Cruce de poesía
Al mismo tiempo que la antología Trilces trópicos, publicada por la editorial La Garúa, de Barcelona (de la cual algo se habrá comentado por aquí), la revista nicaragüense 400 elefantes publicó otra antología de poesía salvadoreña y nicaragüense llamada Cruce de poesía, preparada por Marta Leonor González por Nicaragua y Luis Alvarenga por El Salvador. Salvador Canjura habló del libro aquí, hace algún tiempo. Aquí hay una nota acerca de la presentación del libro en Managua.
Marta Leonor me dio un ejemplar para Krisma en agosto, cuando estuve en la FILCEN, y de paso armamos una interesante guerra de flashazos con nuestras cámaras fotográficas en el lobby del hotel Princess, que fue donde pusieron a los invitados; las fotos están divertidísimas.
Me llamó la atención que aparecieran al mismo tiempo dos antologías de poesía salvadoreña y nicaragüense: ¿por qué no nicaragüense y costarricense, en vista de que están tan cerca? ¿O de plano centroamericana? Quizá sea porque, tradicionalmente, Nicaragua ha cumplido el papel de proporcionar poetas para el área, y Guatemala a los narradores, y El Salvador... híjole... Bueno, tenemos en el catálogo a algunos escritores muy buenos, pero pocos.
Lo que me han dicho personas de otros países --y aun de éste-- es que en El Salvador hay, en los últimos años, un repunte bastante poderoso en materia poética. No sólo que existan muchos poetas, que siempre los ha habido, sino también de alta calidad en relación con los del resto del área. Un amigo me decía que era lógico: después de la guerra, después de tanto silencio, la necesidad de expresarse es explosiva, en especial la de los más jóvenes. También llaman la atención las temáticas, como lo señala el prólogo de Joan de la Vega a Trilces trópicos, que reproduciré completo dentro de unos párrafos. Y algo más: la noción de que debe profesionalizarse la escritura, ante las cosas más bien desenfadadas que escribieron poetas de mi generación e incluso de la anterior.
El asunto es que mañana se presentará el libro Cruce de poesía en El Salvador. La invitación dice:
Mientras, transcribo el prólogo de Joan de la Vega a Trilces trópicos, que sólo se ha citado parcialmente en periódicos y blogs, y que da pistas acerca de algunos motivos de discusión de los últimos días. Va:
Marta Leonor me dio un ejemplar para Krisma en agosto, cuando estuve en la FILCEN, y de paso armamos una interesante guerra de flashazos con nuestras cámaras fotográficas en el lobby del hotel Princess, que fue donde pusieron a los invitados; las fotos están divertidísimas.
Me llamó la atención que aparecieran al mismo tiempo dos antologías de poesía salvadoreña y nicaragüense: ¿por qué no nicaragüense y costarricense, en vista de que están tan cerca? ¿O de plano centroamericana? Quizá sea porque, tradicionalmente, Nicaragua ha cumplido el papel de proporcionar poetas para el área, y Guatemala a los narradores, y El Salvador... híjole... Bueno, tenemos en el catálogo a algunos escritores muy buenos, pero pocos.
Lo que me han dicho personas de otros países --y aun de éste-- es que en El Salvador hay, en los últimos años, un repunte bastante poderoso en materia poética. No sólo que existan muchos poetas, que siempre los ha habido, sino también de alta calidad en relación con los del resto del área. Un amigo me decía que era lógico: después de la guerra, después de tanto silencio, la necesidad de expresarse es explosiva, en especial la de los más jóvenes. También llaman la atención las temáticas, como lo señala el prólogo de Joan de la Vega a Trilces trópicos, que reproduciré completo dentro de unos párrafos. Y algo más: la noción de que debe profesionalizarse la escritura, ante las cosas más bien desenfadadas que escribieron poetas de mi generación e incluso de la anterior.
El asunto es que mañana se presentará el libro Cruce de poesía en El Salvador. La invitación dice:
Este próximo jueves 16 de noviembre (y el viernes de 1 Diciembre, 5:00 p.m en Universidad Tecnológica) se estará presentando el libro «Cruce de poesía, Nicaragua-El Salvador» que presenta a 32 poetas nicaragüenses y 24 salvadoreños que en los últimos 25 años han surgido y publicado en ambos países. La selección y las notas están a cargo de Marta Leonor González y Juan Sobalvarro por el mapa nicaragüense y por El Salvador la tarea la cumplió el escritor Luis Alvarenga.Interesante: en la lista hay gente que ha participado, con su nombre o no, en la discusión que ha tenido lugar en este blog y el de Krisma en los últimos días. La lectura --a la que René Chacón invitó a Krisma-- sería una buena oportunidad para conversar en persona, evidentemente en términos más cordiales, y evidentemente con poesía de por medio. Si encontramos quién nos cuide a Valeria, allá nos veremos.
Se espera que buena parte de los 24 poetas incluidos en la muestra se hagan presentes esta noche en el Bar-café Leyendas, como parte de la lectura de este nuevo «tejado» que convoca la Fundación Metáfora.
Para dejarlo a manera de convocatoria, enlistaremos a los salvadoreños que aparecen en este libro, importante para «cruzar» información y poesía de un lado a otro de nuestras fronteras:
Carmen González Huguet, Edgar Alfaro Chaverri, Silvia Elena Regalado, Carlos Ernesto García, Eva Ortiz, Amílcar Colocho, René Chacón, Aída Párraga, Alvaro Darío Lara, Manuel Barrera, Otoniel Guevara, Ernesto Flores, Luis Alvarenga, Vladimir Baiza, Susana Reyes, Jorge Galán, Carlos Clará, Federico Hernández, Danilo Villalta, Krisma Mancía, Teresa Andrade, Ana Gabriela Padilla.
Mientras, transcribo el prólogo de Joan de la Vega a Trilces trópicos, que sólo se ha citado parcialmente en periódicos y blogs, y que da pistas acerca de algunos motivos de discusión de los últimos días. Va:
Los motivos del loboMe gustaría transcribir la introducción de Luis Alvarenga a Cruce de poesía, pero tengo que trabajar, precisamente en una antología bastante original de poesía salvadoreña que debe publicarse muy pronto. Son cerca de 45 poetas salvadoreños, que representan varias décadas de producción de poesía en el país. Será algo histórico. No están todos los que son, ni son todos los que están, obviamente. Varios de los que faltan no pudieron ser localizados para dar su permiso para la publicación, o para la consecución de materiales. Ya habrá otras oportunidades.
Muchos se preguntarán qué razones llevan a publicar con cierta periodicidad libros de poemas de autores jóvenes, si incluso aquéllos de escritores que consideramos universales duermen el sueño de los justos. Algunos creen que los motivos que empujan a seguir editando libros de poesía en estos días, dadas las circunstancias, se prestan a la obstinación, la locura o la heroicidad.
En este último periodo de historia reciente se han ido sucediendo un sinfín de antologías y compilaciones en nuestro territorio (no menos de medio centenar), donde algunas de ellas --casualmente las más rentables o populares-- poco han tenido que ver con el rigor y la justicia literarios. Por todos es sabido que estas operaciones responden a un relanzamiento editorial cuya apuesta es configurar la fauna literaria. Son los motivos del lobo.
Al margen de tópicos, reunir una serie de voces en un mismo volumen no debería responder únicamente a consolidar una moda o a un grupo afín, a una determinada estética para excluir y perjudicar la opuesta, en caso de que la haya. En lugar de radiografiar con un tajo transversal el panorama literario, suele prevalecer la impronta subjetiva con el fin de perpetuar determinados grupos generacionales de poder y sumar nuevos nombres a su estética con la intención de refrendarla. Un fiel reflejo de las sociedades denominadas a sí mismas democráticas, donde la idea de la soberanía perjudica seriamente cualquier aportación por insignificante que parezca.
De este modo se explica la llamativa ausencia de autores latinoamericanos nuevos en el panorama editorial español. A esto se le suma la dificultad que supone averiguar de primera mano las tendencias o voces que están surgiendo en estos momentos desde cada uno de los puntos del vasto continente. Se debe lamentar, entonces, esta situación de desconocimiento mutuo, de ausencia de puentes entre autores jóvenes españoles y centroamericanos, a pesar de los nuevos canales de comunicación en red.
Con la intención de corregir esta situación y dar a conocer al lector español las principales claves del mapa poético salvadoreño y nicaragüense, nace este proyecto que en breve podrá verse ampliado a países vecinos como Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá.
A diferencia de otros, los autores que componen este compendio no responden a un simple perfil pseudoizquierdista con el que nos hemos acostumbrado a observar y catalogar a los autores americanos. Superado ya el caudillismo postrevolucionario, y gracias a una nueva óptica, desasosegada y autocrítica, próxima a la más alta tradición literaria, es destacable en estos escritores jóvenes su capacidad de renovación y transgresión líricas.
Espero que dos años de trabajo hayan sido suficientes para que el lector de poesía pueda acceder a autores que circulan y utilizan una misma lengua, y que, ojalá que sea "hasta ahora", deje de resultarle indiferente lo hecho en el otro lado del Atlántico.
En Trilces trópicos se recogen los nombres que la crítica de cada país ha destacado, así como otros aún inéditos. Sería injusto por mi parte concluir estas líneas sin advertirles que otros poetas como Jazmina Caballero, Gema Santamaría, Andira Watson, Emmanuel Detrinidad, Misael Duarte Somoza, Nicolás A. García Duarte, Ulises Huete. Sergio Villanueva y William Grigsby, desde Nicaragua, y Tere Andrade, William Alfaro, Ana Gabriela Padilla, David J. Quintanilla, Roxana Méndez, Vilma Osorio y Élmer Menjívar, desde El Salvador, siguen emergiendo y empeñándose en vencer por medio de iconogramas, desde el triste y dulce trópico, los signos de nuestro tiempo.Joan de la Vega
3 comentarios:
Andale... Me gusta la idea de tu presentación, y tienes razón: eso son las antologías. Me gustaría conocer de ese trabajo un poco más. Ahora estoy moderando durante un tiempo los comentarios del blog, o sea que antes de caer aquí los posts pasarán por mi correo privado. Si me mandas la lista de los antologados te lo agradecería, para ver en qué anda la cosa, y te prometo no publicarlos; en estas cosas siempre se hieren sensibilidades, me parece que innecesariamente, por los motivos que explicas. Puro asunto de egos, y la literatura es mucho más que eso.
Además, de algún modo, las antologías son apuestas editoriales --a veces personales, a veces institucionales, a veces basadas en lo que hay-- en las que de todas maneras se da una visión de algún aspecto de la literatura, y esa visión siempre es coherente. Le guste a uno o no, así es.
Qué bueno que en España haya este interés, o que se esté extendiendo.
Y, sí, dale un abrazo a Ricardo Bogrand, si es personal mejor. Por aquí tengo unas grabaciones que hicimos hace unos años, y por fin va a aparecer algo de eso. Me parece que --en ocasiones convenientemente-- se le olvida como parte de nuestra literatura; qué bueno que tu trabajo comience con él. (Nació en 1930: es el mayor de la gente de la Generación Comprometida. El siguiente era Álvaro, nacido en 1931. Luego Ítalo, nacido en 1932, y así sucesivamente. Ítalo es otro de los olvidados, por cierto. Voy a poner algunos poemas suyos por aquí.)
me encanta esta nueva desicion... aunque nos guste ver los comments ahi rapidito..
me encanta esta nueva desicion... aunque nos guste ver los comments ahi rapidito..
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