aquí tiene la desventaja de ser el editor de la DPI, donde por cierto Nora publicó su segundo libro, La estación de los pájaros, con Carlos como responsable de la colección Nueva Palabra. Si no es él quien publique en La Garúa (o donde sea), hay varios de excelente calidad que lo merecen. Y, conociéndolos, no creo que les interese demasiado el bombo ni el platillo, y no creo tampoco que las denuncias de Nora (sigo sin ver muy bien el punto) les quite la alegría. Por el tono que usa, me imagino que ella no es parte de esas pláticas (habrá que ver si son ciertas; le voy a preguntar a Krisma), y lo lamento en serio. Pero quizá no deba tener prisa ni enojo; a finales de julio publicó tres libros al mismo tiempo, en la Universidad de El Salvador, auspiciados por la Secretaría de Arte y Cultura, dirigida hasta agosto por Manuel Carcache, y a partir de septiembre por el escritor David Hernández. La noticia viene aquí.
Basta de rollo insustancial. Veamos la denuncia de Nora. En serio es excelente, y hasta dejo las faltas de redacción y ortografía para que no pierda estilo:

ORO POR LENTEJUELAS II
Nora Méndez
Sobre la Antología Trilces Trópicos de Joan de la Vega (Editorial La Garúa).

Nunca pensé que mi primer artículo tuviera más respuesta que la de Joan de la Vega, sin embargo en El Salvador todo es posible. Efectivamente con de la Vega hemos aclarado vía correo electrónico algunas de nuestras diferencias, y me alegra que de forma honesta haya admitido por lo menos uno de sus errores. Copio a continuación un correo del cual todos los autores salvadoreños antologados fuimos notificados, como da cuenta la impresión más abajo:
Fecha: Fri, 13 Oct 2006 14:01:44 +0200 (CEST)
Asunto: Una última aclaración...
De: direccion@lagarua.com
A: "Nora Mendez"
CC: direccion@lagarua.com, "LUIS ALVARENGA", "GILBERTO FAJARDO", JORGE GALÁN, KRISMA MANCÍA, OSVALDO HERNÁNDEZ, "SUSANA REYES", CARLOS CLARÁ, noralibertad@yahoo.com.mx

En respuesta al tercer correo enviado por Nora, me siento obligado a deciros que tiene razón en cuanto al primer proyecto. En un principio Pablo García Casado respaldó el proyecto, junto a otro poeta algo menos conocido (aun teniendo en su corta carrera el Premio Nacional Miguel Hernández). Este último, cuestionó la calidad literaria de todos los integrantes de la antología y no coincidíamos nunca en la elección de los poemas. Con Pablo fue distinto, acababa de tener un niño (septiembre de 2005, si mal no recuerdo) y esto le supuso ir retrasado en la lectura de los textos como en la elección de sus integrantes. Si no hubiera clausurado su colaboración o bien no habría antología (por cierto, la antología del susodicho cipote cuesta algo más de 5.000 euros y de aquí a unos meses llegará a Costa Rica, Panamá, Honduras, Nicaragua y Guatemala) o bien hubieramos retrasado su publicación un año y medio más, como mínimo. Este cambio de rumbo fue doloroso porque no quería enemistarme con dos poetas amigos: Pablo García Casado y Andrés González Castro.
Igual de doloroso es que te acusen de algo contrario a lo que uno acaba haciendo: apostar por un proyecto difícil y costoso del que nadie quiere hacerse cargo. Con gusto os enviaré a todos sin excepción las noticias que vayan surgiendo. Por ahora os informo que a la semana de ser editado, el diario EL PAÍS publicó en su suplemento de cultura (BABELIA) una breve nota sobre la antología. A pesar de ser breve y de trato injusto, os informo que es el suplemento más importante de mi país y también la primera ocasión en la que la editorial sale "reseñada" por este medio dominado por una de las familias económicas y políticas de España.
un saludo a todos,
joan de la vega
Cito al propio de la Vega para que de una vez quede claro al lector lo que estamos discutiendo. Desgraciadamente en nuestro país no existe respeto alguno a los protocolos de discusión ni valoración de una denuncia clara y demostrada con fechas y hechos. Se tiende por regla general a responder con insultos (hablo de los comentarios publicados por Rafael Menjivar Ochoa, Director de la Casa del Escritor de CONCULTURA y Krisma Mancía, esposa de Menjivar Ochoa y estudiante del Taller de la Casa del Escritor, en sus respectivos blogs) o con argumentos evasivos que confunden la parte con el todo y los problemas colaterales con los de fondo (me refiero al artículo publicado en el Suplemento Tres Mil diario Co-Latino http://www.diariocolatino.com por Luis Alvarenga, Director de la Revista Cultura de CONCULTURA y autor que también aparece en la antología en discusión).

El asunto en cuestión.
Aunque en el correo de la Vega aclara que tengo la razón sobre el “primer proyecto” no deja constancia de que nunca conocí un segundo proyecto. Mi denuncia es precisamente esa: la mentira sobre el proceso y condiciones de la antología. En dicho correo electrónico además de mencionar el cambio de planes, queda claro que los poetas mencionados en un principio como los encargados desertaron de participar en la antología y lo que es peor, uno de ellos: Andrés González Castro, se negó a realizar la selección, análisis y prólogo por falta de calidad en los trabajos enviados. No obstante de la Vega continuó solo y se “olvidó” de informarlo, por lo menos a mi persona, no puedo hablar por nadie más como he dejado claro desde un principio.
¿Por qué no atrasó el año y medio más la publicación amen de que saliera como se había planificado?, ¿Por qué nunca me informó? ¿ De quién era la prisa?. Luego de leer el artículo firmado por Luis Alvarenga, quien pese a fungir como editor de una revista a la cual suponemos seria, este hecho no le importa y ni siquiera hace mención al punto ni a las aclaraciones que diera recientemente de la Vega. Me parece extraño porque queda claro que conoce el correo citado. Asimismo de la Vega comenta que la publicación será distribuida en varios países de C.A. excepto en El Salvador. ¿Por qué? Es una pregunta que aún no responde.
Lo que sí agradezco a Alvarenga es la cita minuciosa de todas las deferencias que para con él tuvo de la Vega. Debo decir que esto me deja en claro que en determinado momento mi persona fue marginada. No supe que los términos habían cambiado, no pude entonces seleccionar mis poemas y revisarlos y lo que es peor no se cómo de la Vega llegó a colocarme dos años de Licenciatura en Ciencias Jurídicas en mi currículo. Sospecho cómo y por qué en mi caso se dieron todas estas “particularidades”, pero no lo citaré pues no tengo pruebas de hecho que lo confirmen, aunque la entrega del ejemplar dos meses después tras un engorroso proceso burocrático impuesto por el Director de la Casa del Escritor que culminó en la entrega por parte de un guardia de seguridad que me exigió un recibo firmado, así como la falta de comunicación sobre la presentación de la antología por parte de Krisma Mancía en su calidad de encargada, son hechos que hablan por sí solos.

Primera repercusión de la antología auto publicada por de la Vega.
El mundo editorial está plagado de personajes que en su afán de sobrevivencia no tienen la capacidad de cumplir con los acuerdos pactados con los autores o simplemente no les importa. Creo que Joan es de los primeros, que tal y como aclara Alvarenga en su artículo cuenta con una editorial con apenas 2 años de vida (a mi me contactó entonces en sus comienzos). Y que, contrario a lo que afirma Alvarenga en un arrebato de escritor o inconsciencia completa, sí se ha valido de su propia firma para auto publicar: TRILCES TROPICOS es la prueba, o se le olvida a Alvarenga que la antología es de de la Vega?
Sobre el prólogo o nota introductoria lo que llama la atención son dos cosas básicamente: la falta de un objetivo más allá de presentar el hallazgo de estos poetas (debo decir que en el caso de El Salvador proporcioné todos los datos de la gente contactada) y el reconocimiento del autor sobre su total ignorancia sobre el panorama literario en América Latina: “A esto se le suma la dificultad que supone averiguar de primera mano las tendencias o voces que están surgiendo en estos momentos desde cada uno de los puntos del vasto continente. Se debe lamentar, entonces, esta situación de desconocimiento mutuo, de ausencia de puentes entre autores jóvenes españoles y centroamericanos, a pesar de los nuevos canales de comunicación en red.” Pág. 8 , dato que se contradice al enunciar: “Se recogen los nombres que cada crítica de cada país ha destacado, así como otros aún inéditos...” y “No responden a un simple perfil pseudo-izquierdista con el que nos hemos acostumbrado a observar y catalogar a los autores americanos...” Pág. 9. Leyendo esto, no es de extrañarse que el suplemento Babelia del diario El País (según la noticia que envía de la Vega y que reproduzco más abajo) haya lanzado una dura crítica a la falta de referencias de la nota introductoria de de la Vega. Me extraña que Luis Alvarenga no haya hecho notar este punto siendo como es de todos sabido que se dedica a la investigación literaria y a la dirección editorial de la Revista Cultura. La tradición española del libro es rigurosa, cualquier libro serio editado en esas tierras está precedido de un estudio formal y completo, incluyendo a veces datos del entorno socio-histórico del autor y de la obra. Me extraña que Luis Alvarenga siendo ícono de la nueva “clase” intelectual salvadoreña, reste importancia a un hecho como éste. Pero ya dije, en El Salvador todo es posible como en la dimensión desconocida. Sin embargo el suplemento BABELIA no quiso ser injusto con los autores y rescata la madurez en el trabajo de Jorge Galán, enhorabuena. A continuación reproduzco la nota enviada por Joan en formato PDF y que Alvarenga únicamente menciona.
“Poesía emergente en Nicaragua y El Salvador, es el título de esta antología de poetas centroamericanos de entre 20 y 40 años: entre otros, Camilo Amaru Abarca, Carlos Clará, Alfonso Fajardo, Krisma Mancía y Susana Reyes. Trece autores precedidos de una introducción en la que apenas se nos informa que han superado el virus político que aquejó a sus mayores. Entre todos destaca la voz madura de Jorge Galán. R.B.”
Por mi parte deseo aclarar que busqué en el sitio de internet del periódico El País la nota referida, pero me fue imposible encontrarla.
Sólo hay un último hecho que no he revelado y que explica el artículo publicado por Alvarenga. Entre algunos de los autores salvadoreños que aparecen en la antología existen ya tratos de publicaciones individuales con La Garúa. Comprendo que de ahora en adelante será difícil hacer tanto bombo y platillo con dichas publicaciones, cosa que incomodará a los autores en cuestión.
Como no escribiré una tercera parte de Oro por Lentejuelas, pues todas las pruebas han sido dadas, sólo me resta decir que debemos elevar el debate cultural a un análisis exhaustivo de las causas y efectos. No se trata de envidias ni personalizaciones nocivas. Ubicar cada cosa en su lugar y ubicarse, ayudará a evitar que el panorama literario se vuelva un mundo de espejos donde sea imposible reconocer la verdad. Austeridad pediría a nuestros egos y sed a nuestro conocimiento.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Rafita:

Así tipo mercadóloga te digo, no hay publicidad mala. Digan lo que diga, pero que se diga algo. Que hablen que la gente se interesa, la gente aunque sea por morbo va a llegar a las letras. Y una vez que lleguen ahí, todo cae por su propio peso.

Por cierto, gracias por el saludo y las felicitaciones, pero las quiero en vivo. Hoy anduve en moto, así que sí o sí llego el domingo. No me para nadie :D Los he extrañado ♥

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

1. Sí, todo siempre cae por su propio peso. El tiempo es el que mueve las poleas.
2. ¡Yo quiero verte en moto!

Aldebarán dijo...

Por eso me gusta Grissom, el personaje de CSI, el sostiene que las pruebas tienen que hablar por si mismas, sin dejar lugar a interpretaciones o sesgos del juzgador.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Un gurú, Grissom. Habla más bien de "evidencias", y la palabra no es gratuita: lo que es evidente, es evidente. (Y lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.)
En cualquier cosa que uno escribe está uno mismo: sus motivos, sus objetivos, su carácter, lo que quieras. Mientras más largo sea lo que uno escribe, más se muestra como es. Y ni siquiera hace falta leer entre líneas. Por eso me encanta el mail de Nora: creo que es un retrato sensacional de sí misma.
Y, en mi favor y en mi contra, puedo decir que escribo unos rollos interminables. (Me encanta este mi diario personal.)