20 de abril de 2006

Actualización de recuerdos

Por pura curiosidad, y nomás para verlo tantos años después, busqué en Google a Rubén Aguilar Valenzuela, actual vocero del presidente mexicano, Vicente Fox. En su ficha oficial leí algo interesante:
Corresponsal de las agencias NOTIMEX (México) e IPS (Italia) durante la guerra en El Salvador (1980/1981) y fundador y director de la agencia Salvadoreña de Prensa (SALPRESS) (El Salvador / México). En el inicio de los años ochenta participó en las áreas de comunicación del FMLN en El Salvador.
No sé de lo demás, pero no lo recuerdo como fundador de Salpress, a menos que fuera el jefe de los jefes que la fundaron. Recuerdo que la armamos, en la práctica, Joaquín Samayoa, Hato Hasbún, alguien más (que no era Rubén) y yo, bajo la dirección de otra persona (que tampoco era Rubén, y que en ese entonces estaba jerárquicamente por encima de él). El primer periodista que trabajó con Salpress fue Benjamín Valiente Alvarez, asesinado en 1982 o 1983 en Chalatenango, mientras se desempeñaba como reportero de Radio Farabundo Martí. Directores fueron tres: el primero, por una corta temporada. Joaquín Samayoa; luego, uno que se hacía llamar Pepe Ventura (desde hace años lo veo en la directiva de una asociación de artistas llamada UNARTES, y me lo he hallado un par de veces, y si es posible, lo evito), que firmaba mis artículos con su nombre y los cobraba y se quedaba con la lana. Cuando me enteré dejé de escribir cosas que no fueran noticias, y creo que en alguna medida por eso me expulsaron de las FPL, la organización a la que pertenecía Salpress. (No, no fui guerrillero heroico ni nada de eso. Duré siete meses como militante formal.) El tercer director, Ricardo Bracamonte, lo fue hasta la desaparición de la agencia, después de los Acuerdos de Paz.
Podrá decir que estuvo en el grupo de decisión para la creación de Salpress, y se lo creería. O que haya dirigido alguna sede, pero la central estaba en México. Sé que era el jefe de la responsable política, una señora a la que le encantaba ejercer el poder con dolor (para los demás), que llegó cuando la agencia ya estaba instalada. También sé que nunca lo tuve en la máquina de al lado ni supe que escribiera nada para Salpress. Entre la responsable política y Rubén me hicieron un par de cosas que me cuesta olvidar. Baste con decir que, después de una plática con él (la única que pasó del saludo y las generalidades), en un lugar magnífico que se llama El gran premio, dejé de tomar café, y hasta la fecha. Skinner en su más alta expresión. La pura campanita, y yo de perro salivador.
La Wikipedia en inglés recoge parte de su biografía, precisamente la que habla de que fue fundador y director de Salpress; no lo hallé en la Wikipedia en español. El semanario Proceso recuerda su pasado jesuita (sí, fue sacerdote), que no viene en su ficha oficial. Y aquí plantea lo que consideraba una buena estrategia de comunicaciones para Fox, por las fechas en que éste andaba casándose o por casarse con Martha Sahagún, su --entonces-- jefa de comunicaciones.
Ha cambiado físicamente, Rubén. Tenía un pelo largo y canoso que se le veía muy bien. También usaba barba, y se reía en todo momento; parecía que traía la sonrisa por hardware. Ni de lejos se ponía traje.
Los años son los años, pues. También yo usaba el pelo largo, y me lo quité porque el calor salvadoreño es insoportable cuando uno tiene el pelo a media espalda. Me salieron canas también, y aún no he logrado ponerme traje.
(No sé por qué me pongo a escribir estas cosas. Quizá porque estoy cansado después de terminar la página de La Casa del Escritor. Me afecta no dormir toda una noche.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿La página de LaCasa? No la hallo. La dirección que tengo es la siguien:

pwp.navegante.com.sv/casadelescritor

¿Hay otra? ¿O la que mencionas en el post es completamente nueva?

saludos

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Todavía no se ha colocado. Yo la armé, pero la ponen los de Concultura. Viene de todo, incluso varios videos.
I'm back!