8 de noviembre de 2006

A todo esto...

He mencionado en algunos de los posts anteriores a Pablo García Casado (no "Casados", como he puesto mal en varias ocasiones), sin conocer nada de él ni saber quién es, excepto:
a) Que es un poeta español.
b) Que Nora Méndez esperaba que la antología Trilces trópicos llevara un estudio introductorio suyo.
Así que hoy por fin me puse a buscar, y encontré su página, que comparte con Salvador Gutiérrez Solís. Busqué en internet sus estudios críticos, prólogos, lo que fuera, y hallé algunos artículos más bien informales. Y poesía por todas partes, y referencias a su poesía. O sea que es poeta, no "estudioso", y me parece que allí se mueve bien.
Me gustan varios de sus poemas; sabe darles ritmo. Me entero también de que ganó un premio nacional en España, y que es altamente respetado. Y me entero --porque no había reparado en ello, perdón-- que fue uno de los jurados que le dio el premio de La Garúa a Krisma Mancía. Se dice aquí, en una nota que publicó hace unos meses Carmen Tamacas. Sigo sin entender por qué Nora quería que García Casado hablara de su obra, aunque fuera colectivamente. O quizá resulte tan claro que da pena.
En el blog de Santiago Vásquez, compañero de La Casa, he visto en los últimos días dos posts que tratan acerca del poeta español Leopoldo María Panero: un video y una entrevista. Y veo que la joven editorial La Garúa --esa que "autopublica" antologías y "engaña" a los autores--, con apenas un par de años de vida, acaba de publicar un libro de Panero, Apocalipsis de los dos asesinos, que puede encontrarse aquí.
Sí, hay que hacer un Big Poet: encerrar a doce poetas, que quieran "proyectarse" y "ser reconocidos", en una casa cerrada y ponerlos a interactuar durante un mes, sin dejarlos salir. Que duerman todos en el mismo cuarto, que se pongan a leer poemas los unos para los otros hasta que se aburran (no, no se aburren, pero tampoco se escuchan) y que haya cámaras (encendidas, de preferencia) en todos los rincones de la casa. El premio para el ganador (el que reciba mejor votación del público, que no sabrá de poesía) será la inclusión en una antología con un estudio crítico. Para los perdedores, la vergüenza de una antología sin estudio crítico.
Bah.

2 comentarios:

bonampak dijo...

Me merece mis mas sinceros respetos a su persona que con el afan de ampliar
la perspectiva cultural,yo no sere el
mas adecuado a resolver sus diferencias pero en pos de una afinidad mas producto de lo que podria ser una emocion pasajera,nos prive de una produccion mas que interesante entre gente que en algun dia se olviden sus diferencias,lo hago sin ser parcial eso espero ,pero me da algo que ?,siendo ustedes los llamados a la concertacion terminen en pleito, que no los calza a sus expectatitivas tan anheledas?
mis respetos a los cuatro, pero el mensaje es el erronoem para quien quien iniciacian pensando que esto es una luchha entre colegas ,lo sera entre mis expectativas y mis posibilidades pero hasta ahi.Mis respetos a todos ustedes pero aun mas alla de sus diferencias ;yo no se, pero bueno seria integrar los saberes de Cuzcatlan.
Gracias.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

¿Sabes lo que me molesta? Que en realidad no hay diferencias, y las únicas que hay son las que marca la obra, pero eso ya no le corresponde a uno ni decirlo ni forzarlo. Uno podrá hacer micos y garabatos, pero lo único que tiene es su obra, buena o mala. Es lo que uno deja, si es que deja algo, y es lo que vale, si es que algo vale. En esa medida, si uno tiene un pellejo que sólo se estira hasta cierto punto, es tonto tratar de convencer a los demás de que es lo que el mundo necesitaba para ser mejor, o buscar deferencias especiales o ponerse berrinchoso, o juzgar al mundo con una doble moral que, como todas las dobles morales, son terribles y a la vez ridículas.
Me harta que me metan en líos en los que no ando, que no busco y que no son mi razón de ser. Igual me sirve para soltar un poco de presión, que para eso están los diarios personales --entre otras cosas--; igual me divierto poniéndome más tonto que de costumbre y juego un rato al niño perverso. Pero harta.
Lo que sé es que en Los Planes tenemos un lugar en el que hacemos cosas, y de verdad que no nos metemos con nadie ni le fregamos la paciencia al prójimo. Y de verdad que hay gente --no sólo en La Casa, obvio-- que trabaja mucho por el simple hecho de que en ese trabajo encuentra sentido. Y de pronto, zaz, una señora "llena de envidia y mentiras" (como dijo un editor español hace poco, que no es Joan de la Vega) viene a jugar juegos de los que no conoce las reglas. Muy su derecho, pero se lleva entre las patas de los caballos a gente que no lo merece, su esposo incluido. ¿Por qué? No sé. Intuyo que, si su obra fuera de mejor calidad, le harían más caso y no se sentiría tan necesitada de atención, aplausitos y estudios críticos.
Ya me aburrió el tema, para ser sincero. Supongo que ahora vendrá la reacción. Ya tendré que armarme de humor y paciencia.