2 de mayo de 2006

Ante Schafik, el pueblo y los luteranos

Pues sí, alcaldes y diputados se fueron a jurar cosas ante la tumba de Schafik Hándal, según señalan El diario de hoy y el Colatino. Luego se fueron a El Salvador del Mundo a juramentarse ante el pueblo... y ante un pastor luterano, según se señala aquí.
No tengo absolutamente nada contra los luteranos, y de hecho no tengo idea de lo que los separa de los pentecostales, los anglicanos o los adventistas del séptimo día. (De los católicos sí tengo alguna idea, pero tampoco me afecta.) La pregunta es: ¿por qué un pastor luterano? No sería de pensarse que el pueblo salvadoreño al que representa el FMLN sea mayoritariamente luterano, y si lo es, qué bueno, porque algo de unidad y consenso se habrá logrado en la marcha hacia alguna parte. Por otro lado, no entiendo eso de que un funcionario de estado se juramente ante un funcionario religioso; quizá viví demasiado tiempo en un lugar donde le dicen a uno a cada rato que eso no debe ser así, que el estado es laico y que los institutos religiosos representan intereses de otro tipo, no siempre compatibles con los del estado. Y luego está lo de que una izquierda marxista que se pone a pedirle aval a una iglesia no es lo que se llame demasiado ortodoxa, y dudaría mucho de que fuera marxista, y hasta me darían ganas de preguntar qué tipo de izquierda representa.
A lo mejor "las condiciones objetivas" obligan a hacer cosas así. Ni idea. Sólo acabo de leer los periódicos y me encuentro con que, al menos, los diputados y alcaldes del FMLN fueron a la marcha del Día del Trabajo, como cualquiera hubiera esperado.
Creía que a los funcionarios públicos los juramentaban otro funcionarios públicos --aquí no se habla de eso--, no un señor muerto (así sea en el Cementerio de los Ilustres, que es una belleza) y otro señor que representa a una iglesia del signo que sea, con "cientos" de militantes como testigos.
Cada vez entiendo menos el mundo; quizá me estoy haciendo viejo y la pos-posmodernidad (o donde quiera que estemos) me pasó por encima sin que me diera cuenta.
A dormir, pues. Es martes, mi segundo día de descanso de la semana, pero tengo que hacer cosas en San Salvador en un rato. Quizá vaya al Cementerio de los Ilustres a platicar con mi abuela, a ver si ella sabe algo. Si no, estaré cerca de la tumba de Schafik para enterarme de primera mano.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Y realmente quién sabe... Ahora Shafick es casi santo, y tenga el poder de brindarles sabiduría... Me gustó el tono del post. Muy interesante. Saludos

Anónimo dijo...

Al final, sí lo hicieron. Lástima.

Anónimo dijo...

una izquierda marxista? qué borgeano suena ya esa combinación de palabras... :(

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Y antes era tan natural...
Eso habla mal de la izquierda, no del marxismo. Las herramientas que dieron Marx y Engels para pensar mejor son magníficas; el problema fue que los seguidores de Lenin las convirtieron en otra cosas. Lenin no, porque estava en lo suyo: armar una revolución en el plan de "hoy es demasiado pronto y mañana es demasiado tarde". Nomás que hasta esa frase la entendieron mal, demasiado textualmente a veces. (Me consta.)

Anónimo dijo...

Claro, habla mal de la izquierda. El marxismo es una concepción de mundo radicalmente diferente a la forma en que la izquierda del país elabora su norma de acción. Es una lastima que sea un partido así la única expresión de "izquierda" organizada en El Salvador. Cayetano estaría retorciéndose de la vergüenza.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Más bien de tristeza; el viejo ante todo era viejo, y la vejez se convierte en filosofía cuando a uno lo han derrotado tantas veces como a él. Y sus propios hijos y sobrinos, qué pena.
Lo malo es que para saber de marxismo hay que leer a Marx, y hace unos libros bien gordos y con palabras raras ("plusvalía", por ejemplo, que no significa lo que suben de precio los terrenos; trabajo, que no quiere decir empleo, o izquierda, que no quiere decir "izquierda"). El FMLN se deshizo de sus intelectuales (los que no mató la Guardia Nacinal, ejem(, y no se preocupó de formar más, o de captar a gente que ya estuviera formada y que hiciera su trabajo: pensar en cosas concretas y sacarle las cuadraturas a los respectivos círculos, que de eso se trata. Mejor compraron moldes y listo; Marta Harnecker no es tan complicada.
Visión de corto plazo. Allí está el asunto.
Lo malo es que esa poca visión se está convirtiendo de nuevo en violencia política, no sé si justificada o no, y si pasa "algo" similar a lo de los setenta quién sabe cuáles sean las banderas, las consignas y los verdaderos motivos.
Mejor me voy a ver la tele. Ya me puse pesimista. Así me pasa cuando estoy cansado del trabajo, y hoy es uno de mis días de más trabajo.

Anónimo dijo...

De hecho para saber de marxismo, si, hay que leer a Marx. Pero el marxismo como tal no es un fin en sí mismo. Ni un medio por si mismo. Aunque ayude si -y bastante- a la hora de hacer un análisis riguroso de la realidad objetiva. Y es cierto, Marta Harnecker es una guía para conocer el marxismo pero por encimita nada más. Es una lectura de bolsillo vaya. Algo para leer en la montaña.
Lo más cerca de un trabajo de izquierda son los análisis de algunos intelectuales de la UCA -de los cuales ninguno o casi ninguno militan en el FMLN-. Es una latima nuestra izquierda. Es decir, la izquierda salvadoreña actual.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Creo que cualquier método de análisis es valioso, siempre y cuando se fundamente en lo empírico, que es el chiste de Bacon, Spinoza, Marx, qué sé yo. Es decir: una teoría, por sí misma, puede no tener ningún valor. Y lo mismo con las ideologías (im)pertinentes.
Marta Harnecker siempre me pareció una vulgarización terrible de cosas muy profundas. No porque fuera un manual, que hay algunos sensacionales, sino porque simplifica conceptos básicos a grados básicos. Un concepto puede soltarse de manera sencilla sin simplificarse. Y la bronca es que, para "concientizar" a la gente, se daba como lectura a la Harnecker, y hasta allí vamos bien, pero muchos no pasaron de allí y ahora quieren hacerse cargo del país.
Puede ser sintomático, por cierto, que fuera esposa de Manuel Piñeiro, "Barbarroja", uno de los responsables de trazar la política de Cuba hacia América Latina desde las épocas del Che. No sé hasta qué grado; sólo me parece curioso.
Y creo que a estas alturas "ser de izquierda" no es lo mismo que era hace veinte o treinta años, aunque en lo fundametal es lo mismo que en la época de Marx: estudiar, trabajar, pensar y aplicar. Y ser crítico. Y la posición de clase. Y una estrategia.
Hay gente brillante en El Salvador, pero varia de ella no está produciendo lo que podría. Creo que hay mucho desencanto con respecto al análisis crítico, y se lo están dejando a gente que no sabe de eso y toma un lugar que no debería corresponderle, al menos por "ley del más apto". Igual hay gente brillante que está produciendo, pero la izquierda está muy ocupada viendo qué va a hacer mañana para darse cuenta. Y mañana es un día tan corto...
Fíjate que en el fondo a muchos les da vergüenza ser de izquierda, y tratan de regresar a un momento en que ser de izquierda significaba "algo", y en ese momento lo que hacían tenía sentido. No se dan cuenta de que "eso" siempre tiene sentido. Pero la prisa.

Anónimo dijo...

Si,cualquier metodo de análisis es valioso. Creo que el materialismo dialéctico lo es en mayor grado dado que es a)materialista y b) dialéctico.
Y bueno, si de vulgarizaciones hablamos...creo que aún Harnecker saldría en caballo blanco con las aberrantes obras de Eduardo Galeano. Es cierto, Harnecker peca de esquematismo, pero Galeano no da una. Ni una siquiera.
Ser de izquierda siempre ha tenido y tendrá sentido. El problema es ideologizar ese sentido. Y de eso hemos tenido -aun tenemos-bastante.