Un millón de años y otras cifras
Hoy por la mañana vi un trozo de la película Un millón de años antes de Cristo, y no soporté más de diez minutos. (Fue la escena en la que expulsan de la tribu al tipo de ojos azules y Raquel Welch se va con él. Unos minutos antes, unos minutos después, hasta que se encuentran a unos homínidos en una cueva.)
Que las barbas de todos los hombres estuvieran perfectamente recortadas no tuvo que ver con el asunto, y tampoco que las mujeres no tuvieran barba y estuvieran depiladas de lo que alcanzaba a verse debajo de las pieles. Tampoco que los humanos de esa época se parecieran sospechosamente a los de los años sesenta del siglo pasado, erguidos más o menos del mismo modo. Tampoco el peinado de la Welch, armado en una compleja estructura de capas que difícilmente podía encontrarse en la peluquería que estaba junto al corral de los mamuts. Tampoco la falta de niños, digamos una media docena por mujer, la Welch incluida. Tampoco la falta de cicatrices, caries, enfermedades de la piel, infecciones de diferentes tipos y todo eso que hacía que el Consejo de Ancianos estuviera formado por gente de no más de 23 años, los más viejos. Mucho más podía aguantar, pero de repente caí en la cuenta del título: Un millón de años antes de Cristo. Tan creativo como Hace un millón y 2007 años, como si 2007 años, en esa millonada, pusiera el asunto en su verdadero contexto. Un título atractivo y totalmente bobo.
Recordé la serie Dinosaurios, que a veces empezaba: "60,000,004 antes de Cristo. Jueves. A eso de las tres de la mañana." ¡Maravilloso! Y al hijo adolescente haciéndole al papá las Preguntas Acerca De Las Verdades De La Vida: "¿Por qué contamos de atrás hacia adelante y no de adelante hacia atrás?, ¿qué va a pasar dentro de 60,000,004 años que sea tan importante?, ¿estaremos para verlo?", etcétera. Y que la familia protagonista fuera de apellido Sinclair, como la marca de gasolina.
Pensándolo mejor, quizá fuera que Raquel Welch se me cayó como símbolo ineludible de belleza femenina. En aquellos tiempos, cuando muchas mujeres eran muy delgadas sin necesidad de recurrir a la anorexia, la bulimia, la química o las tres, la Welch era el ejemplo de la exuberancia. No sé si lo he contado, pero mi primer amor --platónico, porque no quedaba de otra-- fue Elizabeth Montgomery, la de Hechizada, nada mal para un niño que tenía entre cinco y ocho años. Después la dejé por Patricia Haines, la Emma Peel de la serie de televisión Los vengadores, y la olvidé miserablemente apenas vi las primeras películas de la Welch a eso de los 12 años, en el mítico Cinelandia, el único lugar al que me dejaban entrar a ver las prohibidas para menores de 15, y a veces de 18. (Allí vi varias divertidísimas con Lando Buzzanca. Ni siquiera lo encontré en IMDB... Eso sí, aparece en Wikipedia, cual debe ser.) Y lo que encontré hoy fue una muchacha bastante descriadita, sin nada que ver con lo que ahora entendemos por "frondosidad", no muy buena actriz (hay que reconocer que mejoraría bastante con los años) y una película cuyos mejores efectos especiales recuerdan a los de Perdidos en el espacio, nomás que sin el Robot ni el Dr. Smith para hacerlos divertidos y justificables. ¡Qué seriedad de película, por Jesucristo (que nacería un millón de años después)!
Si ha de continuarse con las cifras, vi en la tele que Amnet está "upgradeando" la velocidad de transmisión, y que por los $35 que pagamos ahora por 512kbps nos van a dar 1mbps. Quizá sea por eso que la conexión a intetnet está tan mal, pero verdaderamente mal: no puedo entrar a la mitad de los sitios que quiero ver. A IMDB, por ejemplo, hubo que darle una buena cantidad de reloads para poner los links anteriores; de puro milagro logré entrar a Blogger para pner esta nota; no hay modo de ver los blogs de los amigos, ni de contestar los comentarios en los posts. A los comentarios, a su vez, hay que ponerles varias veces "Publicar" para que los acepte, etcétera. Eso sí, ayer bajé un archivo de 120Mb en sólo unos minutos, a la estratosférica velocidad de 1.1mbps. (Para los que no sepan, y aunque no entiendan mucho de eso, los 120 son megabytes, y los 1.1 son megabits. Un megabyte es, generalmente, ocho megabits, pero la velocidad de transmisión no necesariamente se refleja en las cifras, no sé por qué diablos; creo que tiene que ver con la compresión de datos o algo. Tampoco sé mucho de eso, ni la diferencia entre un kbps y un baudio, que era la medida de los antiguos módems. Con que el cable funcione y sea rápido me conformo. ¡Y hubo una época en que los 64kbps del primer plan Integra me parecian estratosférico...! Claro que lograba bajar tres o cuatro paquetes paralelos de 64kbps, y a veces llegaba a los 80. Tampoco sé muy bien qué quiere decir eso de "paquetes", pero era emocionante.)
Por lo que parece, pues, Amnet está actualizando sus servidores y el servicio ha sido un asco en los últimos días. Mientras no se quede así de malo, con todo y su 1mbps...
Que las barbas de todos los hombres estuvieran perfectamente recortadas no tuvo que ver con el asunto, y tampoco que las mujeres no tuvieran barba y estuvieran depiladas de lo que alcanzaba a verse debajo de las pieles. Tampoco que los humanos de esa época se parecieran sospechosamente a los de los años sesenta del siglo pasado, erguidos más o menos del mismo modo. Tampoco el peinado de la Welch, armado en una compleja estructura de capas que difícilmente podía encontrarse en la peluquería que estaba junto al corral de los mamuts. Tampoco la falta de niños, digamos una media docena por mujer, la Welch incluida. Tampoco la falta de cicatrices, caries, enfermedades de la piel, infecciones de diferentes tipos y todo eso que hacía que el Consejo de Ancianos estuviera formado por gente de no más de 23 años, los más viejos. Mucho más podía aguantar, pero de repente caí en la cuenta del título: Un millón de años antes de Cristo. Tan creativo como Hace un millón y 2007 años, como si 2007 años, en esa millonada, pusiera el asunto en su verdadero contexto. Un título atractivo y totalmente bobo.
Recordé la serie Dinosaurios, que a veces empezaba: "60,000,004 antes de Cristo. Jueves. A eso de las tres de la mañana." ¡Maravilloso! Y al hijo adolescente haciéndole al papá las Preguntas Acerca De Las Verdades De La Vida: "¿Por qué contamos de atrás hacia adelante y no de adelante hacia atrás?, ¿qué va a pasar dentro de 60,000,004 años que sea tan importante?, ¿estaremos para verlo?", etcétera. Y que la familia protagonista fuera de apellido Sinclair, como la marca de gasolina.
Pensándolo mejor, quizá fuera que Raquel Welch se me cayó como símbolo ineludible de belleza femenina. En aquellos tiempos, cuando muchas mujeres eran muy delgadas sin necesidad de recurrir a la anorexia, la bulimia, la química o las tres, la Welch era el ejemplo de la exuberancia. No sé si lo he contado, pero mi primer amor --platónico, porque no quedaba de otra-- fue Elizabeth Montgomery, la de Hechizada, nada mal para un niño que tenía entre cinco y ocho años. Después la dejé por Patricia Haines, la Emma Peel de la serie de televisión Los vengadores, y la olvidé miserablemente apenas vi las primeras películas de la Welch a eso de los 12 años, en el mítico Cinelandia, el único lugar al que me dejaban entrar a ver las prohibidas para menores de 15, y a veces de 18. (Allí vi varias divertidísimas con Lando Buzzanca. Ni siquiera lo encontré en IMDB... Eso sí, aparece en Wikipedia, cual debe ser.) Y lo que encontré hoy fue una muchacha bastante descriadita, sin nada que ver con lo que ahora entendemos por "frondosidad", no muy buena actriz (hay que reconocer que mejoraría bastante con los años) y una película cuyos mejores efectos especiales recuerdan a los de Perdidos en el espacio, nomás que sin el Robot ni el Dr. Smith para hacerlos divertidos y justificables. ¡Qué seriedad de película, por Jesucristo (que nacería un millón de años después)!
Si ha de continuarse con las cifras, vi en la tele que Amnet está "upgradeando" la velocidad de transmisión, y que por los $35 que pagamos ahora por 512kbps nos van a dar 1mbps. Quizá sea por eso que la conexión a intetnet está tan mal, pero verdaderamente mal: no puedo entrar a la mitad de los sitios que quiero ver. A IMDB, por ejemplo, hubo que darle una buena cantidad de reloads para poner los links anteriores; de puro milagro logré entrar a Blogger para pner esta nota; no hay modo de ver los blogs de los amigos, ni de contestar los comentarios en los posts. A los comentarios, a su vez, hay que ponerles varias veces "Publicar" para que los acepte, etcétera. Eso sí, ayer bajé un archivo de 120Mb en sólo unos minutos, a la estratosférica velocidad de 1.1mbps. (Para los que no sepan, y aunque no entiendan mucho de eso, los 120 son megabytes, y los 1.1 son megabits. Un megabyte es, generalmente, ocho megabits, pero la velocidad de transmisión no necesariamente se refleja en las cifras, no sé por qué diablos; creo que tiene que ver con la compresión de datos o algo. Tampoco sé mucho de eso, ni la diferencia entre un kbps y un baudio, que era la medida de los antiguos módems. Con que el cable funcione y sea rápido me conformo. ¡Y hubo una época en que los 64kbps del primer plan Integra me parecian estratosférico...! Claro que lograba bajar tres o cuatro paquetes paralelos de 64kbps, y a veces llegaba a los 80. Tampoco sé muy bien qué quiere decir eso de "paquetes", pero era emocionante.)
Por lo que parece, pues, Amnet está actualizando sus servidores y el servicio ha sido un asco en los últimos días. Mientras no se quede así de malo, con todo y su 1mbps...
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