Nuevo video
Las cosas nunca salen como uno espera, y a veces es bueno. Por ejemplo, hace un rato terminé de editar un video que filmamos el sábado a como Dios nos dio a entender. Ese día Rebeca y Nelson tuvieron que trabajar, para hacer puente por el Día de Muertos, que en realidad son dos días; Carlos Guardado también. Krisma tenía cosas que hacer. Ricardo Hernández no llegó, aunque estuvo en la armada de los guiones la semana anterior y participó en uno de ellos. Así que del taller de guiones y video estuvimos nada más Osmín Magaña, Salvador Canjura y yo, y nos tocó repartir las tareas. Llegó también José... uh... tiene un apellido complicado, pero prometo aprendérmelo para el próximo sábado... Él nos va a ayudar con aspectos técnicos de la edición de video.
Necesitábamos tres actores y actrices, y sólo llegó una, Ruth Grégori, con quien tenemos un taller de periodismo cultural (ya he hablado de él). Así que a José Uh... le tocó hacer el papel de muchacho, muy bien además, y a la otra actriz la sustituyó Nathaly Castillo Menjívar, que se apareció casi por casualidad. A mí me tocó hacerla de director, ante la falta de Rebeca, que tiene un ojo sensacional y mucho menos paciencia; a cambio es más efectiva.
Se trataba de una serie de tres cortos consecutivos, de entre treinta segundos y un minuto cada uno, hechos al estilo del cine mudo. Sólo alcanzamos a filmar el primero, y hasta eso sólo fueron unos diez minutos de cinta en dos cámaras (y como dos horas de preparar, ensayar, filmar, etcétera). A la hora de editar... Bueno, el primer corto se fue a cuatro minutos, más un minuto de presentación, créditos, etcétera. Cinco minutos. O sea que a ver cómo le hacemos para ajustar los siguientes a ese tiempo, para no perder simetría. Habrá que modificar los guiones, porque el segundo de verdad (bue...) no pasa del minuto y medio. Con el tercero no habrá problemas.
La primera parte del corto está divertidísima, después hay bastante dramatismo, y de pronto se pone raro, muy raro. Cierra con una ternura de lo más extraña, creo yo. Extraña porque la serie se llamará algo así como "Tres cortos levemente psicópatas". Y sí, están bien orates.
Ya habíamos juntado el taller de guiones y video con el de literatura, y lo interesante es que ahora también le entra el de periodismo cultural (sí, la otra actriz es de ese taller). Después nos vinimos a casa José, Salvador y yo a cenar y a platicar de cine.
Estamos haciendo estos cortos antes de seguir con los mediometrajes. Continuaremos a mediados de noviembre; las lluvias nocturnas nos han detenido tres meses. Empezaremos también con el segundo mediometraje, en lo que terminamos el primero; tendrá detalles divertidos, con todo y que es dramatiquísimo.
Me encanta mi trabajo.
Necesitábamos tres actores y actrices, y sólo llegó una, Ruth Grégori, con quien tenemos un taller de periodismo cultural (ya he hablado de él). Así que a José Uh... le tocó hacer el papel de muchacho, muy bien además, y a la otra actriz la sustituyó Nathaly Castillo Menjívar, que se apareció casi por casualidad. A mí me tocó hacerla de director, ante la falta de Rebeca, que tiene un ojo sensacional y mucho menos paciencia; a cambio es más efectiva.
Se trataba de una serie de tres cortos consecutivos, de entre treinta segundos y un minuto cada uno, hechos al estilo del cine mudo. Sólo alcanzamos a filmar el primero, y hasta eso sólo fueron unos diez minutos de cinta en dos cámaras (y como dos horas de preparar, ensayar, filmar, etcétera). A la hora de editar... Bueno, el primer corto se fue a cuatro minutos, más un minuto de presentación, créditos, etcétera. Cinco minutos. O sea que a ver cómo le hacemos para ajustar los siguientes a ese tiempo, para no perder simetría. Habrá que modificar los guiones, porque el segundo de verdad (bue...) no pasa del minuto y medio. Con el tercero no habrá problemas.
La primera parte del corto está divertidísima, después hay bastante dramatismo, y de pronto se pone raro, muy raro. Cierra con una ternura de lo más extraña, creo yo. Extraña porque la serie se llamará algo así como "Tres cortos levemente psicópatas". Y sí, están bien orates.
Ya habíamos juntado el taller de guiones y video con el de literatura, y lo interesante es que ahora también le entra el de periodismo cultural (sí, la otra actriz es de ese taller). Después nos vinimos a casa José, Salvador y yo a cenar y a platicar de cine.
Estamos haciendo estos cortos antes de seguir con los mediometrajes. Continuaremos a mediados de noviembre; las lluvias nocturnas nos han detenido tres meses. Empezaremos también con el segundo mediometraje, en lo que terminamos el primero; tendrá detalles divertidos, con todo y que es dramatiquísimo.
Me encanta mi trabajo.
6 comentarios:
Excelente lo de la proyeccion a medio metraje,deberian volarle consideracion aun curso de story board (digo yo),sigan aelante
Nos urge saber cómo se hacen un montón de cosas, entre ellas un storyboard. Hay técnicas de guiones que conozco, pero aún no hemos alcanzado a ver, y haría falta después de los mediometrajes. Etcétera.
No sé si seamos entusiastas o un poco irresponsables; creo que más bien estamos haciendo cosas para aprender, y para tener una base para luego meternos en honduras técnicas y sólo ponerle nombre a cosas que ya más o menos sepamos. Hasta ahora lo que ha habido es un complemento de conocimientos y aptitudes; es un taller de lo más heterogéneo, y eso ayuda. El siguiente paso sí requerirá de más recursos técnicos; habrá que ir preparándolo desde ya.
Cuando corrija el video, después de que lo aprueben o modifiquen los compañeros, lo pondré por acá.
Es envidiable la frase : " me encanta mi trabajo", en mi caso particular, como ya lo expresé en mi blog, me gusta mi trabajo, pero también me gusta el rollo de mi grupo y la literatura (que por hoy no son trabajos remunerados, el caso de la música sí,poquito pero sí, aunque no lo veo como trabajo sino como diversion); pero esto no quiere decir que en ambos casos no se requiera trabajo, claro que se requiere y mucho.
Esa frase es envidiable por dos cosas: porque en efecto, tiene trabajo y le gusta :'( Envidia doble
Muchas personas pasan por esta vida en trabajos que no les gustan, que los hacen "por que no queda de otra". Peor aún, otras personas trabajan en áreas en las que se han preparado y estudiado, pero no les llena la vida lo que hacen.
Me alegra mucho que disfrutes lo que haces como trabajo. Yo no me quejo, me gusta lo que hago, pero como todo trabajo se tienen sus bemoles.
saludos
Mi trabajo también tiene sus bemoles, como todo trabajo, pero el balance siempre es harto positivo. Uno de los bemoles es que, como me gusta tanto, trabajo sin darme mucha cuenta de que me estoy agotando, y llego a enfermarme o a saturarme de la cabeza. En CONCULTURA en general les gusta lo que estamos haciendo (todos; yo sólo soy una especie de "facilitador activo", digamos), y dejan toda la libertad que se necesita. Dinero no hay (de hecho a los que llegamos nos toca pagar las cocas, los vasos desechables, el pan dulce y la producción de los videos), pero me he dado cuenta de que en los procesos que se trabajan en La Casa no es indispensable. (Igual ayudaría. Igual se conseguirá cuando hayamos avanzado otro poco.) Los problemas más bien vienen de fuera de CONCULTURA; creo que hay una fuerte resistencia a lo que venga "del gobierno", y atacar e invalidar es un modo de decir que "el gobierno" no está haciendo nada. Y no es que el gobierno haga o no; ni siquiera se trata de "el gobierno": lo que hay es gente que llega a hacer cosas en un espacio que está allí, en el que se puede estar bien y desarrollar lo que se necesite desarrollar, sean literarias o no. A Johanna y a mí nos toca ser los anfitriones. Si no fuera un espacio del estado, igual podría existir, porque esos espacios no son físicos, simo... uh... no sé cómo decirlo. "Morales", sin la carga religiosa o política.
Lo importante es que los dos que estamos allí somos artistas en activo, o no tendría sentido. Y que los procesos en los que están los compañeros son o han sido o serán también nuestros procesos.
Un modo frecuente de ofender y descalificar es decir que uno trabaja para CONCULTURA; eso ya debería ser motivo de vergüenza. Supongo que habrá gente para la que lo es, porque hay para todo. Yo no puedo quejarme de CONCULTURA, con todo lo negativo que pudiera o no pudiera tener, y con todo lo positivo que sin duda tiene; en otro lado no hubiera podido armar un proyecto tan bonito. Y, siendo un proyecto tan simple, tan sencillo de instrumentar, me extraña que no haya más, y no me refiero sólo a El Salvador.
Con frecuencia pasa que hay gente que llega a buscar cuál es "el truco" o "el secreto" para hacer las cosas (escribir bien, publicar, hacer video, armar un grupo de danza y así). Y no lo hay. Eso es lo bonito y lo simple: que no hay secretos ni trucos. Nada de conspiraciones, grupos de autoelogio (o autoayuda, que en el arte deben ser espantosos: "Escritores Anónimos", etcétera), nada de ver cómo arruinarle la vida a los demás, nada de redes complicadísimas de contactos para "lograr" lo que se logre. Eso es lo que ven los que no entienden que lo único que se hace es trabajar, conversar, intercambiar conocimientos y tener paciencia. Y que cada quién esté contento y orgulloso de su trabajo.
A algunos o a muchos esto sonará ingenuo, demagógico o falso, y está bien; por buscar "el truco" o "el secreto" no verán que, en efecto, todo es sencillo. Y no soy yo quien tenga tiempo, energía o ganas de explicarlo.
Me encanta mi trabajo, pues. Y me gusta que mi trabajo sea ver cómo mucha gente es feliz con el suyo, al menos con la parte que me toca ver.
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