4 de noviembre de 2006

Cambio de portada


Raúl Figueroa me envió ayer las pruebas para la última corrección de Cualquier forma de morir (antes Maneras de morir), y ha decidido poner la portada que reproduzco arriba. Me gustaba más, por sugerente, ésta que puse aquí hace unas semanas, pero no veo problema con la otra, que ya conocía. Le parece que la actual es más llamativa. Él conoce su oficio mejor que yo, así que me doy por satisfecho; bastante hizo con pedirme opinión. "Menjívar" aparece sin acento, igual que en el lomo (en el resto del libro está bien), y ése sería el único problema, que ya le cominiqué junto con algunas pequeñas correcciones de última hora.
Interesante: en la mismísima primera página hice cuatro correcciones, y no tenían que ver con F&G Editores, sino conmigo. Durante años he leído y releído esa página, y de hecho fue la que más reescribí (los tres primeros capítulos los tenía desde 1998), y hasta hace unos días todo me parecía bien. De pronto, al saber que ya se va a publicar, y que una vez impreso no hay marcha atrás, brincaron varias cosas. Estoy seguro de que el lector ni se hubiera enterado, pero a mí me parecieron torpezas infames, con campanas tubulares, alarmas de sirena, ladridos de perros bravos y todo. Había cinco o seis en el resto del libro.
Ayer, por otra parte, me puse a revisar por completo una novela que terminé hace casi tres años, Réquiem para una señora sin canas, que hace unos días releí parcialmente y no terminó de gustarme. Después de un buen descanso (año y medio sin leerla), me pareció que los primeros dos capítulos se arrastraban. En el tercero comenzaba lo bueno, y no leí más allá del quinto. Había cosas que simplemente no checaban. Le pedí a Krisma que la leyera, y se aventó cinco capítulos. Sus observaciones fueron atinadísimas.
Había algo de ripio, pero eso era lo de menos. En algún momento, el protagonista principal, un ex guerrillero de los duros, es interpelado por un pastor protestante, ¡y el muy inconsecuente se ponía a discutir con él, en lugar de mandarlo al carajo, que era lo que correspondía! Eran cuatro o cinco párrafos, diálogos incluidos, y resonaban hasta el fondo de la novela. Le quitaban fuerza a los capítulos centrales, y más aún a los últimos. Estaba a punto de dejar la novela por la paz, y resultó que con volar esos párrafos, quitar el ripio y ajustar un par de cosas en el segundo capítulo bastó para que fluyera.
Hace un rato Krisma se puso a leerla de nuevo, y llegó después de la página 50 sin levantar la vista. Para alguien de signo de aire (Acuario, paradójicamente), que unos días antes había leído lo mismo, no estuvo mal. No pasó de allí porque hoy la Vale estuvo especialmente activa, y yo especialmente ocupado trabajando en Cualquier forma de morir, así que estaba agotada y se fue a dormir ya casi a la medianoche.
Pues bien, ya hay otra novela para publicarse. En unas semanas voy a echarle un ojo a la que escribí el año pasado. Creo que ésa en especial salió muy bien, muy rápida y bastante limpia; además hace unas semanas le hice una masacre mayor.
Ah: Réquiem para una señora sin canas tenía originalmente unas 24o cuartillas. Quedó en 170. Hasta ahora mi récord en extensión lo tienen De vez en cuando la muerte y Trece, que andan en las 176 cuartillas. Las más cortas, Terceras personas, con 35 (¡y me llevó diez años!) y la Historia del traidor, como con 50.
Eso sí, sin apéndices ni introducciones ni prólogo, Tiempos de locura tiene 532. Ya quisiera hacer una novela de esa extensión alguna vez, aunque no sabría de dónde sacar tantas palabras. El periodismo y la novela no tienen nada que ver. Comprobado.

4 comentarios:

Nancy dijo...

Felicidades!! Un abrazo
PD. La faringitis sigue,es terriblemente odiosa.
El doctor dice que debo descansar y no hablar mucho(como si pudiera hablar ahora)

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Gracias :)
Aprovecha y escribe; es un modo un tanto más complejo de hablar, pero también más duradero. (Y de por sí no hablas mucho...)

bonampak dijo...

Pues hombre que le dire,se me hacia mas la imagen de cartas del tarot de
diferentes barajas y con la imagen de
la muerte repartidas por manos desde la joven a la mas vieja en superposicion(lo de la variedad del
tarot o baraja hay unas mediavales exepcionales y otras del siglo XIX
sencillamente magistrales)pero igual felicitaciones por la publicacion que lo que interesa es que tengamos mas que leer.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Me dijo el editor que a lo mejor podemos hacer una presentación en diciembre aquí en El Salvador; supongo que antes se hará en Guatemala.
Está divertida la novela. Un día de éstos pondré un pedazo en mi otro blog, aunque sea el primer capítulo. El personaje salió con un humor negro de lo más terrible.