4 de marzo de 2007

Quince años de Silvana

Silvana, hija mayor de mi hermana Lorena, cumplió quince años hace unos días, y se los festejaron ayer, con salón, vals, cosas de color de rosa y pastel. La mayor parte de los asistentes eran familiares maternos de Lorena, a quienes --con excepción de su mamá, con quien hemos platicado varias veces-- no conocía. Lorena tardó en llegar al salón, porque hubo dos choques en el camino de Mejicanos a la colonia Layco, con el congestionamiento consecuente, así que durante media hora --¡y eso que llegué tarde!-- tuve que asilarme con Silvana y con doña Emma, su abuela.
Hubo un problema serio: ¿qué regalarle a una muchacha que desde los once años trabaja como violinista clásica? Lo lógico era un disco de Bach o Vivaldi, sus favoritos, pero los tiene todos, o casi. Y, si no, tiene las partituras, que lee a primera vista. Así que hice lo que generalmente hago: regalar algo que me guste mucho. Le llevé el álbum de "música de arte" latinoamericana que comenté hace unos días, y estuvimos hablando un rato de la música de German Cáceres. Después, pláticas y más pláticas con Lorena, Boni (su esposo), doña Emma, Silvana y su hermana Andrea, que es también un dechado de talento(s). En unos días tiene su audición para entrar en la Sinfónica Juvenil como cellista; toca el instrumento desde hace cuatro años, y tiene 12 recién cumplidos.
Bonita noche. Me hace falta una familia cercana (además de la inmediata, que me parece maravillosa, y la que uno se va creando, igualmente maravillosa), y con Lorena, sus hijos (está Javier, el menor), su esposo y su mamá la estoy teniendo. Una buena noche.


Silvana en la entrada del salón, recibiendo a los invitados. Nótese la sonrisa: no se la quita ni para dormir.



Aquí, bailando el vals con Boni, su papá. Fue un esfuerzo heroico: ambos son bastante malos para bailar, pero lo hicieron con toda propiedad. ("Y eso que no ensayamos", me dijo Boni, todavía jadeante, más de nervios que de cansancio.)


Silvana baila con uno de sus tíos, y al fondo Boni hace lo propio con Andrea.


Javier, el menor de los hermanos (poco más de dos años; es cinco meses menor que Valeria), baila el vals con una prima. Hemos hablado por teléfono varias veces, y es muy comunicativo, pero las veces que nos vemos en persona permanecemos en silencio (como ayer), viéndonos, yo haciendo gestos con ojos nariz y cejas, y él con una seriedad mayor que la de Andrea, que ya es de palabras mayores. Me queda el consuelo de que ayer no lo vi hablar con nadie más. Ya tendremos oportunidad.


Boni, Silvana, mi hermana y Andrea. Detrás de ellos, invisble, el pastel.


Silvana con doña Emma Santillana, su abuela y mamá de Lorena. ¡Y un vislumbre del pastel! Estuvo buenísimo.

7 comentarios:

Unknown dijo...

que sweet!!!! me hizo recordar mis años de colegio en los que casi todos los fines de semana había fiesta de 15, y con eso las consecuentes preocupaciones: el vestido!!!!!!! y claro está el regalo......ahhhhhhh.....que tiempos aquellos!!!!

Cabe señalar que fui a todas las fiestas de 15 de mis amigas pero no a la mía, por obvias razones!!! o sea, yo vestida de rosadito y bailando el vals!!!! naaaaaaaa, pero en fin, que bonita tu sobrina y que bien que se la pasaron chévere.

Saludos!!!!!

Aldebarán dijo...

Hermosa la quinceañera con su sonrisa, el vestido y el baile. Felicitaciones.

saludos

Unknown dijo...

"Así que hice lo que generalmente hago: regalar algo que me guste mucho" Eso casi siempre funciona... Yo nunca tuve fiesta de 15, no me llamó la atención. Las ganas de usar ese tipo de vestidos se me quito cuando estaba chiquita y fui capullito y dama de honor en muchas fiestas. Me han dado nostalgia las fotos.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Silvana tiene el mismo defecto de su mamá y mío: ¡quiere estudiar letras! Creo que con la musica le iría mejor, pero tendría que irse fuera, y a los 15 años le parece aún difícil. (Claro que mi hermana también le hace a la música, y yo, y mis hijos, y mis hermanos, y mi padre le hacía pero ya no; es una epidemia genética o como se le diga.)

Rebeca Torres Olivares dijo...

Mire como se creció de rápido Silvana. Y que bonita se ve toda la familia.
Yo si tuve fiesta de 15 y al contrario de Sandra no fui a las que me invitaban, solo a la mia, eso si...nada de vestido rosado, yo queria negro pero pusieron el grito en el cielo, asi que llegamos a una conciliación con un color neutro.
Saludes a la seño Lore, a Boni, a Silvana, Andrea y Javier, Y a doña Emma que no tengo todavía el placer de conocerla

Galileo dijo...

Que bonito se siente formar parte de una familia donde se derrocha talento. Me parece una idea genial de tu parte poner por escrito estas notas y dejarlas en el ciberespacio para tenerla a la orden. Gracias Rafael por escuchar y leer comentarios muy positivos y sentidos. Escribes muy bien, da gusto leer tus obras. Logras el objetivo de la literatura (el pacto con el lector)la función social. Gracias.

Galileo dijo...

El comentario anterior de lorena lo comentó realmente Boni, pero opinamos lo mismo, curiosamente...jeje..Hermanote, qué bueno ser tu familia...(suspiros y lagrimillas) se te quiere