¡Cultura 94!
Hoy me llegó la revista Cultura número 94, y estoy contento por partida triple. En primer lugar, la edición es basante más bonita que las anteriores, con un cambio interesante en el concepto de la portada y de la tipografía. Mucho más colorida por fuera, mucho más sobria por dentro. Además de artículos buenos --como uno sobre radiodifusión, de Amparo Marroquín, y otro de Carlos Peña acerca de Justo Armas--, hay un poema de Gerardo Chávez, el bebé de La Casa, que debe estar por cumplir 18 años (el poema que viene lo escribió a los 14, y es un portento) y tres poemas del Viaje al imperio de las ventanas cerradas, de Krisma Mancía.
También trae un disco de regalo, una antología de voces de poetas salvadoreños, desde Claudia Lars hasta los más jóvenes: gente nacida entre 1899 y 1988, de la que hubiera grabaciones y que dieran su permiso para reproducirlos. Las joyas, además de Lars (viene un soneto escrito pocas semanas antes de su muerte, que por cierto le quedó trunco), son un fragmento de Sólo la voz, de Hugo Lindo, aunque el poema se publicó completo en el disco anterior; el final de Vida, pasión y muerte del antihombre, de Pedro Geoffroy, y Le romperán la estatua de la sangre, de Oswaldo Escobar Velado. Por supuesto vienen los tres poetas que se han ganado premios en España en el último año (Krisma, Jorge Galán y Eleazar Rivera, en orden de aparición) y representantes de cuanta tendencia se pueda encontrar. Cuarenta y cinco en total.
Lo bonito es escuchar el disco de corrido y darse cuenta de las tendencias, de los altibajos, de los grandes hallazgos y los grandes azares de la poesía salvadoreña. Un trabajo importante, para este momento y para los que sigan, en el que me tocó ser el "armador" del artefacto. (Las decisiones editoriales, como dije antes para curarme en salud, no fueron mías, pero las comparto.)
Algo bueno para las celebraciones del Día Internacional de la Poesía.
También trae un disco de regalo, una antología de voces de poetas salvadoreños, desde Claudia Lars hasta los más jóvenes: gente nacida entre 1899 y 1988, de la que hubiera grabaciones y que dieran su permiso para reproducirlos. Las joyas, además de Lars (viene un soneto escrito pocas semanas antes de su muerte, que por cierto le quedó trunco), son un fragmento de Sólo la voz, de Hugo Lindo, aunque el poema se publicó completo en el disco anterior; el final de Vida, pasión y muerte del antihombre, de Pedro Geoffroy, y Le romperán la estatua de la sangre, de Oswaldo Escobar Velado. Por supuesto vienen los tres poetas que se han ganado premios en España en el último año (Krisma, Jorge Galán y Eleazar Rivera, en orden de aparición) y representantes de cuanta tendencia se pueda encontrar. Cuarenta y cinco en total.
Lo bonito es escuchar el disco de corrido y darse cuenta de las tendencias, de los altibajos, de los grandes hallazgos y los grandes azares de la poesía salvadoreña. Un trabajo importante, para este momento y para los que sigan, en el que me tocó ser el "armador" del artefacto. (Las decisiones editoriales, como dije antes para curarme en salud, no fueron mías, pero las comparto.)
Algo bueno para las celebraciones del Día Internacional de la Poesía.
3 comentarios:
Comenzaré a buscarla en mi rincón favorito. Gracias por el "indique"
No sé si es el mismo reportaje sobre Justo Armas que salió en la revista dominical de LPG, pero al menos ese está impactante. Ya había oido la historia, pero dan como escalofríos cuando comienzan a explicar las pruebas... es como mucha cosa para no ser cierto... a ver en qué para.
Sí, es el mismo reportaje. Seguro no le dijeron cn Cultura que se lo publicarían, lo mandó a LPG y tampoco le dijeron,y salió la misma semana, je. Pasa.
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