Varia
Un muy buen y muy querido amigo me escribió hace unos días para decirme que había llegado Terceras personas a la biblioteca central de Montreal, y que lo había pedido. Ayer me envió un mail en el que decía: "¡Ajá, ya está en mis manos!", con la foto que se reproduce arriba. (El libro está reempastado, supongo que por la biblioteca. La edición es muy hermosa, y los materiales excelentes, pero está pensada, me parece, para lectores individuales. Así aguantará más.) Me emocioné, porque es otro modo de estar juntos después de un montón de años de sólo escribirnos. A él le tocó ver cuando empezaba con esto de la escritura (conoció Historia del traidor recién salida de donde salgan las novelas), y sin él Terceras personas no hubiera sido posible. Gracias veintitantos años después, y también a la biblioteca de Montreal. (Tienen en su catálogo Histoire du traître. Ojalá lleven los que faltan.)
Por otro lado, quizá en los próximos días no bloguee demasiado, aunque ponga artículos y posts cortos. Además del business as usual (un taller hoy, otro mañana, dos el viernes, el de video el sábado, más el de poesía del domingo, sin contar con unos proyectos que debo presentar), estoy bastante metido en una narración que fue posible gracias al cuaderno que me regaló Denise Phé Funchal hace unos días. Ya me acabé casi la mitad, así que le pedí que me enviara otro, aprovechando que venía Vanessa Núñez al país, porque seguro que con uno no alcanza. No sólo me lo envió, sino que es igualito al anterior, lo cual le agradezco de corazón; a mi lado autista, cuando escribo, le gusta sentirse en un lugar lo menos cambiante posible, y un cuaderno es un lugar importantísimo.
La nota espantosa: hace unos días Nora Méndez se metió en el blog de El Trompudo y alguien se puso a decirle cosas de verdad terribles, como puede leerse aquí, de la mitad hacia abajo. Lo primero que se le ocurrió, no sé por qué artes, fue creer que los ataques fueron obra de gente de La Casa del Escritor y, por lo que insinúa, míos y/o de Krisma. En su blog, de un modo u otro, habla de conspiraciones contra ella y envidias y odios y no sé qué, y obviamente lo relaciona con lo ocurrido en El Trompudo, y los anónimos los relaciona conmigo y mi esposa. (Si yo fuera un poco más mexicano, diría: "Así tendrá la conciencia." No soy tan mexicano, y no lo digo.) Uno sabe que hay lugares en los que no se debe meter, so riesgo de salir seriamente raspado. Como se verá, me tocó un par de hachazos por comentar un comentario de Nora, pero qué diablos; uno sabe a lo que le tira cuando deja su cuadra o su barrio. En otras palabras, y directamente: No, Nora, no somos nosotros. Busca en otra parte y de gente que sepa de ti más que yo, y que tenga tan poco pudor como ese anónimo muestra en esos comentarios. (¡Mis trolls me han abandonado! ¡Pido justicia!) En mi caso prefiero la indiferencia, pero no me dejas que te ignore. Ya perdóname lo que te haya hecho, porque me haces perder tiempo y energías en idioteces.
Hay algo interesante, con todo y todo: el hecho de que personas con tan diferentes ideas, diferentes costumbres, ideas encontradas y aparentemente excluyentes, con intereses diametralmente opuestos, etcétera, convivan en un mismo espacio y puedan hacer lo suyo sin molestar (o molestando) a los demás. No sé cuántos blogs tenga Blogspot, pero aquí se encuentra de todo, y aquí todos tenemos el mismo apellido. (Feo eso de vivir en vecindad y que le avienten a uno la basura por la ventana sin deberla ni temerla. Feo eso de tener que poner barrotes en las ventanas, también. Tan fáciles que pueden ser las cosas.) Maravilloso el universo --o los universos-- de los blogs.
Mientras escribo esto, escucho un álbum que compré en México en mayo o junio de 2005, y que no había oído aún, no sé por qué. Fue publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana en 2004, y ya German Cáceres me lo había enseñado, una vez que les ayudé a él y a Manuel Carcache a grabar un concierto de lieder. En la portada sólo se lee "Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte". Tiene trece piezas de eso que se da en llamar "música contemporánea", pero que en el folleto se define como "música de arte". Ahora estoy en el disco dos, donde viene una pieza de German que me gusta, "Deploración", escrita a la muerte de su maestro Julián Orbón, ejecutada por la Sinfónica de Venezuela. Vienen cosas también de Juan Trigos, Héctor Quintanar y Manuel de Elías, entre otros. Me llamó la atención una cierta amargura en el "Manifiesto" que se reproduce en el folleto:
Las quejas son similares a las que a veces esgrimen los escritores: no hay editoriales, las ediciones son malas, los lectores no leen "lo mío" por ignorancia, mala información o prejuicios... Me parece que es un modo de declararse derrotados de entrada, y a la vez justificar... bueno... no sé qué. Creo que, si un artista es bueno, tendrá lo que deba tener sin muchos problemas. Por ejemplo German Cáceres, quien empezó su carrera donde otros la culminan, en el Carnegie Hall, a eso de los veintitrés años, ejecutando un concierto para oboe escrito por él mismo. Y desde entonces no ha parado: sus piezas se tocan en muchas partes del mundo, y ha tenido la aceptación que merece, o sea mucha, aunque en El Salvador sea prácticamente desconocido como autor y sólo se sepa de él como director de la Sinfónica Nacional. Hay algo que debe tomarse en cuenta también: la "música de arte" es como cierta poesía, cierta pintura y cierta comida: sólo una pequeña cantidad de gente estará a gusto con ella o le interesará. (Ahora está sonando "Deploración". De verdad es buena.) And that's the way the cookie crumbles, y si no se tiene claro no quedará más que frustrarse.
Y, claro, feliz día del amor y la amistad para todos, y que el recuerdo de Al Capone no caiga sobre nosotros.
(Hoy me levanté muy temprano porque anoche me dormí muy temprano. Me gusta la sensación. Ojalá no acabe acostumbrándome.)
Por otro lado, quizá en los próximos días no bloguee demasiado, aunque ponga artículos y posts cortos. Además del business as usual (un taller hoy, otro mañana, dos el viernes, el de video el sábado, más el de poesía del domingo, sin contar con unos proyectos que debo presentar), estoy bastante metido en una narración que fue posible gracias al cuaderno que me regaló Denise Phé Funchal hace unos días. Ya me acabé casi la mitad, así que le pedí que me enviara otro, aprovechando que venía Vanessa Núñez al país, porque seguro que con uno no alcanza. No sólo me lo envió, sino que es igualito al anterior, lo cual le agradezco de corazón; a mi lado autista, cuando escribo, le gusta sentirse en un lugar lo menos cambiante posible, y un cuaderno es un lugar importantísimo.
La nota espantosa: hace unos días Nora Méndez se metió en el blog de El Trompudo y alguien se puso a decirle cosas de verdad terribles, como puede leerse aquí, de la mitad hacia abajo. Lo primero que se le ocurrió, no sé por qué artes, fue creer que los ataques fueron obra de gente de La Casa del Escritor y, por lo que insinúa, míos y/o de Krisma. En su blog, de un modo u otro, habla de conspiraciones contra ella y envidias y odios y no sé qué, y obviamente lo relaciona con lo ocurrido en El Trompudo, y los anónimos los relaciona conmigo y mi esposa. (Si yo fuera un poco más mexicano, diría: "Así tendrá la conciencia." No soy tan mexicano, y no lo digo.) Uno sabe que hay lugares en los que no se debe meter, so riesgo de salir seriamente raspado. Como se verá, me tocó un par de hachazos por comentar un comentario de Nora, pero qué diablos; uno sabe a lo que le tira cuando deja su cuadra o su barrio. En otras palabras, y directamente: No, Nora, no somos nosotros. Busca en otra parte y de gente que sepa de ti más que yo, y que tenga tan poco pudor como ese anónimo muestra en esos comentarios. (¡Mis trolls me han abandonado! ¡Pido justicia!) En mi caso prefiero la indiferencia, pero no me dejas que te ignore. Ya perdóname lo que te haya hecho, porque me haces perder tiempo y energías en idioteces.
Hay algo interesante, con todo y todo: el hecho de que personas con tan diferentes ideas, diferentes costumbres, ideas encontradas y aparentemente excluyentes, con intereses diametralmente opuestos, etcétera, convivan en un mismo espacio y puedan hacer lo suyo sin molestar (o molestando) a los demás. No sé cuántos blogs tenga Blogspot, pero aquí se encuentra de todo, y aquí todos tenemos el mismo apellido. (Feo eso de vivir en vecindad y que le avienten a uno la basura por la ventana sin deberla ni temerla. Feo eso de tener que poner barrotes en las ventanas, también. Tan fáciles que pueden ser las cosas.) Maravilloso el universo --o los universos-- de los blogs.
Mientras escribo esto, escucho un álbum que compré en México en mayo o junio de 2005, y que no había oído aún, no sé por qué. Fue publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana en 2004, y ya German Cáceres me lo había enseñado, una vez que les ayudé a él y a Manuel Carcache a grabar un concierto de lieder. En la portada sólo se lee "Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte". Tiene trece piezas de eso que se da en llamar "música contemporánea", pero que en el folleto se define como "música de arte". Ahora estoy en el disco dos, donde viene una pieza de German que me gusta, "Deploración", escrita a la muerte de su maestro Julián Orbón, ejecutada por la Sinfónica de Venezuela. Vienen cosas también de Juan Trigos, Héctor Quintanar y Manuel de Elías, entre otros. Me llamó la atención una cierta amargura en el "Manifiesto" que se reproduce en el folleto:
Desde siempre, el compositor latinoamericano de música de arte ha tenido que emprender, con enjundia y paciencia a toda prueba, el recorrido de un arduo camino para alcanzar la posibilidad de ejecución y difusión de su obra. Sin embargo, cuando logra realizar este objetivo, su expectativa se ve frustrada las más de las veces por la mediocridad de las ejecuciones y la indiferencia de la escasa crítica. Estos dos factores refuerzan de manera permanente el rechazo apriorístico del público hacia nuestra música de arte y, por ende, su poco criterio para distinguir entre la que tiene calidad y originalidad auténticas y la que sólo las aparenta, apoyada en esta desinformación del público... Etcétera.
Las quejas son similares a las que a veces esgrimen los escritores: no hay editoriales, las ediciones son malas, los lectores no leen "lo mío" por ignorancia, mala información o prejuicios... Me parece que es un modo de declararse derrotados de entrada, y a la vez justificar... bueno... no sé qué. Creo que, si un artista es bueno, tendrá lo que deba tener sin muchos problemas. Por ejemplo German Cáceres, quien empezó su carrera donde otros la culminan, en el Carnegie Hall, a eso de los veintitrés años, ejecutando un concierto para oboe escrito por él mismo. Y desde entonces no ha parado: sus piezas se tocan en muchas partes del mundo, y ha tenido la aceptación que merece, o sea mucha, aunque en El Salvador sea prácticamente desconocido como autor y sólo se sepa de él como director de la Sinfónica Nacional. Hay algo que debe tomarse en cuenta también: la "música de arte" es como cierta poesía, cierta pintura y cierta comida: sólo una pequeña cantidad de gente estará a gusto con ella o le interesará. (Ahora está sonando "Deploración". De verdad es buena.) And that's the way the cookie crumbles, y si no se tiene claro no quedará más que frustrarse.
Y, claro, feliz día del amor y la amistad para todos, y que el recuerdo de Al Capone no caiga sobre nosotros.
(Hoy me levanté muy temprano porque anoche me dormí muy temprano. Me gusta la sensación. Ojalá no acabe acostumbrándome.)
6 comentarios:
Pues felicidades por lo del libro, bien por vos. En cuanto a lo de las complicaciones que se plantea, digo si uno comienza a ver lo malo de hacer lo que a uno le gusta, está pensando en lo que la gente va a pensar y a hacer, y no en hacer las cosas por la simple satisfacción de hacer lo que a uno le apasiona, digo siempre hay cosas que no son agradables, pero eso es accesorio, lo importante es mantenerse trabajando y esmerarse en aprender lo suficiente para hacerlo bien.
En cuanto a lo del sueño, por experiencia te digo que uno se acostumbra, jajaja :D
Fíjate cómo estará de grave el asunto que aquí hasta mencionan a Aldebarán (Aquél Cuyo Nombre No Debe Ser Mencionado) como posible troll. (A menos que quiten el post, allí está. No entiendo esa costumbre de desmentirse a uno mismo.) Quien conozca a Aquél Etcétera sabrá que no hay nadie más patológicamente incapaz de generar una agresión, y muy pocos con un sentido ético más desarrollado. (¡Eres un gurú, Aldebarán!)
¿Te digo lo que pìenso? Que no sé lo que pienso.
Hay un comentario en el que dicen que le dije ("dicen que dijo que...", qué hueva) puta a Nora, y yo lo que hice fue publicar un soneto de Quevedo que me fascina, sin más gana que publicarlo porque sí, y no creo que Quevedo lo escribiera para ella, por simple cuestión de cronología. Y, mientras, Carcache le dice "puta" a Krisma por algo que no era con él ni con nadie que conociera. Pendejo asunto, ¿no?
Creo que va de nuevo lo de la Enanita Tun Tun y otras cosas, porque ya me harté de estupideces y de dobles morales.
Y espero dormir temprano hoy. Avancé bastante por la mañana; eso de despertarse a las 5:30 tiene sus conqués.
Un abrazo y felicidades por el libro...
que cosa, ahora hasta copian mis post para repostearlos en otras partes, ya de plano, ni qué decir, y yo que soñaba con tener un bajo perfil!!! (ahhhhhhh, suspiro) pero bueno ante esto sólo hay algo que decir y eso es : X
ReyZope: Agradezco el ofrecimiento en todo lo que vale. Mil gracias, de verdad.
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